El misterio del Río Paluxi

Corria el año 1931 y en Estados Unidos seguían latentes los efectos de la crisis económica mundial. En el marco de las creencias, dos sectores sociales bien definidos debatían en el marco de una contienda ideológica: Creacionismo Vs Evolución.

Los evolucionistas, aceptaban el apogeo científico y los importantes avances realizados en virtud del conocimiento. Desde hacía ya varias décadas se había aceptado y transmitido la teoría de Darwin, según la cual todos los seres vivos evolucionamos en el pasado hacia formas superiores.

Por su parte, los creacionistas continuaban aferrados al viejo dogma de que la tierra fue creada hace 6000 años y todos los seres vivos, incluídos los hombres, fueron obra de Dios hacia el año 4004 A.C.

El giro inesperado del destino, quizo que en medio de la disputa, prácticamente resuelta a favor del evolucionismo, surgiera un enigma que hasta el día de hoy no a logrado ser respondido por una u otra teoría. El enigma del río Paluxi, en Texas.

Tal descubrimiento se había efectuado en el año 1908, y tardó más de dos décadas en popularizarse, tal vez porque éste era considerado el momento oportuno para que trascendiera semejante novedad. El descubrimiento consistía en la aparición de pisadas de dinosaurios en sedimentos de hacía 250 millones de años. Sin embargo, junto a esas mismas huellas había otras. Se trataba de huellas humanas. Aquello no tenía justificación, ambas se habían formado a la vez pero dinosaurios y hombres jamás convivieron.

Hasta el momento se creía que los dinosaurios habían desaparecido de la tierra hace unos 65 millones de años, y que el ser humano aparecía en las primeras formas homínidas, hace sólo algo más de 5 millones de años.

Los creacionistas, interpretaron aquel descubrimiento como una situación favorable a su tésis aludiendo a que los seres humanos y los dinosaurios habían convivido porque ambos aparecieron hace 6000 años sobre el planeta. Naturalmente ésta teoría no tuvo mayor apoyo.

El misterio del río Paluxi sigue tan vigente como entonces salvo que los fundamentalistas cedieron paso a la ciencia, quien hasta el día de hoy no ha logrado resolver semejante acontecimiento. La pregunta sigue entonces vigente:

¿Convivieron seres humanos y dinosaurios en algun momento de la historia?

La mayoría de los investigadores intuyen que es poco probable que éste suceso haya ocurrido, sin embargo no pueden resolver el misterio de las pisadas petrificadas al mismo tiempo.

En 1970 un científico, tras el estudio detallado de aquellas huellas, dijo que quizás las huellas que todo el mundo pensaba que pertenecían a seres humanos eran también de dinosaurios, aunque no lo afirmaba completamente.

En la década de los 90 el misterio ha vuelto a ser estudiado con una conclusión sorprendente: Las huellas presentan la curvatura típica y marcas propias de las pisadas humanas, aunque estén sedimentadas hace cientos de millones de años.

Evolucionistas y creacionistas se equivocaron en el análisis del enigma y ni unos ni otros han podido solucionar el misterio.

Los símbolos del dolar y su relación con los Iluminati

La historia del tradicional billete de 1 dolar americano siempre ha estado ligado a multitud de leyendas urbanas y a la asociación de su simbología con la masonería y algunas sociedades secretas como la de los «Iluminati«.

Los Símbolos m en los billetes de 1 dolar

El frente del billete tiene aspecto normal salvo un pequeño detalle, solo perceptible al mirarlo con más detalle. En el ángulo superior derecho, a la derecha del Nº 1, se puede ver un pequeño buho.

El Buho, es uno de los símbolos de los “Iluminati”, representa, concretamente una deidad mesopotámica llamada Moloch, asociada a Satanás y a quien los banqueros y jerarcas mundiales rinden culto todos los años en el «Soto Bohemia», de California, vestidos con las ropas del Ku Klux Klan.

En el anverso del billete, la imagen que sobresale es una enorme pirámide con un ojo en su parte superior.

La llamada «Piramide con el Ojo que todo lo ve» es un  símbolo de la masonería y del dios egipcio “Horus”.

En su parte inferior observamos la leyenda «Novo Ordo Seclorum«, que traducido sería: «Nuevo Orden Mundial» y en inglés : «New World Order».

Arriba, se puede leer «Annuit Coeptus», que significa «nuestra empresa es exitosa» o «nuestra empresa es exitosa».

En la base de la pirámide se encuentra la fecha de la independencia de Estados Unidos impresa en números romanos: Año 1776 ( MDCCLXXVI ), la cual curiosamente coincide con el año en que el sacerdote jesuita de origen judío, Adam Weishaupt, fundó la órden de Los Iluminati.

La piramide, posee 13 escalones, dato que individualmente es irrelevante. Sin embargo, en el sector derecho; El águila (Símbolo Americano) sostiene en una de sus patas 13 flechas y el la otra 13 hojas y sobre el águila se dispone una estrella de David conformada por 13 estrellas más pequeñas.

Tambien podemos encontrar 13 barras en el escudo que aparece en el pecho del aguila. El numero 13 aparece repetitivamente en los billetes de Dollar, debido a que 13 es la cantidad de estados que se independizaron de Inglaterra, para formar lo que hoy conocemos como Estados Unidos, pero resulta que para los masones es el número de la transformación.

En definitiva, las coincidencias existentes entre los símbolos del dólar y la secreta organización masónica no dejan de ser llamativas e interesantes.

Misterios Develados: La Cara de Marte

En 1976, la misión Viking 1 de la NASA tenía la tarea de captar fotografías de la superficie de Marte para determinar cuál era el sitio idóneo para el aterrizaje de su nave hermana, la Viking 2. Sin embargo, al llegar a la región conocida como Cydonia, poblada por abundantes mesetas, captó una extraña forma que se elevaba sobre la superficie, y que llamó poderosamente la atención del científico Tobias Owen. Éste señaló que el efecto de luces y sombras se asemejaba a una “cara” esculpida sobre la superficie marciana.

Los científicos enviaron a los medios de comunicación una nota de prensa comentando las fotografías y señalando la curiosa instantánea. El comunicado rezaba: “[…] la foto muestra accidentes geológicos en forma de mesetas, algo erosionados. La descomunal saliente de roca del centro, que parece un rostro humano, está formada de sombras que dan la impresión de ojos, nariz y boca. Esta formación tiene 1.5 kilómetros de ancho y los rayos del sol inciden con un ángulo de 20 grados, aproximadamente…[…]”.

Dichas palabras suscitaron un desmedido interés en la prensa que deformó la información para adecuarla a sus intereses. La sociedad creería, durante un tiempo, que se trataba de restos de una antigua civilización marciana…

Caras de Marte: ¿Conspiración?

Lo que para los expertos era una simple coincidencia de luces y sombras, para otros se asemejaba a una esfinge egipcia. Si los trabajadores de la NASA quería llamar la atención sobre el planeta rojo, sin duda, lo consiguieron. Pronto se sucedieron los grupos de estudios de sucesos paranormales que afirmaron que la agencia quería ocultar las verdaderas evidencias de la existencia de una posible civilización en Marte. Lo que sí es cierto, es que cualquier científico desearía que esta “cara” hubiera sido real, independientemente, de las supuestas conspiraciones que muchos inventaron.

Nuevas expediciones a Marte.

Varias han sido las siguientes expediciones que han recorrido el planeta rojo en busca de nuevas pistas sobre la “cara”. Todas las imágenes captadas demuestran que dicho rostro es fruto de la imaginación humana. Pero para demostrar que lo importante en el conocimiento científico son los datos empíricos, fue enviado el Observador Global de Marte, -Mars Global Surveyor (MGS)-, en septiembre de 1997, a Cydonia para tomar nuevas fotografías. No obstante, es una región bastante complicada debido a las condiciones atmosféricas y se procuró buscar el momento más propicio para despejar toda duda.

Se consiguió una instantánea diez veces más clara que las tomadas por Vikingo. Por supuesto, no había ninguna explicación extraterrestre, era una formación geológica de origen natural. Aunque para los responsables del proyecto sí dejó una cosa clara: la geografía de Marte es muy similar a la terrestre, con unos paisajes realmente espectaculares, de los que difícilmente se olvidan.

Es evidente que hay que retirar “la cara de Marte” del catálogo de misterios de la ciencia.