Extrañas apariciones en un canal de Florida

La aparición de una extraña criatura en un canal de la localidad de Madeira Beach, en Florida, Estados Unidos, ha causado temor entre sus habitantes. El supuesto monstruo acuático ha sido visto al menos unas diez veces por los vecinos del lugar.

Algunos testigos afirman que el animal mide unos 9 metros de largo. Un vecino de la zona de 78 años, bautizó a la criatura como ‘Normandy Nessie’, en alusión al legendario monstruo del lago Ness en Escocia.

Los biólogos aseguran que el llamado «monstruo de la playa» solo es un manatí de grandes proporciones. Pero para Ray Sittloh, quien vio al animal en varias ocasiones y hasta le tomó una foto, este no tiene ningún parecido a un manatí. Hasta el momento, la criatura no ha sido capturado y nadie sabe con exactitud de que especie se trata.

El gnomo de Gerona

Angel Gordon es, según sus propias palabras, un cazador de Vampiros. Una especie de Van Helsing moderno que ha escrito un libro muy interesante sobre la historia de éstas criaturas de la noche; El Gran Libro de los Vampiros. Aunque ésta no sea la principal causa de su reconocimiento, sino otra, relacionada con el mundo de los duendes.

El el año 1989, en un bosque de Gerona, Cataluña (España), un par de familias conocidas de Gordon, encontraron una extraña criatura, con las características propias de un duende. Con una altura de 12 centímetros, grandes ojos rojos, piel amarillenta, brazos cortos, orejas puntiagudas y una singular protuberancia en la frente.

En un primer momento pensaron que se trataba de un animal salvaje, ya que emitía sonidos agudos, similares a los de la risa de un anciano, pero rápidamente comprendieron que se trataba de un ser completamente desconocido para ellos, ya que prácticamente parecía un pequeño ser humano. Un duende.

No sin un poco de esfuerzo, pudieron atraparlo con una manta y encerrarlo en una jaula para pájaros, en la cual vivió durante algunos días. A pesar de que trataban de alimentarlo, el «duende» se negaba a comer lo que le ofrecían y como consecuencia, murió al poco tiempo.

Una de las familias decidió conservar el cuerpo en un frasco de café con formol. Fue recién en 1991 que por consejo del investigador y escritor Angel Gordon, mostraron por primera vez las fotos del duende a un médico patólogo y aficionado a la ufología el doctor John Altshuler. Este opinó que se trataba de simplemente de un feto de vaca o de cerdo.

Durante algun tiempo, se desató en España una guerra mediática, relacionada directamente con éste fenómeno y se sucedieron una serie de relatos e historias, muchos de las cuales se desmintieron al poco tiempo. Finalmente se demostró mediante estudios patológicos que el duende del frasco de café era el feto deforme de un ternero, abortado antes de nacer.

Historias como la de Gerona se repiten año tras año. Lástima que la mayoría de éstos descubrimientos, sencillamente un fraude.

La Sirena del lago de Maracaibo

Desde hace ya varios años y cada cierto tiempo, se suceden descubrimientos que tienen que ver con la criptozoología. Extrañas criaturas son descubiertas en algún lugar del planeta y la noticia trasciende rápidamente por los medios de comunicación. A lo largo de la historia hemos oido numerosos relatos de criaturas paranormales de dudosa reputación, algunas de ellas ha podido ser explicadas racionalmente; Otras, en cambio constituyen hasta nuestros días un verdadero misterio.

El fraude de la sirena de Maracaibo

En el año 2006, a la orilla del lago Maracaibo en los manglares de la zona de Los Olivitos al norte del estado de Zulia, un grupo de pescadores hallaron el cadaver de una sirena. Esta noticia, sorprendió, naturalmente a la comunidad científica y la novedad se exparció rápidamente por numerosos sitios de internet.

El extraño cuerpo poseía característias propias de los humanos y algunas similitudes con las míticas sirenas de los cuentos de hadas, como una larga cola de pez y extrañas facciones en el rostro, propias de un monstruo de alguna historia de terror. La información sobre el misterioso hallazgo era muy acotada y poco precisa, sin embargo tardaron apenas unas semanas en explicar que la sirena existía realmente, pero que se trataba de una obra de arte del escultor Juan Cabana.

Las imágenes habían sido tomadas del sitio web del artista y la increible historia del descubrimiento había sido inventada!