Uno de los mayores engaños en la historia de los críptidos fue sin duda la conocida sirena de Barnum o sirena de Fiji. Corría el año 1842 cuando este anunciaba a bombo y platillo el hallazgo científico más importante de la historia. Para ello se sirvió de una nota publicada en el Heraldo de Nueva York.
El Dr. J. Griffin (Levi Lyman), que se hacía pasar por un notable investigador y naturalista, y el cual era cómplice de Barnum, se hallaba en posesión de un ser mitológico, de un gran descubrimiento que procedía de las Islas Fiji: Una auténtica sirena.
La curiosidad atrajo a los periódicos y se convirtió en la comidilla de Nueva York. Barnum, cegado por la codicia y su espíritu emprendedor, no dejó pasar la oportunidad de hacerse rico a costa de todos aquellos incrédulos. A través de una serie de cartas, Barnum y el Dr J. Griffin mantenian regularmente su contacto, y estas eran mostradas a los medios por Barnum y consiguiendo así la atención necesaria para el gran debut. Barnum, para terminar de acallar los rumores de los incrédulos, cedió un grabado que decía haberle enviado Griffin de la sirena, donde se mostraba a una bella dama con cola de pez.
Descubriendo la gran farza
Llegado el día de la exhibición se descubrió la gran farsa. La bella dama reflejada en el grabado no existía y la sirena de feejee poseía un aspecto horripilante; lo cual creó un gran descontento entre todos aquellos seguidores del evento. Tal fue la conmoción del suceso, que como cabía esperar tacharon de farsante a Phineas Taylor Barnum, sumiendole en una gran crisis de la cual se recuperó en el año 1860.
Barnum, a pesar del incidente de la sirena, no dudó en mostrarla en su freak show ambulante. Después de todas las críticas, y como buen empresario que era, consiguió atraer a una gran multitud hacia sus espectáculos; todos ellos, embaucados por su palabra.
La sirena de Fiji original ardió en el incendio que sufrió el museo de Barnum en el año 1860. Actualmente se conserva una copia, que está en posesión de la Universidad de Harvard y se encuentra expuesta en el Museo de Arqueología y Etnología Peabody.
Phineas Taylor Barnum
En la década de 1850, y tras conocerse el fraude de la sirena de Feejee, se vió sometido a la humillación pública y no es hasta 1860 cuando consigue saldar sus deudas; construyendose así su mansión, añadiendo a su museo el primer acuario de los Estados Unidos y ampliando el museo de cera ya existente.
En 1875 fue alcalde de Bridgeport, a pesar de haber demostrado años anteriores su desencanto por la política, y poco después, a sus 61 años, se introdujo en el mundo circense, creando uno de los primeros circos ambulantes con zoológico y “freak show” conocidos hasta la época. Tal era su dedicación que en 1872 su espectáculo fue reconocido como uno de los mayores del mundo.
Fuente: Misterios en la red
Una respuesta a «Engaños y criptidos : La sirena de Fiji»