El científico británico Isaac Newton, descubridor de la ley de gravedad, previó que el fin del mundo llegará en 2060, según una exposición en la Universidad Hebrea de Jerusalén.
La exposición revela nuevos documentos sobre el trabajo y las investigaciones del científico, que vivió entre 1642 y 1727, de las que se deduce que, además de la física y la alquimia, estudió profecías apocalípticas escritas en la antigüedad.
Nos revelan que Newton se esforzó en descifrar lo que él consideraba que eran conocimientos secretos, conocimientos codificados en las escrituras sagradas de culturas antiguas y de otros archivos históricos.
Entre los manuscritos del científico hay uno en el que trata de calcular el fin del mundo según el libro del profeta Daniel en el Antiguo Testamento y llega a la conclusión de que se producirá en el año 2060. En otros, analiza textos hebreos consagrados en la liturgia judía así como fragmentos del filósofo y médico cordobés Maimonides.
Los documentos de la exposición «Los Secretos de Newton» pertenecen a la Biblioteca Nacional de Israel, situada en el campus de ciencias de la Universidad Hebrea. A la Biblioteca llegaron en 1969, donados por el filántropo judío Abraham Shalom Yehezquel Yehuda, que los había comprado en 1936 en una subasta en Londres.
Es la primera vez que se exponen los documentos del consagrado científico británico y muestran una de sus caras más desconocidas, la de tratar de extraer material científico de textos antiguos como la Biblia y el Talmud.
Newton hizo una aproximación a estos estudios con la misma meticulosidad que demuestra en su trabajo científico y hace una aproximación a la ciencia con el fervor religioso que lo llevó a ser considerado una suerte de profeta.
Los tesoros de esta exhibición nos invitan a replantearnos dicotomías tradicionales como antigüedad y modernidad, ciencia y religión, racionalidad e irracionalidad.
Un extenso y atrapante documental de TV AZTECA y Extranormal que realiza un recorrido por numerosos misterios de la historia de la humanidad hasta llegar a una fecha; El año 2012. Un programa especial con invitados expertos en diferentes areas de conocimiento esotérico y paranormal.
Muchas veces hemos oido hablar sobre el final de los tiempos, el Armagedón o sencillamente el fin del mundo.
Numerosas fuentes de los más diversos medios de comunicación, entre los que podemos citar, libros, revistas, diarios, radio, televisión e internet, han generado polémica más de una vez en torno a ésta cuestión y la mayoría de las religiones y filosofías de todo el mundo poseen en su legado ideológico la hipótesis de que en algún momento, la humanidad, tal y como la conocemos llegará a su fin.
Y en ésta disputa por fijar la fecha de vencimiento del mundo, hemos escuchado, a lo largo de los años, una y otra fecha de caducidad posible. Esta vez, el día del Juicio final parecería ser el 21 de Diciembre del año 2012.
Pero antes de explicar detalladamente el porque se le atribuye ésta fecha al Apocalipsis moderno, realicemos un breve recorrido por antiguas, y no tan viejas predicciones que afortunadamente no se cumplieron.
Fin del mundo en la mitología
La guerra entre deidades, es un acontesimiento de la mitología Nórdica en la que todos los Dioses (malos y buenos) se reunían en el Olimpo y se libraba allí una batalla que terminaba con toda la humanidad en pos de la resurción de un mundo en donde no existiera el Mal. La mayoría de las mitologías tienen su final de los tiempos, generalmente asociados a cambios para mejorar la condición humana.
Las Religiones y el fin del mundo
El Cristianismo: El mensaje de Cristo suponía que la humanidad estaba a punto de acabar. Sermones como el de la Montaña invitaban a liquidar los bienes materiales, y eso es un poco contradictorio para alguien que piense en vivir. El cristianismo, dosmil años después de que se produjera su mayor acontecimiento; A saber, la encarnación de Cristo, se enfrenta a su mayor problema: Explicar por qué existe la humanidad tantos años después de aquel suceso.
Cristianos, musulmanes y judíos de todas las ramas coinciden en que un día, tras multitud de penalidades, vendrá Dios a dar por finalizado el mundo de una manera u otra.
Nostradamus y el fin del mundo
Uno de los profetas más conocidos de todos los tiempos fué Nostradamus (Michel de Notre-Dame, 1503-1566), quien nos legó su propia profesía sobre el fin del mundo. En su Centuria X, 72 que dice:
«El año mil novecientos noventa y nueve siete meses, Del cielo vendrá un gran Rey de terror: Resucitar el gran Rey de Angolmois,
Antes después de Marte reinar por dicha».
Muchos estudiosos del profeta creen que en ésta centuria, el profeta habla sobre el fin del mundo tal como lo conocemos, y que el acontecimiento tendría lugar en el año 1999, durante su séptimo mes.
El final del mundo en el 2000
Durante los años previos al nuevo milenio, se sucedieron una gran cantidad de vaticinios sobre el fin del mundo. Los augurios provenían de distintas religiones y sofismos. Asociados seguramente al advenimiento del nuevo milenio. Una gran ola de suicidios asociados a éstas creencias se desató en distintos lugares del planeta. Afortunadamente el año 2000 comenzó y el mundo, con sus cosas buenas y otras tantas malas, continuó existiendo!
El año 2010 y las profesías de Los Mayas
Poco se conoce de la cultura de Los mayas, sin embargo se sabe que poseían el calendario extremadamente exacto. Tal vez más exacto que el calendario actual. En asusta2, ya hemos hecho referencia a las 7 profesías de los mayas. Una de sus profesías dice que el fin del mundo vendrá el 21 de Diciembre del 2012. Tal vez no del modo en que otros vaticinaron, éste sería más bien el inicio de una nueva era.
El hombre ya ha trascendido a una nueva era en la que las costumbres han cambiado y la comodidad es moneda corriente. Los grandes avances tecnológicos nos permiten formar parte de situaciones que hasta hace muy pocas décadas atrás apenas algunos iluminados se atrevían a imaginar. La ciencia y la tecnología dan paso a nuevas experiencias y situaciones que antes no existían. Sin embargo en éste avence pareciera ser que existe cierta culpabilidad.
El cambio climático, con el conocido efecto invernadero, representa un grave peligro para el futuro del mundo tal y como o conocemos. El calor en la tierra va en aumento y hay quienes creen que si no se le da hoy la importancia necesaria, tendremos que lamentarlo en relativamente muy poco tiempo.
La Pandemia Viral: En apenas cien años, la cantidad de enfermedades virales ha crecido exponencialmente. Las últimas cuatro epidemias de gripe, el SIDA y el SARS, representan solo una pequeña porción de la importancia que ésto representa.
Una guerra nuclear
Si bien, la amenaza de que el hombre vuelva a cometer la equivocación de remediar conflictos librando una guerra mundial, es practicamente nula, dada la consiencia existente en relación a lo que eso significa. Las rescientes deciciones políticas de Estados Unidos, durante el mandato de Bush, y los continuos conflictos entre culturas Islámicas, sumado a que conocemos el avanzado desarrollo nuclear de algunos Paises, dejan abierta una posibilidad, aterradora, pero probabilísticamente posible de que algun día sea el hombre quien destuya el mundo con su fundamentalismo y sed de poder.
El impacto de un meteorito
Recientemente publicamos el artículo titulado: Apophis: Un asteroide que amenaza la tierra. Y existen numerosas investigaciones que se encargan de mantener un análisis constante para que un acontesimiento de ésta magnitud pueda ser previsto y evitado.
Según Donald Yeomans, director de la Oficina del Programa de Objetos Cercanos a la Tierra de la NASA: «por la ley de los grandes números, en el futuro lejaaaano, la probabilidad de morir como resultado del impacto de un objeto cercano a la Tierra es aproximadamente equivalente al riesgo de morir en un accidente de avión».
Alguien respondió de manera muy elocuente y sensata, dejándome un poco más tranquilo sobre ésta cuestión. Su respuesta fue la siguiente:
El mundo que conocemos se termina y se reinicia a cada instante. Cada día una especie se extingue, otra evoluciona, y descubrimos que aquella que creímos desaparecida vuelve a aparecer. Los continentes se alejan y aproximan entre sí, cambiando la forma del mapa mundi casi imperceptible pero pemanentemente todo el tiempo. Cada segundo muere alguien y nace alguien, y la humanidad continúa con su mandato divino de crecer y multiplicarse. Los muros caen, otros se levantan, el pensamiento evoluciona, la vida continúa generación tras generación, llamamos mundo a la epidermis de la tierra, pero el mundo es mucho más que lo que vemos. La vida es energía y la energía no se destruye solo se transforma. De semilla a árbol, de árbol a flor, de flor a fruto y de fruto nuevamente a semilla. El planeta tierra puede sufrir una explosión nuclear, una devastación de la ecología y de nuestra biodiversidad, o un choque de un meteorito, o que se apague nuestro sol, pero mientras Dios así lo permita, la inteligencia de la humanidad, encontrará alternativas de vida, siempre.