El libro de Dzyan

Las Estancias del Dzyan o el libro de Dzyan, es el libro más antiguo del mundo. Por su descripción y contenido se cree que el libro es de una época en la que el ser humano todavía no habitaba la tierra. Probablemente proviene del espacio o fue forjado por seres mitológicos como Dioses o Divinidades.

La primera persona que tuvo el Libro en sus manos fue Madame Blavatsky (H.P. Blavatsky) cuyo suceso la inspiró a escribir obras relacionadas con aquél Libro, cabe destacar «La Doctrina Secreta», su principal obra dividida en varios tomos ahora ocultos en bibliotecas de monasterios. Pero se cree que Blavatsky no tuvo en sus manos la versión original de Las Estancias Del Dzyan, sino que una réplica hecha para esconder la verdadera en manos de una entidad hasta el día de hoy desconocida.

Las Estancias Del Dzyan, como Libro en sí mismo, no posee textos, sino que es un libro místico lleno de objetos simbólicos cuyo significado sólo pueden apreciar personas con poderes psíquicos extremadamente altos, designados como «elegidos» para apreciar la obra. Hasta el día de hoy, Madame Blavatsky fue la única que pudo describir el significado de esos símbolos (a pesar de que haya portado sólo la réplica) lo que lo designa como ilegible.

Es uno de los libros más temidos y escondidos por los ocultistas, debido a su extraño e ignoto origen. A finales del siglo XVIII y en los albores del XIX el astrónomo francés Bailley hace alusión a un libro llegado de la India, pero cuya procedencia era «venusina». En el siglo XX, Louis Jacolliot da al enigmático libro el nombre al que se hace referencia en esta parte, Como uno más de la larga lista de libros cuyo contenido parece poseer dinamita, también éste determina que aquellos que lo poseen sufran extraños accidentes, por lo general fatales.

La oscura vida de Madame Blavatsky

Blavatsky Nació el 30 de julio de 1831, bajo el signo de Leo. Era una niña precoz que solía llamar la atención de cuantos la rodeaban. Se rebelaba contra toda rutina exigida. Era exclusiva, original, agotaba la paciencia de aquellos que fueron sus maestros de escuela; pero asombraba su enorme capacidad para aprender lenguas extranjeras, así como su facilidad para asimilar los conocimientos.

El secreto de su magnetismo residía en sus innegables y, a la vez, extraordinarios poderes psíquicos. Los elementos naturales innatos de los que se valía Helena Blavatsky para producir sus extraños fenómenos eran:

  1. Un enorme bagaje de conocimientos mágicos, sumados a su contacto con maestros ocultos.
  2. Su formidable intuición en relación con los problemas filosóficos, el origen de las razas, los fundamentos de las religiones. Su enorme facilidad para descifrar símbolos cabalísticos sumamente primordiales.
  3. Las circunstancias que rodeaban a su persona. Incendios voraces cuyas llamas no quemaban; aparición de dibujos y escrituras en papeles en blanco; materialización de objetos perdidos; campanas que sonaban sin que nadie las tocase, etc.

Madame Blavatsky tiene acceso al libro Las estancias de Dzyan de una forma misteriosamente dramática. El enigmático Libro de Dzyan (así lo llamó nuestra protagonista) se encontraba, y se encuentra aún en nuestros días, en la «Gran Biblioteca Universal» cuya «sede central» está situada en una enorme estancia de algo más de 250 m de profundidad bajo el cordón de la vertiente del Himalaya, y es propiedad del Rey del Mundo. Nadie, absolutamente ningún ser humano tiene acceso al Gran Libro de los Misterios Develados. No obstante, Helena Blavatsky tuvo acceso a él por «imposición» de su maestro.

Una tarde, encontrándose Madame Blavatsky en El Cairo, ve materializarse, ante sus acostumbrados ojos a este tipo de fenómenos, un libro que no poseía tapas sino que eran tablillas labradas de símbolos. Como comprendía todo tipo de simbología, comenzó a notar las enseñanzas que le brindaban esas tablillas y así tuvo acceso al conocimiento más extraordinario que puede tener el ser humano.

Algunos pasajes del Dzyan

Gracias a las notas que tomaba El coronel Olcott, un gran amigo y colaborador de Helena Blavatsky, se conocen algunos pasajes de éste misterioso escrito. En algunas partes del libro de Dzyan se menciona que en la Tierra hubo seres vivientes hace 18 millones de años, y que estos seres, sin huesos, como si fueran de «goma», vegetaban sin entendimiento ni inteligencia. Debieron de haberse creado a sí mismos por división. De este modo, ya a través de una larga evolución, debió de haber aparecido, hace cuatro millones de años, una especie pacífica de seres que vivió un periodo de suave deleite, en un mundo de sueños felices.

Durante los tres millones de años siguientes se desarrolló una raza de gigantes, de seres muy distintos. Los gigantes eran hermafroditas, segun se dice en el Dzyan, y se fecundaban a si mismos. Sólo hace 700.000 años, empezarían a hacer lo mismo que los animales; pero el resultado de aquellas nuevas fecundaciones serían horribles monstruos. Éstos no se habian podido librar de la forma de creación de las bestias, llegaron a depender de los animales y se embrutecieron cada vez más, como éstos.

También en el libro se menciona que en el año 9564 A.C. se hundieron grandes franjas de tierra ante las actuales costas de Cuba y Florida. Posiblemente una de éstas tierras sea la legendaria Atlántida.

La crónica de Akakor

La Crónica de Akakor es un conjunto de relatos escritos por una supuesta tribu que habita en la selva del Amazonas en Brasil, Los Ugha Mongulala y que contiene más de 15 mil años de historia, desde la llegada de sus Dioses civilizadores hasta la década de los 70’s en nuestra época. Originalmente fueron escritos en el lenguaje de sus Maestros Antiguos (Dioses) sobre cortezas de árboles. Los relatos fueron transmitidos en forma oral por el príncipe de la tribu, Tatunca Nara, al periodista alemán Karl Brugger que se encontraba trabajando en Brasil, quien grabó todo el relato en cintas magnetofónicas y posteriormente escribió y publicó el libro en 1976.

En el libro, Brugger relata la fasci­nante historia que le transmitió Tatunka Nara, el Jefe de la tribu y quien afirmaba ser hijo de un sol­dado alemán y de una india. El conocimiento del idioma alemán que Tatunka poseía le permitió relatar con magnífico detalle la his­to­ria de su pueblo.

En el libro nos asegura que los Ugha Mongulala, son descen­di­entes de dioses venidos del cielo, de un sis­tema plan­e­tario lla­mado Schw­erta. También cuenta que estos Dioses eran los artí­fices de un sis­tema de túne­les que recor­ren toda Sudamérica conectando 26 ciudades que ellos mismos construyeron, tres de las cuales fueron elegidas como principales; Sus nombres son Akakor, Akahim, Aka­nis.

Algunos lugares místicos como Cuzco y Mac­chu Pic­chu representan para ésta «leyenda» enclaves conec­ta­dos a este entra­mado de túne­les siendo uti­liza­dos, aunque par­cial­mente, por los indios en la actualidad.

La Leyenda de los Ugha Mongulala

La crónica cuenta la historia milenaria de Sudamérica desde la perspectiva de la civilización m ás antigua del lugar: Los Ugha Mongulala, revelando muchas incógnitas que la historia y la arqueología no han podido explicar hasta nuestros días, como la construcción de Tiahuanaco y Machu Picchu. Incluso la ubicación de la ciudad de Akakor de los Ugha Mongulala no ha sido encontrada debido a la inmensidad de la selva amazónica.

Tatunka afirmó a Karl Brug­ger que, en la ciu­dad de Akahim se con­serv­a­ban en la actualidad aparatos téc­ni­cos y naves espa­ciales pertenecientes a éstos Dioses y que, cerca de esta ciu­dad exis­ten tres enormes pirámides (a unos doce kilómet­ros de la misma). Igual­mente, el jefe indio con­fir­maría que los dioses esta­ban ini­ciando su regreso a la Tierra; la prueba de ello??es que los extraños inge­nios guardados en las galerías sub­ter­ráneas esta­ban en pro­ceso de acti­vación.

La Crónica de Akakor está dividida en cuatro partes y abarca un período de algo más de diez mil años de la vida del pueblo de Mongulala. Contiene importantes sucesos económicos y culturales de una evolución que alcanzó su punto culminante en 1944 con la llegada de dos mil soldados alemanes. El original fue escrito con antiguos jeroglíficos en vasijas y pieles de animales, y luego también en pergaminos.

La ciudad subterranea de Akahim

El 1 de agosto de 1979, la revista brasilera Vejan publicó un extenso artículo, con fotos de excelente calidad, en donde relataba que una expedición arqueológica organizada por el gobierno Brasil había descubierto la localización de la ciudad de Akahim. Desde ese momento y hasta la fecha, nunca más hubo referencias al tema.

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Brugger, Karl – Cronica de Akakor

Un viaje al pasado : Objetos misteriosos

Una nueva recopilación de objetos enigmáticos. Algunos de ellos de carácter atemporal. Otros simplemente representan un increible misterio hasta nuestros días.

La Nave de Toprakale.

Nave de Toprakale, Turquía – Esta impresionante figura tiene el aspecto de una nave espacial tripulada y fue encontrada en las antiguas ruinas de Tuspa, actual Toprakale (Turquía). Se estima su antiguedad en unos 3000 años. Se pueden distinguir perfectamente la carlinga de la nave con el piloto en su interior (al que le falta la cabeza) y un sistema de propulsión trasero.

La tumba maya de Pacal Votán

Un extraño cuerpo encontrado dentro de la tumba maya de Pacal Votán. Este descubrimiento es singularmente enigmático, ya que ni las proporciones, ni las características físicas concuerdan con los antiguos Mayas. El esqueleto muestra una complexión fuerte y un gran tamaño que contrasta con las proporciones de los indígenas. Las facciones del rostro de ésta momia, representan otro misterioso detalle. Con expresiones poco indígenas y un prolongado puente nasal que se extiende hasta la frente.

Astronauta Precolombino

Una escultura precolombina que muestra un hombre de facciones no indígenas con un casco espacial. A la derecha la imagen de un astronauta del programa espacial soviético.

El Martillo de Texas

El Martillo de Texas, localizado actualmente en el Museo de Somerwell, fue encontrado Texas, EEUU en el año 1934 dentro de una . Los estudios dataron éste objeto con una antiguedad de 140 millones de años. El hierro con el que está construído es de gran pureza y ésto solo es posible con los adelantos de la tecnología moderna. Además de los análisis de carbono 14, el mango está petrificado, lo cual demuestra su remota antiguedad. En la localidad de Kingodee, Escocia, se halló un objeto similar en el siglo XIX que data de 460 millones de años. Un descubrimiento realmente asombroso. Continuar leyendo «Un viaje al pasado : Objetos misteriosos»