El evangelio prohibido de San Judas

Un papiro fue descubierto por casualidad en una cueva en Egipto hace ya varios años, aunque no existe una información precisa sobre los acontecimientos sucedidos durante su descubrimiento, como ya ha ocurrido con otros textos, como el extraordinario Rollos del Mar Muerto, una colección de manuscritos hebreos escritos en piel de oveja y fechados entre el siglo II. BC y AD, el análisis de las cuales (173 incluyendo todos los libros del canon hebreo, , ha hecho una gran contribución a nuestro conocimiento del hebreo bíblico, y puso de relieve la historia y los secretos judios.

También es importante comprender que desde los origenes del cristianismo, el público en general conoce los textos bíblicos canonizados por la Iglesia católica, pero que ciertamente no son los únicos. En 1945, otros textos gnósticos fueron encontrados, enterrados en una olla de barro, por campesinos egipcios cerca de la localidad de Nag Hammadi. Entre los más de 12 versiones completamente nuevas de las enseñanzas de Cristo, incluyendo un Evangelio de Tomás, uno de Felipe y un Evangelio de la Verdad.

El Evangelio de Judas.

Presentado inicialmente a un anticuario como un texto de nombre Hanna, en El Cairo y vendido posteriormente a algún coleccionista multimillonario, el Evangelio de Judas ha aparecido también en la escena de los evangelios apócrifos.

Se han perdido algunos pasajes importantes del texto por motivo del descuido de sus múltiples poseedores. De Egipto a Europa y luego hacia los Estados Unidos donde durante 16 años, el Hanna se mantuvo en una cámara acorazada de Nueva York.

La historia del Codex de Tchacos

En el año 2000, Frieda Tchacos lo compró por alrededor de $ 300.000 y abocó todo su esfuerzo en su traducción, aunque el deterioro del codex le imposibilitaba culminar con su labor, solicitó ayuda a expertos en el tema y finalmente con la ayuda de la Fundación Mecenas de Arte Antiguo, logró terminar las labores de restauración y traducción de poco más del 80% del evangelio.

La Sociedad National Geographic y el Instituto Waitt for Historical Discovery, financiaron por completo las tareas antes citadas con el objetivo de mostrarle al mundo la historia que el codex relata.

Segun el análisis científico el papiro es entre el 220 y el 340 dC. El texto está en lenguaj copto, que es el idioma en el que se encuentran la mayoría de los textos cristianos del siglo primero y segundo.

El enigma de los trépanos egipcios

Hace ya más de un siglo, que a petición del arqueólogo y egiptólogo William Matthew Flinders Petrie (1.835-1.942), el ingeniero de la Antigua presa de Asúan, especialista en herramientas industriales y petrografía, Benjamín Baker, elaboró el conocido como «Informe Baker».

Este informe aparece en la obra de W.M. Flinders Petrie, «Pyramids and Temples of Gizeh», y trata sobre la utilización de antiguas herramientas por parte de los canteros y artesanos egipcios. Las conclusiones a las que llegó B. Baker después de exhaustivos análisis y ensayos sobre el terreno fueron rotundas y sorprendentes, pudiéndose deducir de todo ello afirmaciones como la siguiente: «…si un ingeniero moderno fuera capaz de reproducir la herramienta antigua no solamente se haría millonario, sino que revolucionaría la industria moderna…». ¿Cuáles fueron las razones para que B. Baker llegara a esta increíble afirmación?.

En 1.883, W.M. Flinders Petrie (Ilustración Derecha), presentó en el Instituto Antropológico de Londres un estudio sobre los taladros efectuados sobre bloques de roca de gran dureza, tales como el granito y la diorita. Entre éstos, aparecían los trépanos que se pueden observar en dos bloques de granito rojo de unos 12 centímetros de diámetro, que se encuentran en la Gran Pirámide, el primero de ellos tirado en el suelo, a la izquierda de la entrada original, situada por encima de la utilizada actualmente para acceder a su interior, y que fue realizada por Abdullah Al Mamún a la búsqueda de los tesoros que diferentes leyendas señalaban en el interior de la Gran Pirámide, y el segundo de los bloques, en el Pozo de la Cámara del Caos, a una considerable distancia del primero.

Entre varios de los datos técnicos aportados por Petrie, se podía ver el de un trépano realizado sobre un bloque de granito con un diámetro de 5,6 centímetros, y en el que se apreciaba en su interior un surco en espiral de cinco vueltas, con una diferencia de una a otra de 2,3 milímetros, lo que viene a significar casi un metro de avance en un sólo intento de perforación. En el caso de los bloques de la Gran Pirámide, las cifras también eran desconcertantes, pues se apreciaba que en cada vuelta el trépano se introducía 2,5 milímetros en la roca de granito rojo, un dato inexplicable si tenemos en cuenta que con nuestra más moderna tecnología, los trépanos de diamante sintético solo logran un avance de 0,05 milímetros por vuelta, exactamente cincuenta veces menos que los supuestamente primitivos y rudimentarios trépanos egipcios.

En otro de los trépanos observados de 11,43 centímetros de diámetro, y realizado en un durísimo bloque de diorita, se podía apreciar que el surco en espiral alcanzaba las 17 vueltas, nada más y nada menos que 6 metros de una sola tirada. Entre la sorpresa y la incredulidad, siguieron apareciendo nuevos datos de trépanos de todo tipo de diámetro, desde los 70 centímetros a incluso los minúsculos de 1 centímetro de diámetro, pero no por ello con menos efectividad a la hora de penetrar en la dura roca. Continuar leyendo «El enigma de los trépanos egipcios»

Misterios : Las 18 momias de Luxor

En un almacén de la necrópolis nobiliaria de El-Asasif, en Luxor se encontraron 18 momias embalsamadas a las que un grupo de científicos españoles realizaron un análisis a fines del año 2009, cuyos enigmáticos resultados se presentan en una exposición, en la sede barcelonesa del Museo de Arqueología de Cataluña (MAC) hasta el 5 de septiembre de éste mismo año.

En el interior de una de las 18 momias se encontró un esqueleto de rata. Otras evidenciaban haber sido mordisquedas por roedores en la nariz o en las nalgas. En otra hicieron su nido las avispas. La número 2 mostraba en la mano izquierda la enfermedad (o contractura) de Dupuytren, que deja los dedos fijos, y hongos en las uñas de los pies (onicomicosis). La 6 estaba totalmente cubierta de sal natrón, que le daba un bonito aspecto azulado. La 8 y la 17 lucían pulseras. y esta última acaso un escarabajo en el pecho.La 9 conservaba pelos del bigote y la barba de color pelirrojo. La 11 parecía llevar bufanda. La 10 tenía ¡dos mandíbulas! (una, lógicamente, intrusiva). La 16 carece de cabeza, auqnue ésta fue arrancada póstumamente, pero disfruta de un amuleto del tipo nudo de Isis.

«Trabajamos en la tumba de Monthemhat, donde hemos investigado centenares de restos humanos, y cada vez que aparecen momias en la zona nos avisan», explicó el médico paleopatólogo Joaquim Baxarias, que ayer dio una charla en el museo. «Éstas habían sido guardadas y olvidadas en el almacén 4 de la Casa Americana y se sospechaba que pudieran proceder de nuestra tumba, pero no se conserva ningunainformación sobre ellas. Hemos descubierto que son 12 mujeres y 6 hombres, de dos generaciones, unade época del reinado de Pianji, en el siglo VIII antes de Cristo (Tercer Período Intermedio, Dinastía XXV nubio-cushita, los denominados faraones negros); que se trata de nobles, con cargos importantes, alguno incluso sacerdote de Amón. Pero, curiosamente, sus momificaciones no siguen los patrones habituales en la clase alta: sólo una presenta evisceración y dos extracción de cerebro».

Las momias han sido observadas sin tocar los envoltorios que conservaban y sin trasladarlas, mediante un aparato de radiología digital portátil. La patología más abundante que presentan es artrosis, padecida por algo menos del 20% del grupo (en las clases trabajadoras egipcias era muy superior). A una momia a la que se le arrancó el pecho, destaca Baxarias, se le puede ver excepcionalmente el corazón momificado, que debía conservarse in situ. El estudioso recalcó que todas las momias han sido tratadas respetuosamente en el examen, actitud que desgraciadamente no han mantenido antes los insectos, los ratones ni el tiempo. Fuente: elpais.com