Bautizado como ‘pez caracol Mariana’, es una especie translúcida y sin escamas, y aunque «no parece muy robusto o fuerte para vivir en un ambiente tan extremo», se muestra «muy feliz allá abajo”
Tomografía computarizada de la parte frontal de la cabeza del ‘pez caracol Mariana’.
Adam Summers / University of Washington
Un grupo de científicos descubrió una nueva especie marina que vive a más de 8.000 metros de profundidad. Bautizada como ‘pez caracol Mariana’, habita en la fosa Mariana, cerca de Guam, en el Pacífico Sur.
Se trata de un pez translúcido y sin escamas, informó el equipo de expertos de la Universidad de Washington.
«Este es el pez fue recogido de lo más profundo del fondo marino, y estamos muy emocionados de tener un nombre oficial. No parecen muy robustos o fuertes para vivir en un ambiente tan extremo, pero tienen mucho éxito», declaró la autora principal del estudio, Mackenzie Gerringer, investigadora postdoctoral de los laboratorios Friday Harbor de la Universidad de Washington.
La captura del monstruo de las profundidades
Los investigadores colocaron trampas cebadas para los peces, y luego tuvieron que esperar cuatro horas para que se hundieran hasta 8.134 metros, la profundidad donde el ejemplar fue capturado.
Los expertos indicaron que en aguas profundas estas criaturas se agrupan y alimentan de pequeños crustáceos y camarones, utilizando la succión de sus bocas para engullir presas. Sin embargo, se sabe poco de cómo pueden vivir, ya que la presión a dichas profundidades es similar a la que ejercería un elefante al pararse sobre un dedo pulgar.
Durante viajes de investigación realizados en 2014 y 2017, los científicos recolectaron a lo largo de la fosa Mariana 37 especímenes de la nueva especie, en profundidades que fluctuaron entre 6.900 y 8.000 metros.
Gracias a los análisis de ADN y a la exploración tridimensional para estudiar sus estructuras esqueléticas y tisulares, se pudo determinar que se trata de una nueva especie.
«Todavía nos esperan muchas sorpresas. Es increíble ver lo que vive allí. Pensamos que es un ambiente duro porque es extremo para nosotros, pero hay un grupo de organismos que son muy felices allá abajo”, afirmó Gerringer.