Curiosidades: La Sirena que fue declarada santa.

Según una leyenda irlandesa del año 90 A.C. existió una sirena que fue declarada santa.

Se trata de una niña de nombre Liban, que fue arrastrada por la olas y que sobrevivió gracias a que le creció una cola de salmón. Y vivió cientos de años hasta que unos pescadores la atraparan con sus redes en el siglo VI. Fue bautizada con el nombre de Murgen, cuyo significado es «hija del mar» y como le atribuyeron numerosos milagros el santo irlandés Congal la elevó a los santos altares.

Las Pitonisas y el Oráculo de Delfos.

El oráculo de Delfos fue un gran templo sagrado construido en Grecia, en la antigua ciudad de Delfos, al pie del monte Parnaso. Los griegos acudían al oráculo para preguntar al dios Apolo y aotras deidades sobre las cuestiones que los inquietaban.

Las Pitonisas del Oráculo de Delfos.

El nombre de Pito fue tomado de la serpiente Pitón (?????) que vivía en una cueva de estos parajes y a la que el dios Apolo dio muerte para apoderarse de su sabiduría y ser él quien presidiera el oráculo. La mitología cuenta que después de dar muerte a la serpiente, Apolo guardó sus cenizas en un sarcófago y fundó en su honor unos juegos fúnebres que se llamaron Juegos Píticos. Más tarde corrió la leyenda de que ese sarcófago se hallaba enterrado debajo del ónfalos, piedra cuyo nombre significa «ombligo del mundo», en el templo de Apolo en Delfos. De este nombre derivó el de Pitia o Pitonisa (?????), nombre que se le fue dando a las mujeres que interpretaban las respuestas, es decir el oráculo. Al templo de Apolo se le llamaba también Pition (????o?) y al mismo Apolo en Delfos se le llamó Apolo Pitio.

La elección de las pitonisas se hacía sin ninguna distinción de clases. A la candidata sólo se le pedía que su vida y sus costumbres fueran irreprochables. El nombramiento era vitalicio y se comprometía a vivir para siempre en el santuario. Durante los siglos de apogeo del oráculo fue necesario nombrar hasta tres pitonisas para poder atender con holgura las innumerables consultas que se hacían por entonces. Sin embargo en los tiempos de decadencia sólo hubo una, suficiente para los pocos y espaciados oráculos que se requerían.

Las predicciones del Oráculo.

La historia del Oráculo de Delfos, cuenta que el grado de acierto de las predicciones de las Pitonisas del templo era muy alto, incluso cuando éstas se equivocaban, se atribuía el error a la interpretación de lo dicho y no a la predicción. Este misterio, ha suscitado diversos estudios e investigaciones a lo largo del tiempo para averiguar las razones de semejante certeza; El ensayista Plutarco explicaba que Pitia entraba en estado de trance por la exhalación de gases que surgían de unas fisuras en el suelo; Esto producía que el Oráculo cobrara su poder. Sin embargo, hasta la fecha las predicciones siguen siendo solo una leyenda sin demasiados documentos históricos que avalen que el oráculo realmente adivinara o vaticinara cuestiones trascendentales.

La Leyenda de Jack El Saltarín.

La aparición de este extraordinario ser data del siglo XVIII y fue durante muchos años el enemigo público número uno, a tal punto que el almirante Codrington llegó a ofrecer una recompensa por la captura de Jack el Saltarín, después de que éste hubiese asustado a su hija.

Las apariciones de Jack el Saltarín.

En febrero de 1855, después de una gran nevada aparecieron unas huellas extrañas en la ciudad de Devonshire. Las huellas eran grandes e inexplicablemente parecían ser una mezcla de huellas de hombre y animal. Aparecía por todos lados, por el suelo, tejados y paredes. Los vecinos sabían que se trataba de Jack el Saltarín.

Veinte años después, en 1885. Jack se presentó, por la noche, en un puesto de guardia de Aldershot, los dos soldados que le vieron lo describieron así: «Vestía traje de hule y portaba un gran yelmo». Le dieron el alto y le preguntaron por su identidad. Jack dio su nombre, dio media vuelta y se marchó dando saltos. Los soldados disparon prácticamente a quemarropa al ver que no se detenían. Jack se paró un momento, se dio la vuelta y lanzó a los soldados una llamarada de color azul. Luego siguió su camino.

En 1877 hay una noticia extraordinaria: Los vecinos de lindsey, acorralaron a Jack, pero éste subió hasta los tejados y se escapó dando espectaculares saltos.

Jack el Saltarín 200 años después.

Hacia 1938, el Morning Post escribió la última aparición de Jack el Saltarín. Jane Alsop, de 19 años, se dirigió a la puerta al escuchar que llamaban. Cuando abrió se encontro con «alguien» que llevaba brillantes vestiduras y con una luz que le salía del pecho. Jack agarró a la chica por el brazo y ésta comenzó a gritar. La familia acudió a su ayuda. jack la soltó, no sin antes quemar la cara de la joven con un extraño gas azulado. Según la Policía, los hermanos de la chica dijeron que en la huída Jack perdió la capa, y fue su propia sombra quien la cogió del suelo. Sería la Policía, sorprendida, quien haría pública la descripción de Jack, que coincidía con las que ya hemos visto y con la de otras jóvenes atacadas por este ser llamado; Jack el Saltarín.