No fué el cerebro, ni las manos, ni la columna, ni la pelvis, las que nos hizo humanos, sino los pies, así dejamos de ser cuadrumanos.
Es probable que el antecedente más alejado entre el género Homo fuera el llamado Toumai (7 millones de años) parecido a un chimpancé, pero que caminaba generalmente erguido y su pie comenzaba a tener el metatarso del pulgar algo más extendido, o sea tenía una apariencia menos cuadrimana. Los huesos encontrados son tan pocos que aún no hay seguridad en ello.
El siguiente eslabón, también africano, es el Orrión tugeniensis, datado de hace 6 millones de años, con muy pocos datos certeros.
Ardipithecus ramidis, con 5,8 millones de años, de caminar erguido y de pie casi humano, al igual que el Ardipithecus ramidus, cuyo metatarsiano (huesos datados en 4,4 millones de años) hueso correspondiente al pie encontrado en el yacimiento etíope del valle de Afar demuestra que el ser al cual pertenece probablemente se desplazaba con sus miembros inferiores como un homínido neto.
Australophitecus ananensis (4 millones de años), como su sucesor el A. aferensis (3,5 millones de años), ya poseen los pies muy parecidos a nosotros, aunque por el tipo de pelvis, en especial el primero todavía pasarían mucho tiempo en los árboles.
Australopithecus africanus (de 3 a 2 millones de años), muy similar al anterior, pero del sud de África, de marcha totalmente erguida, pero pasaba todavía mucho tiempo sobre los árboles. Tien los incisivos juntos y los caninos chicos como nosotros. Los pies ya son como los nuestros.
Homo habilis (1,8 millones de años) y Homo antecesor (800.000 de años) en lo referente al bipedismo y sus pies son iguales a nosotros.
Lo que significa que el camino evolutivo que lleva hacia nosotros, se desarrolló rápidamente en lo referente a los pies y más tardíamente en lo referente a las manos, la columna, la pelvis y, por supuesto la complejidad del cerebro.
Esta búsqueda se me ocurrió al ver un documental en la que toda una tribu presentaba una anomalía, era un defecto que aparecía puntualmente en ese lugar por efecto de una intensa consanguinidad.
Los que tenían pie de simio, caminaban con extrema dificultad. Continuar leyendo «La evolución : De los piés a la cabeza!»