La marihuana podría combatir el cáncer

La Universidad Complutense de Madrid, asegura que las células del cáncer mueren tras ser expuestas al tetrahidrocannabinol (THC)

Una vez más, esta milenaria y sacra yerba es protagonista de un descubrimiento científico que puede mejorar notablemente la salud de los pacientes que padecen cáncer. ¿Qué pensarán las futuras generaciones al saber que la marihuana estuvo legalmente prohibida por muchos años a sabiendas de que posee efectos cuasi mágicos en la mente y en el cuerpo humano?

Cristina Sánchez, una joven bióloga de la Universidad Complutense de Madrid, realizó un hallazgo que la dejó atónita. Los cannabionoides de la marihuana inhiben el desarrollo del cáncer, lo que se traduce en un tratamiento alternativo no agresivo (y eficaz) para el enfermo.

La científica española estudiaba el metabolismo celular cuando fue sorprendida por algo notablemente particular: las células cancerígenas morían tras ser expuestas al tetrahidrocannabinol (THC), ingrediente activo de la marihuana.

Después de su hallazgo, Cristina hizo un comparativo con estudios previos que indicaron que los cannabionoides también poseen efectos analgésicos, supresores de las náuseas, el dolor, la fatiga y la pérdida de apetito, y ahora se le suma otra cualidad a favor de los pacientes con esta enfermedad.

Por la misma fecha, científicos de la Universidad de Harvard informaron que el THC reduce el crecimiento tumoral en el cáncer de pulmón convencional y, además, impide la propagación de células dañinas.

A modo de ejemplo, los científicos explicaron que el THC es una especie de misil que busca las células tumorales para eliminarlas, dejando al resto completamente sanas.

A diferencia de los fármacos convencionales y la quimioterapia, que se caracterizan por sus potenciales daños físicos y cerebrales, el uso de la marihuana abre un umbral hacia una mejor vida para las personas que padecen esta enfermedad.

El virus más mortal de la Tierra despierta de nuevo

La Organización Mundial de la Salud, confirma que ya son 350 los muertos por el brote de ébola.

Desde que a mediados de marzo se dieran los primeros casos de un brote sospechoso, el ébola ha matado a 350 personas en Guinea, Sierra Leona y Liberia hasta convertirse en el peor episodio protagonizado por esta enfermedad, el más mortífero, ya que nunca hasta ahora había alcanzado los tres centenares de víctimas fallecidas. Bart Janssens, director de operaciones de Médicos Sin Fronteras, tenía buenas razones para pronunciar esa frase en una entrevista: en diez días, el número de casos mortales confirmados de ha disparado un 60%. Según Janssens, su organización está desbordada y a punto de quedarse sin recursos para hacer frente a la situación.

El virus del ébola puede alcanzar una tasa de letalidad de hasta el 90% (matando a 9 de cada diez contagiados), y en esta ocasión ha conseguido aterrorizar a tres países de África Occidental a pesar de estar en una tasa del 64% (la cifra total de infectados se eleva ya a 528) debido a la dificultad de contener el brote epidémico. Aunque ya se ha extendido por múltiples regiones el principal foco de mortalidad del brote se encuentra localizado en la provincia guineana de Gueckedou, centro regional de transportes y fronteriza tanto con Sierra Leona como con Liberia.
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Ratas alimentadas con productos Monsanto originan un escándalo científico

La revista científica ‘Food and Chemical Toxicology’ ha retirado un artículo que afirma que el maíz transgénico causa tumores en ratas, por dudas metodológicas al respecto de la investigación. Los autores calificaron la medida de «escándalo»

«Las conclusiones presentadas en el artículo, aunque no sean incorrectas, no se pueden considerar como convincentes por lo que no alcanzan el nivel necesario para ser publicadas en ‘Food and Chemical Toxicology'», dijo la editora Elsevier en su página web.

En su estudio, el investigador francés Gilles-Eric Seralini, de la Universidad de Caen, y su equipo, afirman que las ratas alimentadas con maíz transgénico de la multinacional Monsanto o expuestas mediante el consumo de agua a su fertilizante más vendido murieron antes que las que siguieron una dieta sin estos elementos.

Se trata de una dieta que contenía NK603 (una variedad de semillas modificadas genéticamente para tolerar las dosis del herbicida Roundup) o a las que se dio agua que contenía niveles de este producto químico permitido en EE.UU.

Además, los animales que siguieron la dieta genéticamente modificada sufrieron tumores mamarios y daños severos en hígados y riñones, constata el estudio, publicado en la revista el año pasado.

Los alarmantes resultados de esa investigación fueron muy difundidos por medios de comunicación de todo el mundo.

Sin embargo, la editora informó que había recibido cartas de varios científicos genetistas que se mostraban muy escépticos sobre las conclusiones del estudio.

Señalaban algunos fallos metodológicos, tales como la insuficiente cantidad de ratas observadas y la falta de correlación entre las cantidades de maíz transgénico en cada ración y la mortalidad de las ratas.

Como consecuencia, la revista consideró el estudio como no lo suficientemente preciso. El equipo liderado por Seralini argumentó que la decisión de retirar su obra proviene del nombramiento en el equipo editorial de la revista del biólogo Richard Goodman, quien previamente trabajó para el gigante transgénico Monsanto.

Goodman, a su vez, descartó estar detrás de este asunto, diciendo que «ni revisé los datos del estudio ni tengo nada que ver con la decisión de que el estudio sea retirado».