El lago Vostok : El último misterio de la Tierra

Durante años, un lago bloqueado por el hielo ha permanecido sellado bajo la capa helada de la Antártida, posiblemente escondiendo formas de vida desconocidas. Científicos rusos están a punto de llegar.

El lago Vostok es un lago subglacial localizado en la Antártida. Más precisamente por debajo de la base Vostok rusa, a una profundidad de 3.748 m bajo la superficie de la placa de hielo antártica central, totalmente aislado del exterior y protegido de la atmósfera.

Posee un tamaño similar al del lago Ontario, con una dimensiones de 250 km de largo por 50 km de ancho, y está dividido en dos profundas fosas por una cordillera. El agua líquida sobre la cordillera tiene una altura de 200 m, unos 400 m en la fosa norte y 800 m en la sur. El lago Vostok cubre un área de 15.690 km2 y tiene un volumen estimado de 5.400 km3 de agua dulce. En mayo de 2005 se halló una isla en el centro del lago.

Este lago permaneció desconocido hasta hace poco tiempo debido a su ubicación geográfica, y se cree que es una de la últimas zonas por explorar de nuestro planeta Tierra.

Científicos rusos y británicos descubrieron la existencia del lago en 1996 mediante la combinación de datos de diversas fuentes, incluyendo observaciones aéreas de radar y altimetría de radar desde el espacio. La existencia de agua líquida bajo la capa de hielo de varios kilómetros se ha confirmado y constituye el lago sin contaminar científicamente más prometedor de la Tierra. El agua que contiene es muy antigua, con un tiempo de residencia medio de 1 millón de años que contrasta con los 6 años del lago Ontario, lo típico para lagos de este tamaño.

MOSCÚ (Reuters) – «Sólo queda un poco más», dijo Alexei Turkeyev, jefe de la estación polar rusa Vostok, a Reuters vía teléfono satelital.

Base Rusa Vostok – Antártida

Su equipo ha realizado perforaciones durante semanas, en una carrera contrarreloj para llegar al lago, situado a 3.750 metros bajo la capa de hielo polar, antes del fin del breve verano antártico. Continuar leyendo «El lago Vostok : El último misterio de la Tierra»

Científicos argentinos afirman que el calentamiento global se detuvo hace una década

Rosa Compagnucci es investigadora del Conicet y participó de los informes del IPCC en 2001. Eduardo Tonni es paleontólogo en La Plata; y Víctor Pochat preside el Instituto Argentino de Recursos Hídricos. Para ellos no está claro que el aumento de unos grados en la temperatura media del planeta tenga relación directa con la actividad humana, sino que podría deberse a efectos cíclicos solares, por los que la humanidad ya ha pasado. Y alertan que prepararse excesivamente para el calor puede dejarnos sin armas ante la posibilidad de una nueva edad del hielo. Exigen más debates serios.

Sostienen que el aumento de la temperatura promedio en todo el planeta en los últimos tiempos es innegable. Pero descreen del resto de las especulaciones, muchas de ellas apocalípticas, que se hacen en relación con el clima. En particular, desconfían de algunas afirmaciones que el consenso científico actual toma como verdades irrefutables, sobre todo respecto de que el calentamiento global está causado, básicamente, por el dióxido de carbono producto de las emisiones humanas en los últimos 200 años. Para ellos, por lo menos habría que discutirlo un poco más. Por cierto, no se trata de un escepticismo nihilista: todas sus afirmaciones están basadas en papers científicos y lucen sustentadas, aunque también controvertidas.

«¿Es el calentamiento global algo inusual en, digamos, los últimos dos mil años?», se preguntó Rosa Compagnucci, investigadora del Conicet y especialista en el fenómeno de El Niño, durante una conferencia que brindó esta semana en el Instituto Geográfico Militar. Y todas sus demás intervenciones apuntaron a reforzar la idea de que no sería tan infrecuente, y que el ser humano con su febril actividad industrial y de quema de combustible fósil apenas habría aportado algunas décimas a ese calentamiento.

Para ella, la principal razón de la variabilidad climática de la Tierra tendría más que ver con la astronomía: específicamente, con la caprichosa actividad solar, que ha demostrado no ser homogénea a través de décadas y siglos.

Acompañada. Para Eduardo Tonni, investigador principal de la Comisión de Investigaciones Científicas de la provincia de Buenos Aires (CIC) y jefe de paleontología de la Universidad de La Plata, “no se puede negar un calentamiento; la discusión es si fue generado por el ser humano o si es natural. Hay efectos de la acción del hombre, pero es mucho más probable que sea un producto natural”, indicó. “Muchos pensamos así, pero claro, esto no es políticamente correcto: sé que digo esto y me quedo sin subsidios”, se lamentó.

Por su parte, Víctor Pochat, presidente del Instituto Argentino de Recursos Hídricos, señaló que “hay voces discordantes sobre causas y razones del calentamiento, pero se escuchan más unas que otras. Científicos que merecen confianza por sus antecedentes dicen que se debería a la variabilidad climática, a ciclos de calentamiento y enfriamiento de la Tierra”, indicó. Continuar leyendo «Científicos argentinos afirman que el calentamiento global se detuvo hace una década»

El Calentamiento Global afecta el Universo

Un grupo de astrónomos, nucleados en el gran observatorio Kerk, de Hawai, están por publicar una Teoría sobre el calentamiento universal, entre dos períodos de la expansión.

Esto sucedía en los momentos, posteriores al Big-Bang, en el período entre el volumen de un décimo del actual y un cuarto.

Esto se induce por las mediciones de las sombras que poseen las luces de los quasares, que se ven el gran telescopio.

Aseguran que es debido a gas muy viejo intergaláctico (Helio), primigenio que se cruza en el largo viaje de estas luces emitidas.

Permitiría estas diferencias lumínicas establecer que ese gas, marcaría una diferencia térmica notable, de su tiempo y la temperatura del tiempo de la proliferación de los quasares. Todos los cálculos se han hecho con simulaciones en grandes computadoras.

«En los primeros momentos, la mayor parte de la materia del universo no estaba en las estrellas o en las galaxias», explica el astrónomo George Becker de la Universidad de Cambridge, «sino que se extendía como una finísima capa de gas por todo el espacio». El equipo, liderado por Becker, ha conseguido medir la temperatura de este gas utilizando la luz de unos objetos muy distantes, los quásares.

«El gas que hay entre nosotros y los quásares imprime sombras en la luz extraordinariamente intensa que liberan estos objetos», apunta Becker, «y al estudiar la manera en que estas sombras bloquean parcialmente la luz de los quásares, hemos logrado deducir muchas de las propiedades de este gas absorbente, como dónde está, de qué está compuesto y qué temperatura tiene».

Lo que no queda claro es como se midió la temperatura promedio universal del tiempo de los quasares involucrados y por ende como desde este dato faltante se han realizado los cálculos pertinentes.

Al expandirse hasta un cuarto del volumen actual-dicen-comenzó nuevamente a enfriarse.

La teoría última al respecto, mostraba una lógica disminución de la temperatura promedio desde el Big-Bang, a medida que avanza aceleradamente la expansión.

El universo tiende al cero absoluto.

Esperemos que con la publicación de esta hipótesis, se puedan estudiar las deducciones acotadas; por ahora, parece todo demasiado fantasioso.