La rabia, una infección por rabdovirus y la porfiria eritropoyética congénita, también llamada enfermedad de Günther.
Las porfirias se producen por errores del metabolismo de las porfirinas, pigmentos precursores de la hemoglobina (ya que forman parte del grupo Hemo de la misma) que se encargan del transporte de oxígeno en la sangre y le da su característico color rojo. Un defecto en el ADN produce una alteración de la actividad enzimática encargada de producir las porfirinas, incrementando su velocidad de formación y produciendo una acumulación excesiva de las mismas.
El depósito de porfirinas en la piel sería causa de una de las características principales que se atribuyen a los vampiros, ya que provoca una hipersensibilidad a ciertas radiaciones del espectro solar (las de 400 nm de longitud de onda y en menor grado las de 500 a 600 nm), lo que desencadena un proceso de producción de peróxidos que, al liberar oxígeno atómico en los tejidos, provoca la destrucción celular. Esta exquisita fotosensibilidad hace que la exposición a la luz solar origine un fuerte enrojecimiento cutáneo, con formación de ampollas que se infectan fácilmente y forman erosiones y úlceras que al cicatrizar dejan marcas y deformaciones en la zona afectada; la piel se agrieta y con la exposición solar es frecuente que sangre con facilidad.
Por otro lado, la clásica «facies vampírica» se explicaría cuando las lesiones faciales son extensas y por su carácter recidivante se vuelven mutilantes, destruyendo los labios (que dejan la dentadura al descubierto, aparentando ser los dientes de mayor tamaño que el normal), así como los cartílagos de la nariz (mostrando frontalmente los agujeros nasales) o los auriculares (dando ocasionalmente un aspecto puntiagudo a las orejas). Al acumularse las porfirinas, los ojos pueden aparecer de color rojizo así como los dientes (donde aparece la llamada eritrodoncia por el depósito porfirínico en la dentina).
Por otra parte, los defectos en la producción de hemoglobina dan lugar a un cuadro de anemia hemolítica con toda la sintomatología característica de las anemias, siendo llamativa la palidez general tal y como presenta la imagen clásica del vampiro. Un tratamiento habitual son las transfusiones de sangre o del grupo Hemo, que no sólo mejoran la anemia sino que frenan la producción de porfirinas; muchos han alegado que por esa razón los vampiros ansían la sangre, pero aunque antiguamente la terapéutica médica para las anemias incluía beber sangre de otros animales, lo cierto es que los jugos digestivos la destruirían (y mucha sangre tendrían que ingerir para que pudiera absorberse una mínima parte del grupo Hemo)
Para completar el cuadro, el organismo actúa y en un intento de proteger la piel del sol, desarrolla un hirsutismo o desarrollo anormal del vello en la frente, pómulos y extremidades, afectando a zonas tan poco habituales como las palmas de las manos (una característica que Bram Stoker narra en su novela al describir por primera vez al conde Drácula).
no es porfiria
es PORFIRINA
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porfirina es un metabolito intermediario en el metabolismo del grupo hem de la hemoglobina, y porfiria es una enfermedad que tiene como base el acumulo de estas sustancias ocasionando fotosensibilidad, ampollas, en ocasiones mutilaciones y manifestaciones extracutaneas tambien como cuadros psicoticos, dolores abdominales, ademias, etc.