El fondo de este lago ha permanecido hasta ahora más secreto que la superficie de la luna”, explicaba Jacques Cousteau en 1968, luego de realizar la tercera exploración arqueológica subacuática en la historia del lago Titicaca. Sus aguas, así como sus 36 islas, esconden un sinfín de enigmas, historias y leyendas vinculadas fuertemente con el misticismo chamánico, la cosmovisión y lo mágico. Una, la más conocida y comentada a los turistas, se remonta a sus orígenes y destaca la importancia del dios Viracocha en los pueblos ancestrales que habitan la Isla del Sol, la tierra naciente de la civilización inca.
En la actualidad, la vida cotidiana y las costumbres de los aymaras, los quechuas y los urus son el resultado de un profundo mestizaje entre la fe cristiana que impusieron los colonizadores españoles y las creencias incaicas milenarias.
La historia de Viracocha y los pumas de piedra se basa en el significado etimológico del nombre del lago. “Cuando los españoles llegaron aquí no pudieron pronunciar correctamente Titekjarka, que es el nombre original, y por eso lo llamaron Titicaca. Traducido al castellano sería el lago de los pumas de piedra (tite es jaguar y kjarka, roca)”, explica Alfredo, uno de los ocho guías de la comunidad challampampa que habita el sector norte de la isla. Incluso, existen teorías que prueban que al invertir el mapa del lago puede apreciarse el contorno de un puma sosteniendo entre sus garras a una vizcacha. Esta imprecisa y rebuscada interpretación intenta establecer coincidencias entre el nombre del lago y su topografía.
Sin embargo, existen otros que apuntan el origen de su nombre al de la isla Intikjarka, que derivada de las lenguas aymaras y quechuas significa Isla del Sol (inti: sol y kjarka: isla).
A pesar de que coexistan diferentes interpretaciones contrapuestas sobre el significado del término Titicaca, todas las leyendas coinciden en Viracocha como el dios Sol, creador de las estrellas y la luna, y artífice supremo de los hombres y los pueblos.
Los mitos incaicos y preincaicos que supieron recoger los primeros cronistas españoles hace 500 años registran dos apariciones: una que lo retrata emergiendo de la Roca de los Orígenes (Roca Titicaca o sagrada) durante la creación del mundo y otra que cuenta que surgió de las aguas del lago durante la época del Purun Pacha (el silencio después de la tempestad). “Viracocha Pachacayaki tiene mucha energía. Los que tocan la roca sagrada reciben algo muy especial porque es el creador de todas las cosas y su poder es infinito”, afirma Elio, un guardaparques del Museo del Oro de la Ciudad Sumergida. Continuar leyendo «El Lago Titicaca: Misterios Y Contactos Extraterrestres»