Un campo de 50 hectáreas del sudoeste de la provincia de Buenos Aires, próximo a las localidades de Villa Iris y de Jacinto Arauz, apareció con un centenar de extraños círculos, donde la hierba está quemada, y hasta el momento el origen del fenómeno es un verdadero misterio.
En el lote de 50 hectáreas, propiedad del productor rural Sergio Forestier, se pueden ver al menos 100 circunferencias de distintas dimensiones, que oscilan entre los dos y los 17 metros de diámetro.
Las flores amarillas que hay diseminadas en todo el lote dentro de los anillos se ven secas, como quemadas, y en lo que queda de las cincuenta hectáreas las plantas se mantienen verdes y florecidas. [Leer Noticia Completa]
El río Ebro, el padre de toda la península a la que dió nombre, no podía sustraerse al antiguo influjo de la leyenda. Ya los romanos lo deificaron, personificándolo en un númen sobrenatural conocido como el Flumen Hiberus, según una lápida que se conserva en el Museo de Tarragona.
Es lo habitual: fuentes, lagos y ríos fueron en la antigüedad objeto de adoración y de prácticas rituales asociadas a la fertilidad. Para nuestros antepasados -y todavía para algún coetáneo que mantiene viva la memoria legendaria- los cursos de agua están poblados de seres de otros mundos y deidades protectoras: ninfas, náyades, lamias o lainas, fadas y donas d’aigua, xanas…
El periodista y estudioso del río Ebro José Ramón Marcuello, ha recopilado numerosas leyendas con un denominador común: la aparición de imágenes de vírgenes y santas flotando sobre las aguas del río Ebro. Así ocurre con la de Nuestra Señora de la Ola en Pinseque, Santa Madrona en Ribarroja, Santa Paulina en Ascó, Santa Susana en Amposta o Santa María de la Muela en Tudela. Y también imágenes de cristos y crucifijos: el de Gallur, la Santa Cruz de Tudela o el Cristo de Tolosa.
Ahora bien, si hay un objeto milagroso por excelencia que adquirió virtudes sobrenaturales gracias a su aparición sobre las aguas del Ebro, ese es sin duda, la campana mágica de Velilla. Apareció navegando a contracorriente, fué sacada y colocada en el campanario de San Nicolás y, a partir de entonces, tañía sin que nadie la tocara, para anunciar grandes tragedias y sucesos.
Hay también un curioso denominador común en algunas leyendas relacionadas con el Ebro: las historias de los decapitados. Debió ser costumbre arrojar las cabezas de los ajusticiados al cauce del Ebro, a juzgar por la abundancia de este tipo de leyendas. La cabeza del mártir Frontonio fue arrojada al Ebro, pero navegó contracorriente hasta la desembocadura del río Jalón y fué a parar a la Villa de Épila, de la que es el patrón. San Lamberto cruzó él mismo el Ebro, pero lo hizo con su propia cabeza recién cortada sujeta bajo el brazo, y fue a enterrarse en la cripta de la iglesia de Santa Engracia. Por último, Emeterio y Celedonio fueron mártires decapitados en Calahorra, sus cabezas fueron tiradas al río Ebro, flotaron hasta el mar, dieron la vuelta a la península, y aparecieron en la playa del Sardinero, en Santander, de donde son patrones.
Y sobre gentes que van desde el río al mar, también se cuenta una leyenda de un hombre-pez que se lanzó al Ebro y apareció años más tarde en el mar Mediterráneo, historia muy parecida a la más famosa del hombre-pez de Liérganes, un cántabro aficionado a nadar que se lanzó al mar en San Sebastián y fue pescado mucho tiempo después en aguas andaluzas, con escamas en su piel y los dedos unidos por membranas.
Pero el Ebro también sabe guardar los secretos de sus profundidades, que, a juzgar por la creencia popular -no así por las investigaciones geológicas-, son insondables al menos en un punto del cauce, concretamente junto a la tercera arcada del medieval Puente de Piedra, a orillas de la Basílica del Pilar. Se trata del temido Pozo de San Lázaro, una sima sin fondo conocido que se traga para siempre a los desgraciados que caen ahí. Y no sólo a raíz de accidentes, también los suicidas lo eligen como fatídico punto final para sus vidas, como sucedió en el siglo pasado a una pareja de enamorados que se arrojaron al Pozo unidos sus cuellos por el mismo pañuelo a cuadros, el conocido cachirulo zaragozano. Sus cuerpos nunca fueron recuperados.
El descubrimiento de un cráneo perteneciente a un Neanderthal con una perforación de bala conmovió a los científicos. Con más de cuarenta siglos de antiguedad, fue analizada por arqueólogos y posteriormente por expertos en balística sin poder obtener una respuesta racional del descubrimiento.
Símbolos Egipcios
Estos símbolos geroglíficos han sido escritos por los antiguos egipcios aproximadamente en el siglo 2000 AC.
Los expertos se preguntan como es posible que aparezcan dibujados submarinos, helicópteros y aviones, siendo que éstos inventos correspondena a miles de años después.
El Mapa de Piri Reis
El famoso mapa de Piri Reis data de 1513 y contiene un completo detalle del globo terráqueo, incluyendo América y la Antártida que supuestamente no fue descubierta hasta 1818.
Según los cartógrafos expertos, solo es posible crear un mapa semejante con imágenes satelitales.
Misteriosa huella de bota
En el año 1968, un coleccionista de trilobites (Fósiles Extintos), encontró en Utah, Estados Unidos, la huella de una bota impresa en una roca. Lo extraño del caso es que la huella tiene una antiguedad de 590 a 505 millones de años. No solo no puede haber existido la bota, tampoco existía
la humanidad en ese momento!
La esfera metálica
En Sudáfrica, fue hallado un estrato de roca metálica tallada datada de 2800 millones de años de antiguedad. Sin embargo, en esa época no se admite que existieran colonias humanas en la Tierra.
Una maqueta de avión precolombina.
Una maqueta de avión sorprendió a los arqueólogos que la encontraron en durante una excavación de ruinas precolombinas. El modelo de avión encontrado, fue sometido a túneles de viento, resultando perfectamente aeronáutico. Supuestamente fue construída varios siglos antes de que el hombre descubriera la tecnología necesaria.
Escultura Japonesa Dogu.
Una escultura de más de 5000 años de antiguedad que emula ser un astronauta llevando un casco. Los expertos están muy intrigados con los anteojos, ya que los mismos se inventaron siglos después de la edad de piedra japonesa.