Las conjunciones planetarias

Cada tanto, hoy sabemos de conjunciones planetarias, o sea alineaciones particulares de los planetas, que pueden incluir, desde el Sol a varios o a casi todos. Es decir que encontramos a muchos de los planetas circulando en sus órbitas y coincidiendo en una alineación particular de un lado del Sol.

El 11 de Mayo ha sido uno de esos días, (11 de mayo de 2011), los planetas Mercurio, Venus, la Tierra, Marte y Júpiter y Urano han trazado casi una línea recta desde el Sol a Urano.

A partir del día 7 de mayo de 2011 comenzó a formarse una conjunción de planetas que irá cambiando con el transcurso de los días hasta casi fin de mes. El mismo día 7, el planeta Mercurio estuvo en su máxima elongación oeste, lo cual significa que se apartaró más del Sol siendo visible antes del amanecer, siempre mirando hacia el Este

El amanecer del día 8, fue un premio a los madrugadores del domingo, sin duda, pues se pudo apreciar la mínima separación aparente en el cielo entre el planeta Venus (el tan popular Lucero) y Mercurio. Estando ellos a menos de tres veces el diámetro de la Luna llena, con Venus más alto y brillante.

El día 11, la danza de planetas, con Venus y Júpiter aproximándose a solo 34,1 minutos de arco, poco más del diámetro de la Luna llena. Los dos planetas más brillantes en el cielo encontraron mínima distancia con Júpiter a la izquierda y Venus a la derecha, y Mercurio brilló junto a ellos un poco más a la derecha. Marte estuvo más próximo al horizonte y Urano mucho más arriba, a varios grados de distancia. Urano es visible, a simple vista, en un cielo oscuro. Sin embargo, podrá vérselo fácilmente con binoculares con su distintivo color verdoso.

Hacia el fin de mes, los planetas comienzan a separarse en la danza, pero Marte y Venus se encontrarán muy próximos el día 23, a menos de dos veces la Luna llena (59,6 minutos de arco). El planeta rojo, mucho menos brillante, contrastará con el intenso brillo blanquecino de Venus, ubicándose a su izquierda. A la derecha de ellos estará Mercurio, encaminándose a su conjunción con el Sol, formando un triángulo casi especular, aunque más pequeño que el que conforman las tres estrellas principales de la constelación de Aries, el carnero, que serán visibles a la izquierda del conjunto.

Bendandi y sus predicciones para el 11 de Mayo

Pero más allá de la belleza que estas conformaciones establecerán en el cielo nocturno, nos interesa recalcar la fuerza de mareas que estos astros ejercerán entre ellos, pero todavía será más interesante saber, lo que estas fuerzas gravitacionales pueden hacer aquí en la Tierra.

Sabemos lo que los tirones gravitacionales hacen con Io, satélite de Júpiter, entre este planeta y Ganímedes, el satélite mayor del sistema planetario, los estrujamientos producen el calor interno productor del vulcanismo azufrado de este satélite.

A su vez, las fuerzas combinadas del Sol, Mercurio y Venus, por un lado y Marte, Júpiter y Urano por el otro más la que siempre ejerce nuestra Luna, resultan de un momento en el tiempo y el espacio, en donde la corteza terrestre proclive, se rasgará y producirá uno o varios terremotos.

Hace más de tres décadas, en 1979, el científico autodidacta italiano Raffaele Bendandi, pronosticó un gran terremoto para Roma. Hoy la prensa y las comunicaciones de radio y televisión le dedicaron espacios. En todo el mundo.

Sucedió que el 11 de mayo hubo dos terremotos, de 5,6 y 4,6 en la Escala de Richter, apenas unos kilómetros más al Oeste: En la región sur de España, Almería, con 10 muertos, centenares de heridos y pérdidas multimillonarias.

Para la corrección al 100% de sus cálculos, le faltó al genial Raffaele, considerar los continuos cambios en el eje de la Tierra, que ocasionan los terremotos y los cambios horarios por el mismo motivo.

El misterio aclarado, desde el punto de vista akáshico. Esta es la forma en que este hombre logró postular sus predicciones, casi siempre acertadas y que le valieron el crédito de la gente de todo el mundo y el denuesto de los científicoides de su época

por Manlio E. Wydler

La profesía de un terremoto en Roma

Una profecía del año 1979 vaticina un terremoto en Roma para el 11 de mayo de 2011

Raffaele Bendandi fué un pseudocientífico nacido en Faenza, Italia en el año 1883. Desde joven se sintió atraído por la ciencia, aunque de manera autodidácta, ya que jamás cursó estudios formales. Aun así Raffaele pudo fabricar sus propios telescopios y sismógrafos desde una edad muy temprana.

Luego del trágico sismo de Messina del 28 de diciembre de 1908 en el que murieron 80.000 personas, Bendandi sintió fasinación con el estudio de los terremotos y estudiando las fechas de los terremotos pasados y tomando como parámetros la relación de los cuerpos celestes del sistema solar, creó una teoría para predecir los movimientos telúricos futuros.

Aunque su teoría nunca fue explicada en detalle debido a las críticas de la comunidad científica de la época la predicción de un terremoto en el año 1924 hizo que se consagrara como un gran profeta de los sismos.

Un año antes (1923), y convencido de que su teoría era acertada, registró ante notario una predicción que anunciaba un temblor en la región de Marche el 2 de enero de 1924. El terremoto, efectivamente, sucedió en la villa de Senigallia, aunque dos días después. A pesar de esto, el diario Il Corriere della Sera anunció su éxito en primera página llamándolo «Aquel que prevé los terremotos». Su fama llegó a ser internacional.

Desde ese momento intentó vaticinar nuevos terremotos los cuales no sucedieron en su totalidad, motivo por el cual las autoridades italianas le prohibieron la publicación de sus teorías ya que generaba terror entre los habitantes de los lugares en donde los supuestos «sismos» podrían ocurrir. Aun así, sus predicciones se publicaron en otros lugares del mundo.

Cuando murió, su cuerpo fue hallado en su casa, rodeado de muchas de sus predicciones destruidas, seguramente debido a un arrepentimiento del propio Bendandi. No obstante unas pocas se conservaron, entre ellas una que anuncia un temblor devastador para el próximo 11 de mayo de 2011 en Roma.

Aunque la mayoría de las predicciones de Bendandi no se cumplieron, se cree en efecto Bendandi se anticipó al terremoto de 1914 en Marsica, al terremoto del 21 de diciembre de 1923 en América Central y al del 4 de enero de 1924 en la península balcánica. Según algunos medios de la época, también predijo con exactitud el terremoto de Friuli en 1976, de 6,5 grados en la Escala Richter.