Exploradores británicos dicen haber visto y seguido durante dos semanas el rastro de un hombre mono legendario que vive en una densa región selvática de la Isla de Sumatra, Indonesia.
Un equipo de cuatro exploradores y su guía, persiguieron durante varios días el resto de un Orang Pendek, una supuesta criatura mitad hombre y mitad simio, de baja estatura y pelaje negro oscuro que se presume, viviría en las áreas salvajes de Sumatra.
Como única prueba obtenida de ésta expedición, consiguieron traer de la isla una muestra de cabello y un trozo de madera mordido de palma rattán, que serán sometidas a rigurosos análisis de ADN para descifrar si realmente pertenecen a éste desconocido ejemplar. También descubrieron una extraña huella que aparentemente pertenece a la criatura.
En la isla, existen relatos y testimonios de avistamientos de un extraño ser recubierto de pelos, de un metro y medio de estatura y de apariencia humana desde la época colonial, y existe la creencia popular de que el legendario Orang Pendek posee una fuerza extraordinaria.
El escurridizo orang Pendek comparte su hábitat con el tigre de Sumatra, pitones y cocodrilos de agua salada.
Richard Freeman, el zoólogo de la expedición y director de zoológicos en el Centro de Zoología Fortean, dijo que cree que la criatura es una especie de simio no identificada por la ciencia: «No estamos hablando de un unicornio o un grifo, estamos hablando de un mono que es desconocido para la ciencia», dijo. Por lo pronto se esperan los resultados del ADN.
En el año 1995, el Sr. José Escamilla trabajaba como productor de cine y al revisar las escenas filmadas en exteriores se disgusto mucho al observar algunas manchas que cruzaban la escena. Pensó que podia tratarse de imperfecciones de la cinta de video, sin embargo su curiosidad lo llevó a investigar de que se trataba, ya que las «manchas» parecían corresponderse a algún animal, quizas un pájaro pequeño o hasta incluso algunos insectos que pasaban frente al lente, sin embargo durante la filmación nadie había visto ave o insecto alguno cruzando por el frente de la cámara, incluso los camarógrafos.
Así fué como despues de analizar cuadro a cuadro el video a ver si descubría qué era lo que estaba provocando las «manchas» de la filmación, Escamilla comprobó la incredible velocidad de con la que se desplazaban las manchas y pensó que debía tratarse de algún extraño ser desconocido hasta el momento por el hombre e imperceptible a la vista.
Fue tal su curiosidad, que primero revisó todos los videos de exteriores de su compañía cinematográfica, descubirendo que las misteriosas manchitas también aparecían en varias de éstas cintas. No conforme con eso, Escamilla logró conseguir videos de escenas en exteriores filmadas en diferentes estados, comprobando que en muchas de ellas aparecían también éstos bastoncitos voladores.
Desde ese momento, muchos investigadores en criptozoología y autores de sucesos paranormales se interesaron en lo que Escamilla había descubierto y bautizado como «peces voladores». Más tarde se convino denominarlos simplemente RODS.
Estos misteriosos animales cuyas dimensiones pueden ir desde apenas unos centímetros hasta (según muchos suponen) varios metros fueron descubiertos por casualidad y hasta el momento de su descubrimiento nadie sospechaba de su presencia alrededor de nosotros; sin embargo una vez que se produjeron las primeras noticias de su existencia ha habido un verdadero alud de reportes, la mayoría de los cuales han pasado todas las pruebas de veracidad cuando han sido sometidos al análisis computarizado cuadro a cuadro de cada filmación.
En efecto, los RODS existen!. Y cualquiera que posea una cámara filmadora que grabe imágenes a alta velocidad puede demostrarlo. En especial si efectúa tomas durante el día y a contraluz. Al correr la grabación observará que los RODS se desplazan de manera incansable por todos lados mientras en tanto duren las escenas.
Un video de los RODS.
Desmitificando a los RODS
Las distintas pruebas científicas que se han realizado a numerosas cintas de video, indican que efectivamente los RODS existen, pero no se trata de un ser desconocido que no puede ser visto por el ojo humano. Los RODS son interpretaciones erroneas del instrumento con el que se graba la escena. Son simplemente, un error mecánico.
Se ha demostrado que el paso rápido de insectos, especialmente los grandes, batiendo sus alas frente a una cámara crea efectos en forma de vara, debido a la llamada «mancha de movimiento» que se producen en las dos imágenes entrelazadas que crean cada fotograma, simplemente porque el vídeo es incapaz de captar nítidamente algo que se mueve a más de cierta velocidad.
Investigadores posteriores probaron que la aparición de varas voladoras en los vídeo son una ilusión óptica creada por la lenta velocidad de grabación.
Una de las pruebas, realizada en el otoño de 2005 por investigadores de una instalación en Jilin, China, quienes tendieron una red para capturar a pequeños supuestos rods que se veían en sus filmaciones de seguridad (idénticos a los captados por los promotores del misterio en Occidente); resultaron realmente no ser más que polillas y otros insectos voladores.
Algunos científicos piensan que la presencia de los llamados rods es debido a las cámaras de videos, las cuales toman aproximadamente 30 cuadros por segundo lo cual produce una distorsión o duplicación del objeto que se aprecia en la cámara de video. Esta teoría llevó a algunos camarógrafos a probarla, con un sencillo experimento de dos cámaras una normal de 38 cuadros por segundo y una de alta velocidad de hasta 2000 cuadros por segundo. Cuando se revisa la filmación aparece un «rod» en solo dos cuadros y cuando se ve en la cámara de alta velocidad, se ve a un insecto volando. Esto explica el fenómeno de los rods.
El misterioso cráneo conocido como el «Starchild Skull»; En español: Cráneo del niño de las estrellas, ha sido objeto de especulación y de intriga durante varias décadas. Se trata del cráneo de un niño que por sus características particulares podría provenir de otro mundo.
Historia del Cráneo de Starchild
Hace unos 65 años, en una cueva de un poblado rural ubicado a unos 150 km. al sur del estado mexicano de Chihuahua, una adolescente encontró dos esqueletos completos, uno muy extraño y de pequeño tamaño y otro de estatura y aspecto normal. La joven guardó éstos cráneos durante toda su vida y, tras su muerte, fueron entregados a un matrimonio norteamericano, para finalmente, pasar a manos de los investigadores norteamericanos Lloyd Pye y Mark Bean, quienes con la colaboración de empresas especializadas en genética como Trace Genetics CA USA, Instituto Royal Holloway de Londrés, además, el apoyo de gentista como Dr. Kem Paid junto a varios especialista en quimica, Neurociencia y CraneoFisiología han llegado a determinar que existe una probabilidd cercana al 90 por ciento que el craneo extraño sería de un ser hibrido de madre Humana y el padre de una raza no conocida.
El proyecto starchild
El fenómeno ha despertado semejante interés científico que actualmente, el proyecto «Starchild Proyect«, cuenta con prestigiosos investigadores de todo el mundo, con el único objetivo de dar respuesta a éste increible misterio.
Fotos de ambos cráneos:
El director del equipo de investigadores, Lloyd Pye, afirma que, la existencia de seres extraterrestres en nuestro planeta podría quedar demostrada gracias a éste extraordinario descubrimiento.
Los científicos explican que en las imágenes se puede obtener la siguiente información: Uno es totalmente normal y perteneció a una mujer joven, de entre 20 y 30 años, en cambio, el otro (el craneo StarChild) se le atribuyó a un niño de cinco años, muestra una serie de alteraciones que no parecen propias de un ser humano. Su morfología es muy extraña, con abultamiento a cada lado de los ojos y con la parte posterior alargada y aplastada. Además, las cuencas oculares son muy superficiales, por lo que se supone que la criatura carecía de movilidad en los ojos. Por otra parte, el denominado foramen magnum, el agujero que se encuentra en la base del cráneo y que lo une a la columna vertical, se encuentra adelantado, casi en el centro de la base. Asimismo las pruebas de carbono 14 y ADN, realizadas por el Dr. David Sweet de la University of British Columbia de Vancouver (Canadá), dieron como resultado una antigüedad de 900 años.
A su vez el equipo que analizó los cráneos descartó la posibilidad de que todas esas «peculiaridades» sean malformaciones congénitas, lo que deja con la gran posibilidad de que estamos frente a la presencia de una especie alienígena. esta posibilidad cobra mucha fuerza ya que las muestras de DNA realizada al craneo del «niño» no se ha podido encontar ninguna especie viviente conocida que coincida con el ADN del supuesto Padre, es más, están en la espera del definitivo exámen de ADN realizada con la más avanzada tecnología genética que tendrá el resultado final a fines de 2008 o comienzos de 2009.
La leyenda del niño de las estrellas
En cuanto al origen hibirdo de este niño, los indígenas que habitan la zona donde se encontraron los cráneos cuentan una antigua leyenda sobre los niños de las estrellas. Según estos relatos, que se remontan como mínimo a dos siglos atrás, unos seres procedentes de las estrellas dejaron embarazadas a varias mujeres que vivían en las aldeas más aisladas de la región. Después de dar a luz a estos niños de las estrellas, los criaban durante varios años, hasta que sus padres regresaban del cielo para llevárselos. ¿Es posible que los restos encontrados correspondieran a una madre que intentó evitar que le arrebatasen a su hijo híbrido?
Video: Starchild – Hijo de las estrellas
Una profesía podría cumplirse
En otros artículos ya hemos mencionado algunos de los acontecimientos históricos que Benjamín Solari Parravicini profetizó hace más de medio siglo. Una de sus psicografías habla específicamente de la teoría de Charles Darwin y de la verdadera descendencia del ser humano.
«La teoría de Darwin dejará de ser porque se sabrá que el hombre bajó de los planetas» (Benjamín Solari Parravicini – 1938)