Si alguien pudiera viajar hasta los confines del Sistema Solar, observaría algo muy extraño. De repente, atravesando el cinturón de Kuiper – una región entre Neptuno y Plutón con un millar de asteroides de roca y hielo – no hay nada. Los astrónomos lo llaman el acantilado de Kuipper no pueden dejar de preguntarse a qué se debe ese abrupto corte. Una posible respuesta es la existencia de un décimo planeta que haya atraído gravitacionalmente hacia su órbita estos objetos. Sin embargo, aún nadie consiguió aportar ninguna prueba de su existencia.