Criaturas Mitológicas con forma de Mujer

El folklore popular de diferentes culturas está repleto de criaturas fantásticas. Algunos de ellos, denominados híbridos, formados por una parte humana y otra animal, otros producto de una metamorfósis provocada por un castigo divino o simplemente aquellos cuyas características físicas están en el plano de lo sobrenatural. El genero femenino tiene una amplia variedad de imagenes mitológicas y es por ello que en éste artículo presentaremos algunos de éstos seres mitológicos cuyo figura se ha inspirado en la belleza de la mujer.

Vampiras

Las vampiros desarrollan siempre incisivos largos y afilados para alimentarse de la sangre de los humanos. El alimentarse de las esencias vitales de otras personas les da un aspecto de vitalidad rebosante, con labios y mejillas rojos, aunque esto puede desaparecer de cuando en cuando, si los intervalos entre un festín de sangre y otro son muy largos, lo cuál hace a las vampiras especialmente peligrosas por sus ganas de conservar su apariencia.

Las vampiras aprovechan su atractivo y seducción para beneficiarse a costa de sus conquistas y llevar a sus víctimas a una posición de desventaja dónde saciarse con ellas.

Ninfas

Las ninfas son seres mágicos procedentes de las fuerzas de la naturaleza. Su creación es simple; la esencia natural de ninfa crea un cuerpo y lo «habita». Este cuerpo es siempre el de una mujer de enorme atractivo y encanto. Tienen su propio lenguaje musical.

Una ninfa tiene la apariencia de una mujer siempre joven y de gran belleza. Es muy inteligente, y de mente rápida e ingeniosa. Cualquier animal que esté cerca de una ninfa se acercará para ser acariciado por ella,sin importale tener cerca incluso a su peor enemigo. Continuar leyendo «Criaturas Mitológicas con forma de Mujer»

Mitos sobre la creación del universo y del hombre

Los mitos y las religiones de todas las civilizaciones se preguntaron sobre el origen del hombre y del mundo. Según la mitología griega, en un comienzo existía la Abertura, un vacío negro en el que nada se podía distinguir y que se llamaba Caos.

Luego apareció la Tierra, a la que los griegos llamaban Gea. La Tierra no era un espacio oscuro como el Caos sino que tenía una forma. La Tierra era aquello sobre lo que los dioses, los hombres y las bestias podían marchar con seguridad. Nacido del Caos, el mundo tiene ahora un piso. Después de Caos y Gea aparece Eros, el amor primordial. Y Tierra da a luz a dos seres muy importantes: Urano, el Cielo y sus estrellas y Ponto, el agua.

El mundo se construye entonces a partir de tres entes: Caos, Gea y Eros, y dos entidades paridas por Tierra, que las saca de sus profundidades, de su interior y las expulsa al exterior: Urano (el cielo) y Ponto (el agua). Más tarde, Urano y Tierra conciben a varios hijos, los Titanes, que no pueden salir de las profundidades de la Tierra porque el Cielo que está sobre ella la cubre completamente.

Una vez, Cronos, uno de los Titanes que está dentro de ella y no puede ver la luz, castra a Urano. En el momento de la castración,  Urano grita, se aparta de Gea y se lanza a lo más alto del mundo, desde donde jamás regresará. Como Urano tiene el mismo tamaño de Gea, de cualquier lugar del mundo desde donde se alce la vista, se encontrará un pedazo equivalente de cielo.

La separación de Cielo y Tierra crea el espacio libre permitiendo el nacimiento de los seres vivos, que tendrán un lugar donde respirar y vivir. Los dioses son los descendientes de los Titanes, por lo tanto, de Cielo y Tierra. Es posible que los hombres nacieran de Tierra. En los primeros tiempos de Zeus —dios que reinó sobre todos los dioses, matando al resto de los Titanes—, los hombres eran siempre jóvenes, no conocían el nacimiento ni la muerte, y convivían con los dioses. Después de miles de años, talcomo habían  aparecido, los hombres se dormían y desaparecían. Los hombres no necesitaban trabajar, todos los alimentos y las riquezas estaban a su disposición.

Sin embargo, los dioses separaron los entes creados, y entonces, de los descendientes de la Noche nacieron todos los males, la muerte, el asesinato, la mentira. Zeus reservó los males del mundo para los mortales. Solo los dioses estaban exentos de desdichas y muerte. Los dioses ocultaban lo que hace vivir a los hombres.

Leyendas : Los gigantes de los Urales

Cuenta la leyenda que en tiempos pretéritos, en los espesos bosques de los montes Urales vivía la poderosa tribu de los Mansi, cuyos hombres eran capaces de vencer a los osos y de correr más rápido que los ciervos.

Los Mansi eran una antigua tribu de cazadores y expertos curtidores, las mujeres realizaban prendas de piel fina, únicas en todos los Urales. Se cuenta que los espíritus que habitaban en la montaña sagrada Yalping.Nyeri, ayudaban a los Mansi porque su líder Kuuschay era un hombre sabio y sabía contentarlos.

El líder tenía dos hijos, una mujer y un barón. Su hija, esbelta como los pinos que crecen en los bosques densos cantaba tan bien que incluso los venados corrían fuera del valle de Ydzhid-Lyagi para escucharla.
Los rumores sobre la belleza de la hija de Kuuschay, llegó hasta los oídos del gigante Torev, que junto a su familia se encontraba cazando en las cercanas montañas Haraiz. El gigante, embelesado por la belleza de la joven, exigió su mano a Kuuschay. Pero el viejo líder se negó a entregar a su hija y Torev, enfurecido, llamó a sus hermanos gigantes para tomarla por la fuerza.

Aprovechando que el hijo del líder, Pygruchum, junto a los guerreros de la tribu habían salido a las montañas a cazar. Los gigantes asediaron al pueblo de los Mansi que, durante todo un día, resistieron los envites de los titanes desde sus altas murallas de hielo. Bajo una nube de flechas, el jefe Kuuschay gritó desde la torre más alta: -¡ Oh, buenos espíritus, salvadnos de la muerte! ¡Que Pygrychum vuelva a casa! Continuar leyendo «Leyendas : Los gigantes de los Urales»