Seth, la raza inmortal

La tradición gnóstica afirma un origen extraterrestre para los Niños de Seth. Los gnósticos cristianos afirman que su progenitor Seth, el tercer hijo de Adán y Eva, era diferente a sus hermanos Caín y Abel, y que disfrutó de una conexión sin trabas con el reino divino y sus habitantes celestiales.

Se encarnó entre nosotros, viniendo como un mensajero de luz, un redentor, desde un mundo más allá de nuestro mundo imperfecto. Los descendientes de Seth, dice el Evangelio de los Egipcios apócrifo recientemente encontrado entre los manuscritos del Mar Muerto, son “la raza inmortal que vino de los tres mundos (anteriores)”.

En la tradición egipcia antigua, Seth es un dios del cielo, uno de los doce dioses y diosas del panteón egipcio y hermano de Osiris, el dios principal egipcio a quien mató y desmembró. Por esa razón Seth, figura en la mitología popular del Egipto Antiguo como una fuerza perversa. No obstante deberíamos entender que la muerte de Osiris por Seth se refiere en la iniciación egipcia a la muerte que experimenta el iniciado para poder resucitar como hombre nuevo. Seth es la figura más misteriosa de la mitología egipcia, el alter ego de Osiris. Seth es el portador de cultura, a la vez que es el que viene a destruir aquello que ya está caduco para poder sembrar nuevas semillas. Seth es el duro e implacable, “cruel” maestro-chamán, el hermano oscuro de Osiris que guía al neófito por los mundos del más allá.

Seth, la raza de Seth, es la raza de dioses y semidioses que inician en los misterios egipcios. Ellos trajeron en el origen de los tiempos el conocimiento y la iniciación que ayuda al hombre a elevarse sobre la faz de la tierra.

Aquí entendemos el efecto de la vulgarización de los misterios. El judío incorporó a Seth en su propia mitología, otorgándole el pedigrí adámico e identificándolo con los ángeles caídos rebeldes cuya historia se contiene en los libros apócrifos de Enoc judíos y en los Jubileos. Éstos cuentan cómo Azazel, el Jefe de los Hijos de Dios, cayó desde el cielo con su hueste angélica debido a su desobediencia del “Altísimo”. Los ángeles caídos se casaron con seres humanos, y así se convirtieron en los padres de una raza superior en conocimientos y habilidades mágicas.

Los esenios de Palestina creían que sus progenitores espirituales, los ángeles caídos, les habían transmitido sus maravillosas facultades sanadoras. De hecho, la palabra griega Essenoi está relacionada con la palabra Hasaya del arameo, que significa “piadoso” y con Asa, “él sanó” y por lo tanto tiene relación con el nombre del ángel caído Asael o Azazel (que significa sanador o visionario de Dios, una descripción peculiarmente acertada de los doctos disidentes esenios de la época de Cristo).

Los posteriores gnósticos de Nag Hammadi también situaron en este contexto su tradición acerca de Seth, representándolo como un Hijo de Dios que vino voluntariamente de los mundos del cielo y fue el padre de una raza de gran sabiduría sobre la Tierra. Ellos también creyeron que era un ser de luz y no de obscuridad. El sacerdocio judío, notable por su tergiversada interpretación de los mitos de los pueblos circundantes, consideró a los Hijos de Dios unos atroces réprobos, pero Seth más bien es como lo ven los gnósticos, el equivalente al Bodhisattva, un Portador de Luz enviado a la Tierra para ayudar a la humanidad a liberarse.

Las implicaciones jerárquicas en la tradición de Seth han repugnado a la mente moderna, temerosa ante cualquier forma de verdadero elitismo, tanto como lo repugna el sacerdocio judío. Todavía más inaceptable sería en la actualidad pensar sobre el abismo que existe entre las razas humanas. Y aún más, sobre el abismo entre la raza superior y lo que queda sobre la superficie de este planeta.

Los Niños de Seth han nacido al mundo con un patrimonio de conocimientos y poder innatos acreditados por su pertenencia a otra raza. Ellos son los Antiguos, ya iluminados y con acceso a facultades psicoespirituales que pertenecen a un mundo distinto, a un tiempo diferente al nuestro y que les confiere el derecho y la obligación de gobernar.

Los Niños de Seth tenían la reputación de ser unos grandes astrónomos, lo que nos recuerda a Pitágoras, el maestro iniciado en los Misterios Solares de Egipto, quien tenía unos conocimientos astronómicos sorprendentes. Aunque vivió 700 años antes, fue más explícito que los gnósticos al referirse al origen extraterrestre de los dioses. Respecto al alma, Pitágoras afirma que “emana de un orden espiritual invariable y más elevado, así como también de la evolución anterior, de un sistema solar extinto y ha habitado muchos otros sistemas solares parecidos”. El destino del hombre ha de ser elevarse por encima de él mismo, más allá de la luna, más allá de las órbitas de los planetas más lejanos, más allá de este sol y de las estrellas, para volver al mundo que es el auténtico hogar y que permanece lejos de este sistema solar, en las profundidades del universo.

En Sumer, Anu era el dios de los cielos. Los Annunaki sumerios son la misma raza celeste que la tradición egipcia identifica como la raza de Seth.

Fuente

La vaca unicornio de China

El agricultor Jia Kebing, notó una pequeña protuberancia en la frente de esta vaca cuando nació hace dos años, pero no esperaba que creciera 20 cm hasta convertirse en un verdadero cuerno.

La granja de Kebing, localizada en la provincia septentrional china de Hebei, se volvió repentinamente famosa y la gente no para de acudir a ver a ésta curiosa vaca unicornio, producto de un capricho de la naturaleza.

Al preguntarle a un veterinario sobre ésta cuestión, aclaró que éste no es el único caso ya en la historia han existido otras malformaciones formaciones inexplicables de éstas características tanto en animales como en personas. (Ver: Esqueletos Gigantes y Calaveras con Cuernos) Esto podría dar lugar a la posibilidad de que el mito de los Unicornios haya sido producto de la existencia real de éstos seres en algun momento determinado del pasado.

El Hombre Oso – La leyenda del Ucumar

El Ucumar, algunas veces conocido como Ucumari o Ucumare, incluso como el hombre oso, es un mítico animal salvaje terriblemente feo, con ligeros rasgos humanoides, manos y pies muy grandes y cuerpo enteramente cubierto de pelos, larga barba y frente angosta.

Ucumar significa «oso» es lenguaje quichua y aymara y su leyenda se circunscribe al ámbito de América del Sur, especialmente el norte argentino, Perú, Bolivia, Ecuador y algunas regiones de Venezuela y Colombia.

En la mitología precolombina el oso de anteojos era venerado por los Indios y puede que de aquella época ya existan algunos relatos sobre un oso de anteojos relacionado con las cuestiones sobrenaturales. Existen algunas petroglifos con representaciones del oso frontino en la iconografía precolombina.

El Ucumar se dice que es ser mitad hombre y mitad oso y que vive en las selvas del Noroeste argentino, tambien conocidas como las yungas. El Bolivia, se conoce como Jukumari y habita las zonas boscosas del Departamento de Chuquisaca. Ambos están emparentados con mitos peruanos de antigua data.

El Ucumar vive en cuevas, en el fondo de las quebradas, pero merodea los ríos y vertientes, bañándose en ellos: es fácil por eso encontrar allí sus pisadas, similares a las de un oso. Según algunas versiones, además de fuerte es ágil, y puede treparse a los árboles más altos.

Descubrimiento del Ucumar – 2010

A finales de octubre del mes pasado, se dió a conocer, por distintos medios de comunicación, la noticia de que dos puesteros de un paraje del cerro El Crestón, ubicado a unos 40 kilómetros al oeste de San José de Metán, departamento de Metán de la provincia de Salta habían cazado a un extraño ser de aspecto humanoide pero de descomunales y afilados dientes. La fotografía del críptido recorrió la web y los noticieros de la televisión y se sumaron a los rumores de los lugareños que vaticinaba el desrubrimiento del legendario «Ucumar».

La noticia reavivó por un corto plazo el debate sobre la existencia del Yeti local. Sin embargo, a escasas dos semanas del hallazgo, una comisión policial acudió a la zona en donde se había producido éste misterioso hallazgo; Precisamente al cerro El Crestón de Metán, con el objetivo de corroborar dicha información y a buscar las pruebas necesarias para iniciar una investigación.

En dicho operativo, uno de los dos arrieros involucrados en la historia, explicó que ellos habrían matado a un mono y que posteriormente un visitante le habría tomado fotos y divulgado el fraudulento hallazgo del Ucumar.