El extraño suceso fue captado por las cámaras de seguridad del estacionamiento de la estación de policía de Nueva Gales del Sur que se encuentra en Parramatta, un suburbio de Sídney, Australia.
El acontecimiento sucedió en un garaje que nadie lo había usado en días, ya que la seguridad encargada del parqueadero quería descubrir quién había dejado el garaje abierto. Al hacerse la inspección del circuito de cámaras, lo que encontraron los dejo de temblando del miedo para regresar a ese lugar.
La actividad se dio las 5:37 am del pasado jueves 12 de abril, prácticamente justo antes del amanecer. Con el estacionamiento vacío y tranquilo, el garaje aparentemente comienza a abrirse por si solo, como si una fuerza sobrenatural lo moviera. Ya con la puerta medio abierta, una escoba aparece, se mueve, se mantiene levantada y luego cae al suelo. ¿Quién lo hizo? Ni la policía lo sabe.
La publicación fue hecha por la misma fuerza policial en su fan page el día viernes 13 de abril, haciendo la aclaración que es una grabación real y no se trata de una broma.
Los académicos retoman el trabajo para liberar los secretos de una misteriosa civilización medieval relacionada con Persia en el límite del ártico siberiano.
Las 34 someras tumbas excavadas por los arqueólogos en Zeleniy Yar arrojan muchas más preguntas que respuestas. Pero una parece clara: Este remoto lugar, a 29 kilómetros del Círculo Polar Ártico, era un cruce de rutas comerciales de cierta importancia hace aproximadamente un milenio.
La necrópolis medieval incluye 11 cuerpos con los cráneos destrozados o desaparecidos, y esqueletos machacados. Se hallaron cinco momias, envueltas en cobre, junto con elaboradas pieles de reno, castor, glotón u oso. Entre las tumbas sólo hay una femenina, infantil, su cara cubierta con láminas de cobre. No se han encontrado mujeres adultas. Continuar leyendo «Momias medievales de Siberia desconciertan a los arqueólogos»
En los últimos años se han puesto de moda las “escape rooms”, una forma de diversión interactiva en la que un equipo de jugadores debe buscar pistas y resolver enigmas para encontrar la salida de la habitación. La dificultad del juego varía de una sala a otra, pero siempre hay un grupo más espabilado que consigue llegar hasta el final.
No ha sido así con el enigma que ha propuesto una agencia francesa en París: hasta 7000 personas han explorado in situ y por Internet el escenario, y ninguna de ellas ha conseguido encajar todas las piezas para resolver un caso que, una vez conocida la solución, no parece tan complicado. ¿Por qué todo el mundo ha fracasado sistemáticamente?
El escenario es una recreación exacta del apartamento de una mujer llamada Laurence Cottet, tal y como estaba el 13 de mayo de 2009. Los detectives aficionados se encontraban con numerosos indicios de que algo extraño había sucedido: una gran mancha roja en la alfombra, espejos rotos, una botella de colonia medio vacía o una nota en la que ponía “esta noche no” son algunas de las pistas que había que encajar.
Las conclusiones a las que llegó la gente van desde que la mujer tenía un affaire hasta que era una espía e incluso que se estaba transformando en vampiro. Teorías de lo más variopintas, pero todas incorrectas. Finalmente será la propia Laurence quien, a través de un vídeo, revele la solución: era, sencillamente, alcohólica.
La gran mancha roja, que muchos identificaron con sangre, era en realidad una mancha de vino. La botella de colonia era una desesperada reserva por si se quedaba sin alcohol. En realidad, todo estaba lleno de indicios de que se trataba del apartamento de una persona alcohólica: los recibos devueltos, la comida estropeada en la nevera…
Detrás de la campaña está la organización Addict Aide, que con esta acción ha demostrado lo fácil que es pasar por alto las señales de alerta a pesar de tenerlas delante de nuestras narices. Y no es la primera vez que lo hacen: en 2016 sorprendieron al mundo con la cuenta de Instagram de Louise Delage, que llegó a conseguir 50.000 likes en dos meses sin que nadie cayera en la cuenta de que en todas y cada una de sus fotografías aparecía una bebida alcohólica.