Existe la creencia de que un hombre, en algún caso excepcional y por alguna razón de fuerza mayor, podría amamantar a un niño. Sucede que existe un raro fenómeno desencadenado por una patología llamada prolactinoma, originada por un tumor epitelial en la base del cerebro, en una región denominada “silla turca”. Aunque es una enfermedad beningna, provoca el incremento de la hormona prolactina y puede traer aparejado, como síntoma, la secreción de una sustancia de aspecto lácteo por el pecho. Pero en contra de la creencia, ésta leche no sirve para el consumo humano, por lo tanto, el hombre no puede amamantar a los niños. Así que señor; Si estaba pensando en deshacerte de su señora olvídelo; Al menos, hasta que haya criado a todos sus hijos. :)
Hasta ahora se creía que las marcas comerciales aparecieron luego de la revolución industrial, en el siglo XIX. Pero el arqueólogo inglés David Wingrow, de la Universidad de Londres, descubrió vasijas en la antigua Mesopotamia, que datan de más de 8.000 años, en las que los productores de alimentos y comida, marcaron con su sello personal los objetos de barro, para dar a sus mercancías una señal de autenticidad y confianza. Los logotipos primitivos proyectaban imágenes de masculinidad o feminidad y, en algunos casos, de dioses.
El fotógrafo alemán Uli Westphal mantiene habierto un registro documental con el cual ha realizado algunas exposiciones y que el mismo denomina «Mutato Proyect». El trabajo consiste en retratar y archivar fotografías de frutas y verduras que escapan al estandar de la «normalidad», y que el artista llama «Los últimos sobrevivientes de la variedad natural».
Los ejemplares que fueron recolectados a través de los años en el mercado de granja de Berlín, intentan transmitir a los espectadores la idea de imperfección que mantiene la naturaleza en su concepción, como método de prueba y error.