El cráneo de Sealand

El cráneo de Sealand, también conocida en inglés como «The ancient skull», es una calavera enontrada en Julio del año 2007, descubierto en Olstykke en la isla danesa de Sealand.

«Un superviviente alienigena de un accidente de platillo prehistóricos? Un viajero del futuro que pereció después de viajar en el tiempo? Un comerciante de un universo paralelo? Una especie desconocida? O una deformidad de un simple ser humano? Nadie ha logrado explicar la existencia de éste cráneo deforme, sin embargo, ésta calavera tiene el potencial de cambiar la vista del mundo en que vivimos.»

Aunque su descubrimiento fue hace algo más de cuatro años, la ciencia y lo medio de comunicación conocieron éste misterio en el transcurso del año 2010. Los investigadores que en 2008 examinó el cráneo en la Escuela Superior de Veterinaria de Copenhague se limitaron a concluir que, aunque se asemeja a un mamífero, algunas características hacen que sea imposible para adaptarse al animal en la taxonomía de Linneo.

El descubrimiento de la Calavera

Durante una excavación realizada para sustitución de viejas tuberías de alcantarillado, encontraron lo que parecía ser un hueso de vaca ya que la casa en donde se realizaban las tareas, había pertenecido a un carnicero, y el jardín se encontraba lleno de éstos restos óseos. No fue sino hasta rellenar la zanja que se dieron cuenta de su extraña forma humanoide. Continuar leyendo «El cráneo de Sealand»

Existió la Papisa Juana?

Una de las historias más atrapantes resulta esta que se origina en tiempos negros para la Iglesia, cercanos al proclamado fin del mundo, que está colocado en la boca de Jesús: «Mil y no más de mil años» del Nuevo Testamento. Anuncio agorero que como tantos no se cumplió.

La legendaria Juana de Ingelheim, que habría nacido hacia 822 en la localidad de Ingleheim am Rhein, cerca de Maguncia, una mujer nada común. Según la leyenda era hija de un monje, Gerbert, y desde pequeña mostró gran interés por la ciencia, estudió algo de medicina, Inteligente sabía que en la sociedad de su tiempo tenía poco que hacer y precoz, enamorada de un monje a corta edad, lo sigue entrando al convento pasando como un monje más. Vemos así a Juana vestido de varón, entrar en religión en la abadía benedictina de Fulda, en la que fue conocido como “Juan el médico”.

Como monje pudo profundizar en la ciencia médica que ya algo conocía, consultar las mejores bibliotecas de la época y recorrer el mundo –acompañando al fraile que era su amor desde la adolescencia, todavía en secreto, y habría llegado hasta Constantinopla, donde habría conocido a la Emperatriz Teodora. Todo ello le ayudó a su carrera eclesiástica, que la había llevado hasta Roma.

El caso es que, una vez llegada a Roma, su fama de médico llegó hasta el mismo Papa Sergio II, que la (le) llamó su médico personal y al cual Juana habría curado de la gota. Grande sería la fama de dicho galeno cuando, a la muerte del Pontífice, en vez de ser sucedido por el benedictino León IV, como realmente ocurrió, habría sido sucedido por otro “benedictino”, esto es por la (el) Juan, bajo el nombre de Juan VIII. Continuar leyendo «Existió la Papisa Juana?»

La evolución y los astronautas ancestrales

Los mitos y leyendas quieren decir algo, pero por diversos factores distan de explicar realidades.

Cuando el génesis habla de los hijos de los hombres y de los hijos de dios, si se razona un poco, muestra algo que siempre se pasó por alto, que una estirpe humana era de factura animal, natural-hoy sabemos evolutiva- y otra una modificación realizada por dios, sus ángeles o algo no terrestre y venido desde el cielo: que generó a los hombres modernos.

Les muestro esta investigación, que seguramente direccionará sus mentes a pensar algo semejante o mejor, que me gustaría que en los comentarios me lo relataran.

Análisis complementarios en los genomas de Humanos y chimpancés han indicado que esta bifurcación evolutiva fue compleja, con posibles cruces entre los ancestros de ambas especies, señala el Broad Institute en un comunicado. (Nature).

El Broad Institute es un centro de investigación que aúna los esfuerzos del Massachussetts Institute of Technology (MIT), de la Universidad de Harvard y del Whitehead Institute.

Para intentar comprender mejor la evolución de los humanos a partir de los chimpancés, un equipo de investigadores del Broad Institute, liderados por David Reich, un profesor del Departamento de Genética de la Harvard Medical School, examinó los genomas de ambas especies.

Las diferencias entre las secuencias del ADN del hombre y el mono fueron el resultado de mutaciones genéticas, que a menudo se acumularon en proporciones estables. Por esa razón, a partir de ellas se puede conocer el tiempo que ha pasado desde la diferenciación entre una especie y otra.

Los investigadores del Broad Institute compararon directamente las secuencias completas de los genomas de humanos y chimpancés, así como la información parcial de los genomas de otros primates, como los gorilas, los orangutanes y los macacos. A partir de todos los datos, escudriñaron las variaciones genéticas y la “edad” de los genes en localizaciones concretas dentro del genoma humano completo. Esto les permitió determinar el grado de madurez presente en todos nuestros genes, una que no había sido posible descubrir en estudios previos (observación clave).

Los resultados fueron inesperados en lo que se refiere a cómo nos separamos de nuestros parientes más cercanos: los chimpancés. Indican que la estructura de población existente en la época en que los humanos y los monos se diferenciaron unos de otros era distinta a cualquier población de monos actual. Reich y sus colegas deducen, por tanto, que algo muy extraño sucedió en ese momento. Continuar leyendo «La evolución y los astronautas ancestrales»