El 19 de mayo de 1780 fue un día atípico en el estado de Nueva Inglaterra. Estados Unidos. Un oscurecimiento inusual convirtió el día en noche en dicho lugar y hasta incluso en algunos sectores de Canadá.
Como los sistemas de comunicación eran muy primitivos por esa época, el fenómeno se atribuyó a interpretaciones de creencias míticas y religiosas.
En el año 2008, un grupo de investigadores de la Universidad de Missouri examinaron escritos y registros de los anillos de los árboles dañados por el fuego, determinando que la oscuridad fue producida por un incendio forestal, el cual causó el fenómeno que se prolongó durante dos días.
Uno de los temas más interesantes que nos rodean es el aún misterioso calor interno de la Tierra. No solo es misterioso aún para el común de los mortales sino también para los famosos hombres sabios.
Les diré porqué:
Primero, si sabemos que la Tierra tiene una corteza sólida, con zonas quebradas (fallas) que permiten las derivas continentales y los terremotos y algunas otras cositas conexas. Luego está el manto, algo líquido y otras pastoso, o sea, de dos regiones constituido, luego tenemos el núcleo, que también se constituye en dos zonas, la más externa fluida (por la mayor presencia de azufre, entre el hierro y el níquel y sólida la interior, estos constituyen el dínamo de la Tierra, generando el magnetismo.
Las fuentes de calor (geotermia) son varias:
Es el calor remanente de la acreción planetaria, el calor de formación del planeta, hace 4.500 millones de años.
El calor de acción de frenado del dínamo terráqueo, en especial debido a la acción Lunar, sobre no solo los mares, sino también sobre el manto sólido y el líquido.
El calor latente de cristalización en especial en el límite entre las zonas del núcleo.
Calor radiogénico, por la fisión de la disgregación lenta de los isótopos del Uranio238 y 235, del Torio 232 y del potasio 40, se calcula que esto sucede mayormente en la corteza y el manto (50% del total del calor).
Calor por contracción gravitacional, bastante mal considerada, pese a que no sería nada despreciable porque esta acción se realiza sobre todos los átomos que constituyen la Tierra, que no es poca cosa, pues somos un planeta de gran densidad (rocoso –metalífero) aparte de que muchos de los constituyentes son muy sensibles al aumento de temperatura bajo presión como los elementos fluidos y los que tienen tensión de vapor. No hay datos sobre ello o solo se les marca un 3% del calor total. Ni siquiera se tiene en cuenta que la Tierra capta todos los años material espacial (meteoritos y micro –meteoritos) que aumentan el peso terráqueo y por ende la presión gravitatoria y por consiguiente la temperatura.
El balance es ligeramente negativo, la Tierra se ha ido enfriando y con el tiempo lo comprobaremos con glaciaciones cada vez más largas, «ayudados» por un Sol también un poquito «cansado» por la edad.
Ante la falta de datos en este último renglón, leo en mi libro akáshico que el calor gravitacional alcanza un 13% del total, por lo tanto, por esto no doy porcentajes a los tres primeros calores enunciados.
Una de las mejores fotos de fantasmas de la historia fue la tomada el 19 de noviembre de 1995 durante el incendio del Ayuntamiento de Wem, en Shropshire, Inglaterra.
Segun expertos en fotografía ésta imágen y su negativo habría pasado todas las pruebas de veracidad y representaba una fiel prueba de la existencia de fenómenos sobrenaturales o casuales. En la imágen se puede ver una niña asomada en la puerta del edificio en llamas. La foto habría sido tomada por Tony O’Rahilly, desde la calle y con una cámara equipada con un teleobjetivo de 200 milímetros. O’Rahilly habría asegurado no ver absolutamente nada en el momento de realizar la toma y llevarse una gran sorpresa al revelar el rollo. La Imágen en cuestión fue entregada a la Asociación para el Estudio de los Fenómenos Extraños (ASSAP), junto con el negativo y Vernon Harrison, quien en ese momento era el presidente de la Real Sociedad Fotográfica, concluyó que el negativo no había sido manipulado.
Los expertos en fenómenos paranormales adjudicaron la aparición a una niña llamada Jane Churm, quien a la edad de 14 años habría sido la autora accidental de otro gran incendio ocurrido en Wem el 3 de marzo de 1677 y que destruyó gran parte de la localidad.
El fraude de Tony O’Rahilly
Algunos años más tarde los expertos del Museo Nacional de Medios descubrieron en la cara de la niña unas líneas horizontales que no existen en el resto de la imagen, lo cual indicaba que la imágen era posiblemente un fraude. Sin embargo no había pruebas contundentes para asegurarlo.
Recientemente, Brian Lear, de Shrewsbury, observó casualmente la imágen de una postal de la calle de Wem del año 1922 y el rostro de la niña que aparece en ella le resultó familiar. Afortunadamente Lear, es muy fisonomísta y despues de mucho pensar recordó que el rostro era el de la niña que se ve en el incendio de 1995. Basta con observar ambas imágenes para comprender que O’Rahilly nos jugó a todos una mala pasada.
Tony O’Rahilly habría realizado un truco muy sencillo consistente en superponer la fotografía real del incendio con el recorte de la postal y realizar posteriormente una nueva toma al conjunto.