Coloridos dinosaurios

Los sucesivos descubrimientos de los primeros pájaros en Alemania (Solnhofen) y posteriormente, en especial en China, (región de Shietun) respecto a los diversos dinosaurios emplumados, los científicos comenzaron a tomar muy en cuenta, qué produjo esta tendencia al emplume. En Inglaterra, estos estudios los realizó un equipo liderado por el paleontólogo de apellido Benton.

Archaeopteryx Lithographica – Foto : Museo de Pitt Rivers – Oxford

Lo cierto es que cada vez hay más especies entre los dinosaurios emplumados: los descubiertos hasta ahora están Beipiaosaurus, Caudipteryx, Dilong, Microraptor, Protarchaeopteryx, Shuvuuia, Sinornithosaurus, Sinosauropteryx y Jinfengopteryx

Posiblemente el plumaje fue abrigo, o atributos para el cortejo, o mostrar el buen estado de salud, etc.; o todo a la vez.

En las aves actuales, el colorido del plumaje denota enorme información, no solo para las aves mismas, sino para saber nosotros más sobre los ancestros de las aves.

Como era el plumaje de los dinosaurios y aves antiguas?

Se realizaron diversos tipos de experimentos, para asociar las características del plumaje de las aves actuales, de las más evolucionadas hasta la de los primitivos casuarios, con su dotación genética, sus interrelaciones y los productos químicos que las construyen y hasta el color que poseen.

Determinado esto, se escanearon los restos de las aves primeras y saurios emplumados y se analizaron de igual forma a lo antedicho.

No solo ahora aquellas criaturas de más de 120 millones de años aparecen con plumas, sino que también están coloreadas, cosa que sus restos no permitían ver. Los dinosaurios tenían plumas, o unas estructuras similares, como los sinosauropterix, una especie de dinosaurio terópodo, tenían una cola a rayas con plumas de color rojo y marrón, mientras que las primeras aves, que todavía no volaban, tenían plumas rojas y negras.

Sus patrones forman diseños incluso en las zonas infrarrojas y ultravioleta del espectro, de lo que podemos inferir, la visión amplia de los predadores (otros dinosaurios) y de ellas mismas.

La vida de aquellas épocas posee ahora los colores que faltaban de esos pretéritos animales, completando el paisaje colorido de plantas y minerales.

por Manlio E. Wydler

Mohenjo-Daro y la civilización del Valle del Indo

El misterio de Mohenjo-Daro

Mohenjo-Daro significa «El monticulo de los muertos». Es una de las ciudades antiguas más enigmáticas para la comunidad arqueológica. Se encuentra emplazada en las proximidades del río Indo en Pakistán.

Junto a otra de las ciudades de la región denominada Harappa, constituyen las dos ciudades más importantes de ésta antigua civilización del Valle del Indo durante el período comprendido entre el año 2.350 al 1.750 a.C.

Mohenjo-Daro, fue descubierta por el arqueólogo británico John Hubert Marshall en el año 1920 y posteriormente declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en el año 1980. La ausencia total de templos y palacios, o incluso algún tipo de simbología que pueda asociarse a este tipo de instituciones comunes a todas las civilizaciones conocidas es una de las primeras cuetiones que asombran de éste enigmático lugar. Los edificios que se mantienen en pié, siguen un patrón uniforme, destacando su construcción en una o dos plantas en ladrillos de adobe con ausencia de adornos y ventanas. Y todo ello, dentro una planificación urbanística muy por encima a la de cualquier otra antigua civilización e incluso de las más recientes, con amplias avenidas y calles rectas, muchas de ellas perfectamente pavimentadas, con edificaciones rectangulares dotadas todas ellas de una red de drenajes, canales, tuberías y alcantarillado, que incluía arquetas de inspección de éste último.

Para comprender mejor la magnitud de su arquitectura, es suficiente conocer que ninguna ciudad del Antiguo Oriente tuvo instalaciones higiénicas de ninguna clase comparables a las que podemos localizar en éstos poblados del antiguo Valle del Indo.

Marshall y los que continuaron con las excavaciones de aquel lugar durante el pasado siglo XX no dejaron de maravillarse y sorprenderse a medida que profundizaban los niveles o estratos de construcción de la ciudad. Mientras más profundo más elementos de desarrollo tanto artístico y técnico eran encontrados, a diferencia de las capas superiores, dando la extraña sensación de que los habitantes del aquel misterioso lugar habían involucionado técnica y culturalmente.

Del mismo modo que la cultura sumeria, también perteneciente al Valle del Indo que pareciera haber aparecido de repente, sin haber dejado huellas de una evolución anterior a la aparición de Harappa y Mohenjo-Daro. Pero si la aparición de tan sorprendente civilización sigue siendo un auténtico misterio, no lo es menos el de su desaparición, atribuida inicialmente a la presencia de pueblos invasores de origen indoeuropeo.

En la actualidad no existen explicaciones plaucibles de lo que ocurrió con los moradores de aquella civilización. Los textos encontrados distan de ser descifrados por especialistas en el tema y es muy poco lo que se ha avanzado en su comprensión. Aparentemente es de tipo ideográfica y silábica, pero no se corresponde con ninguna otra escritura de las mismas características exceptuando una sola, la que aparece en las tabillas rongo-rongo de la Isla de Pascua, distanciada tanto por miles de kilómetros geográficamente como por miles de años en la historia.

Esta curiosa e increíble similitud ha sido achacada por los paleógrafos a una simple casualidad.

Una guerra nuclear de 5000 años de antiguedad

De acuerdo con el Mahabharata, un texto sagrado hindú, hace más de 5000 años se habría producido una explosión nuclear Continuar leyendo «Mohenjo-Daro y la civilización del Valle del Indo»

Karner Beinhaus, la casa de los huesos

La localidad austríaca de Hallstatt no es famosa por los paisajes naturales de gran belleza sino por poseer un extraño osario en donde los cráneos se decoran de manera «original». En una casa, al oeste de Austria, en la región Salzburgo, encontramos una hermosa región que no escatima en belleza natural. En ese mismo lugar se encuentra la casa «Karner Beinhaus», o casa de los huesos.

La región junto a su imponente lago fueron declarados patrimonio de la humanidad por la Unesco en el año 1997. No es para menos, tanto el lago como el pueblo son como extraídos de un cuento de hadas.

El osario se emplaza junto a la iglesia del pueblo, y en su interior se pueden visitar más de 1.000 cráneos apilados de forma tradicional, unas 600 calaveras pintadas de manera curiosa gracias a una peculiar costumbre austriaca que solo se mantiene aquí.

Segun la tradición de algunas zonas de Europa, hasta finales del siglo XVIII las tumbas eran alquiladas por un período de tiempo limitado; Generalmente unas décadas y cuando el contrato se vencía, los restos eran exhumados para volver a alquilar la tumba a otro «inquilino».

Los restos eran trasladados a las Karner Beinhaus, donde los cráneos eran limpiados y pintados con diversos motivos, flores, serpientes, etc, y donde se incluía además el nombre de la persona y el año de su muerte. De ésta manera, los cráneos se convertían en una especie de lápida que prevalecería indefinidamente en el tiempo.

Aunque ésta costumbre se fue perdiendo con el paso del tiempo, Hallstatt sigue conservando los cráneos debido a la falta de espacio en su cementerio y su Casa de los Huesos sigue en funcionamiento. Para poder lucir cráneo allí se debe ser natural del pueblo y dejarlo escrito en testamento. El último cráneo se colocó en 2004.