Aparición de un duende en Salta

Una extraña criatura de pequeña estatura, cabellos largos y de tez muy morena tiene en vilo a una familia del barrio La Cruz, de Chicoana, cuyos integrantes juran haber observado y hablado con ella en el fondo del patio de su casa.

El suceso comenzó la mañana del lunes cuando los Vázquez aseguraron haber escuchado inexplicables ruidos en el techo de la vivienda. A la situación se le suma el movimiento de muebles y pesadillas horribles que padecen los integrantes de la familia. – “Estamos muy asustados desde que ese duende apareció. No se compara con nada. Hasta los perros se asustaron.

Estamos pensando en pedir ayuda al cura del pueblo” – dijo la Silvia Abán de 43 años, la dueña de casa. Su marido, Teodoro Vásquez de 44 años de edad y sus ocho hijos de entre 4 y 20 años vieron a la criatura el día siguiente de que comenzaran los extraños fenómenos en el hogar. Si bien la pareja no pudo apreciar con mayor detalle al duende, sus hijos adolescentes sí lo observaron, especialmente Angel de 20 años y Jesús de 18. Ellos salieron en la oscuridad de la noche a averiguar cuál era el origen de unos extraños silbidos que provenían del fondo de su casa. – “Estaba cerca del horno y cuando gritamos se fue. Pero volvió a seguir silbando por la ventana. Cuando le tirábamos piedras las esquivaba y se reía” – manifestó uno de ellos. Por su parte, Teodoro le ordenó que se retire y uno de sus hijos le arrojó una piedra. – “Entonces comenzó a llorar como una quinceañera con un llanto ensordecedor. Cómo sería que mi mujer entró a la casa muerta de miedo y llorando. Ese duende era una mujer. Tenía voz femenina” – aseguró Vázquez. El duende, con ropa andrajosa y muy melenudo, según el relato, terminó por escabullirse en la barranca del río Chicoana, a pocos metros de allí.

En ese momento sucedió lo más asombroso: – “No me peguen” – habría exclamado la criatura. El silencio y el miedo ganaron a los hermanos Vásquez, hasta que Rosalía, una adolescente, se animó y le preguntó quién era y le respondió, – “ustedes nunca no lo van a saber”. Luego, el ser preguntó varias veces – “¿y Rafa dónde está? ¿y Rafa dónde está?” – repetía.

Finalmente llegaron cuatro policías alertados por la familia. Uno de ellos, el sargento Acosta, en una moto. A los pocos minutos de búsqueda, inexplicablemente, Acosta salió huyendo despavorido desde el barranco y relató luego a sus pares que logró ver, entre las sombras de la noche, unas piernitas delgadas, negras y peludas. Fuente: Blog Paranormal

La leyenda del Pombero

El Pombero o Pomberito es un personaje multifacético de la mitología guaraní. Es muy parecido a los duendes de cualquier historia para niños, con la particularidad que éste se ha visto muy pocas veces. Entre las características que lo describen se puede decir que tiene los pies al revés, lo cual impide a los curiosos seguir su rastro y que puede adoptar la forma de cualquier animal. Los que lo han visto, sostienen que desde la distancia, parece un carpincho parado en las patas traseras. Sus ojos son chatos y sus cejas son muy peludas.

Segun la Wikipedia, se lo conoce también con los nombres de Pyragué (pies peludos), Karaí pyhare (Señor de la noche) y Kuarahy jára (Dueño del sol, tal como se lo conoce en el mito mbyá del sur del Brasil) y Pombéro.

Este anigmático duende ha sido visto numerosas veces con mayor frecuencia en el norte argentino; Misiones, Corrientes, Entre Ríos, Formosa, Catamarca, Jujuy, el sur de Brasil y Paraguay.

A pesar de su aspecto poco amigable, el pombero puede llegar a ser amigo del hombre, dependiendo de su conducta aunque su función principal es la de cuidar el monte y los animales salvajes. Le encantan además el tabaco y la miel.

Apariciones del pombero

Una de las apariciones recientes del Pombero que llegó a oidos de la prensa y los medios de comunicación, sucedió en el año 2007. Una niña de 13 años y su prima de 15, presentaron una denuncia muy peculiar en la comisaria de Apóstoles. En la denuncia declararon que estando muy cerca del colegio provincial Antonio Biale, algo hizo que perdieran completamente la noción del tiempo. Al recobrar el sentido, se dieron cuenta con gran temor que se encontraban sobre las vías del ferrocarril y un tren se aproximaba a gran velocidad. Por fortuna, lograron escapar ante la mirada de una extraña criatura que las obserbava. Describieron ésta aparición como un pequeño hombrecillo vestido con capa roja, y un gran sombrero amarillo. No sabían como ahabían terminado en las vías del ferrocarril, aunque recordaban que al momento de perder la conciencia, estaban hablando de la leyenda de «El Pombero», en la que, por cierto, no creían pese a que lo habían oído muchas veces en sus casas. (Debajo un recorte del diario correntino el territorio)

Muchos testigos del campo afirman, todavía en la actualidad, que lo han visto. Puede molestar a sus enemigos tirándoles piedras o haciéndose invisible para luego mover las ramas de los árboles o imitar voces de animales salvajes o aparecerce como un asno sin cabeza y cosas por el estilo. Abre puertas y ventanas con violencia. Anuncia su presencia por un silbido agudo en medio de la callada noche. Busca asustar a la gente piando como ciertas aves cuando cae el sol, es otra forma de saber que el Pombero está muy cerca. Se dice que le gusta rondar a mujeres embarazadas porque piensa que es el padre o madres con bebés pequeños que no han sido bautizados y se les anuncia por las formas ya mencionadas.