Alois Irlmaier También asistía constantemente a la policía local, por lo cual su virtud de clarividencia fue lo que lo hizo famoso. Fueron muchos los casos policiales donde su ayuda fue indispensable ayudando a encontrar personas perdidas y también cuerpos de individuos ya fallecidos. Tanto victimas de guerra como personas victimadas por crímenes comunes. De igual manera era buscado para ayudar con casos de cortes judiciales Alemanas, donde fue de gran renombre; asistiendo a los procuradores con casos difíciles. [Leer más sobre Alois Irlmaier]
Recopilación de coincidencias – Casualidades misteriosas.
Existen sucesos extraños que a menudo nos dejan perplejos, pues no pueden ser explicados racionalmente. Estos sucesos fortuitos, guiados por leyes inconcebibles para cualquier pensador, nos dejan vulnerables a los extraños caprichos del destino, y por ese motivo les dedicamos un pequeño espacio en éste blog.
Los Barrenderos de Nueva York.
Dos barrenderos municipales del distrito de Nueva York de Brooklyn, atropellaron, el mismo día y a la misma hora, a dos personas en dos calles paralelas, una de las cuales murió y la otra resultó gravemente herida. Lo curioso del asunto es que los dos accidentados se llamaban Stein, y no se conocían en absoluto.
20 de Abril; Una fecha enigmática.
El 20 de abril de 1958, la señora Kenneth Perkins de Los Ángles, traía al mundo una hermosa niña, a la que pusieron por nombre, Nancy. Sus anteriores hijos, Gary, de 8 años de edad y David, de 5, habían nacido también un 20 de abril. El médico ginecólogo, el doctor A. Warren Olson, había nacido un 20 de abril, al igual que su enfermera-jefe, Winifred Nagamine.
La profesía de Mark Twain.
Samuel Langhorne Clemens, un exéntrico periodista conocido popularmente como Mark Twain, había profetizado su propia muerte al expresar en numerosas oportunidades una frase a la que nadie le daba mayor importancia: «Yo nací con el cometa y me iré con él». No fue hasta muchos años después cuando algunos biógrafos descubrieron la increíble coincidencia. Twain había fallecido por muerte natural al terminar el 21 de abril de 1910, en el preciso instante en que era perfectamente visible el paso del célebre cometa Halley.
Las coincidencias tambien le suceden a los Ricos y Famosos.
El actor Anthony Hopkins estuvo buscando a lo largo de su vida una novela de George Feifer sin encontrarla hasta que, de repente, vio un ejemplar abandonado en el metro. Durante el rodaje de una película basada en esa novela, aquella resultó ser la única copia -repleta de anotaciones- que le quedaba al autor; un amigo a quien se la prestó la había perdido en el metro.
Adivinos o Sucesos fortuitos? – El Titanic.
Morgan Robertson escribió en 1898 una novela en la que describía el primer viaje de un gran transatlántico llamado Titán y que se consideraba «insumergible». Aquel barco se hundió una noche de abril después de chocar con un iceberg en el Atlántico. Catorce años después, el Titanic naufragó en idénticas circunstancias a las escritas por Robertson, cuyo ficticio buque poseía numerosas características parecidas a las del Titanic.
Wagner y el número 13.
El compositor Richard Wagner nació en 1813. Su nombre tiene 13 letras. Escribió 13 óperas. Los números de su año de nacimiento suman 13. Encontró su vocación musical un 13 de octubre. Sufrió 13 años de destierro. Terminó Tannhauser un 13 de abril y dejó de ser tocada el 13 de marzo de 1845, tras su fracaso en París, fue repuesta el 13 de mayo de 1895. El teatro de Riga (allí se presentó como director de orquesta) se inauguró un 13 de septiembre. La casa donde se llevaban a cabo sus festivales en Bayreuth fue abierta un 13 de agosto y el último día que pasó en ella fue un 13 de septiembre. Wagner murió el 13 de febrero de 1883, decimotercer año de la unificación de Alemania.
El misterio de las fotos de Frankfurt.
En 1914, una mujer alemana realizó seis fotos a su hijo y le encargó a una amiga de Estrasburgo que le revelase el rollo. Por culpa de la guerra mundial no volvió a verla y no logró localizar las fotografías. En 1916 adquirió una película cerca de Frankfurt y fotografió con ésta a su hija recién nacida. Tras revelarla, comprobó con gran sorpresa que en ella se apreciaba una doble exposición, la que acababa de comprar era curiosamente la película perdido en Estrasburgo.
La Maldición de los Kennedy.
La Familia Kennedy, formada por Joseph P. Kennedy y Rose Fitzgerald tuvo nueve hijos. Cuatro de ellos murieron asesinados, tuvieron algún accidente o padecieron alguna enfermedad terminal. De la misma manera, tres de sus nietos también hallaron la muerte antes de tiempo. Algunos dicen que sobre ésta familia pesa una terrible maldición, mientras que los más escépticos sostienen que los accidentes no son más que lamentables coincidencias. ¿Qué se esconde detrás de la familia Kennedy? ¿Maldición o simples coincidencias?.
La primera fatalidad que sacidió a la familia sucedió en 1941, en ese año Rosemary Kennedy comienza a sufrir cambios bruscos de humor, volviéndose agresiva. Por este motivo se le realiza una lobotomía que en vez de mejorarla agrava su estado, permaneciendo en una institución de salud mental hasta su muerte en 2005.
En 1944, Joseph Kennedy muere mientras realizaba una misión aérea sobre Inglaterra, durante la segunda guerra mundial. En 1948 se suma a la lista Kathelyn Kennedy cuando el avión el que viajaba se estrella en Francia.
Los aviones, son como veremos, los causantes de una buena cantidad de Kennedycidios.
Llega 1955, año en que Jacqueline Kennedy pierde su primer embarazo, al año siguiente da a luz un bebe sin vida, que es enterrado en el cementerio de Arlington. En 1963, Jacqueline tiene a Patrick, el segundo hijo de la pareja que muere dos días después de haber nacido (era un bebe prematuro de seis meses)
En 1973, Edward Kennedy Jr. a la edad de 12 años pierde su pierna derecha debido a un cáncer de hueso. Ese mismo año, Joseph Kennedy II, hijo de Robert tiene un accidente automovilístico donde una de las mujeres que lo acompañaba queda parapléjica. David, otro de los hijos de Robert Kennedy, muere en 1984 por una sobredosis de cocaína y Demerol en una habitación de un hotel de Palm Beach, Florida.
Diez años más tarde, en 1994 Jacqueline Kennedy es diagnosticada con una extraña clase de cáncer, falleciendo por esa causa en Mayo de ese año. En 1997, le toca a Michael Kennedy, también hijo de Robert Kennedy, quien en medio de un escándalo mediático donde es acusado de violación, se mata en un accidente de esquí el 31 de diciembre en la localidad de Aspen, Colorado.
La noticia de su muerte, consternó a la opinión pública norteamericana, dado que JFK Jr. era una persona muy respetada y el arquetipo del hombre de negocios exitoso. En el momento de su muerte estaba a cargo de la revista neoyorquina George.
Hasta aquí, las perdidas más notorias de la familia. Quienes piensen que son demasiadas deberían saber que no incluí más de una docena de hechos que aunque no involucraban muertes también eran eventos poco felices: Arrestos por posesión de drogas, internaciones por adicciones, enfermedades, acusaciones por abuso sexual y otros “detalles menores” quedaron afuera.
Asimismo, el senador Ted Kennedy merece una mención de honor por haber eludido a la muerte en por lo menos tres oportunidades.
En 1964 se cayó el avión en el que viajaba, donde el piloto y uno de sus ayudantes perdieron la vida. Kennedy, a duras penas pudo salir de la aeronave y permaneció un largo tiempo en el hospital hasta su completa recuperación.
Había sufrido una grave lesión en la espalda, tenía un pulmón perforado, varias costillas rotas y una profusa hemorragia interna.
Años mas tarde, en 1969 fue protagonista de un extraño accidente, el auto el que manejaba cayó desde un puente. Su asistente, una mujer llamada Mary Jo falleció, pero Kennedy salió ileso.
El año pasado, mientras volaba en un avión privado un rayo hizo impacto en una de las alas, teniendo que desviar el rumbo y buscar aterrizar lo más pronto posible. Por tercera vez, y eso es un mérito tratándose de la letal combinación “Kennedy + avión” el senador Ted logro salvarse una vez más y quizás encaminarse a lograr algo muy difícil para un miembro de su familia: Llegar a viejo.