En estos días se ha notado que vuelve a hablarse del Santo Grial, más, de que este se hallaría en la Argentina.
Existe una Fundación Delphos, que lleva a cabo viajes para encontrar la entrada a este Templo Templario, donde descansaría el Santo Grial, parte de la hasta ahora mítica Ciudad de los Césares que dinamizó realmente los esfuerzos españoles para encontrarla. (No solo se interesaban por las especies y el comercio en general, ellos deseaban conquistar este fabuloso lugar).
Transcribo una parte del reportaje que el blog REFORMA a hecho a su titular y que nos pondrá al corriente, antes de decir un pensamiento sobre el tema:
El Cáliz sagrado está en la meseta de Somuncurá, (hoy cerro fuerte) en el desierto patagónico, que es una inmensa planicie de 27 mil kilómetros cuadrados, define Fernando Fluguerto Martí.
«Está protegido por un inmenso escudo de roca basáltica y no se puede llegar a él ni con una bomba de hidrógeno», desafía.
¿Cómo excavaron la roca? .
El sitio cuenta con entradas naturales, respiraderos, fuentes de agua potable y hasta energía, como si fuera una ciudad subterránea, un enclave templario a mil metros de profundidad.
Fernando Flugerto Martí es un ingeniero Industrial porteño con posgrado en Sistemas en la Universidad de Michigan. A sus 65 años está casado, tiene cuatro hijos, nueve nietos y la certeza de sentirse poseedor de la respuesta ante uno de los mayores misterios de la cristiandad.
El director de la Fundación Delphos jura que tiene contacto con los custodios del Grial.
«Su búsqueda será mi deber hasta el último día de mi vida. Si no me dejan entrar, ojalá la muerte me encuentre buscando al Grial como a tantos caballeros medievales. Porque venerar el Santo Grial es adorar al Espíritu Santo y eso es adorar a Cristo», declama.
¿Cómo llegó el Cáliz a la Patagonia?
En la versión de la Fundación Delphos, la historia comienza con la crucifixión misma, cuando José Arimatea huye hacia Francia en compañía de María Magdalena, su hermano Lázaro y otros apóstoles, y lleva consigo el Santo Grial.
Luego sigue viaje hacia sus posesiones mineras en la Bretaña donde funda la primera Iglesia que será conocida como Glastonebury (ciudad de la copa de piedra).
Lejos de allí, 11 siglos después, en 1118 nueve caballeros crearon la Orden del Temple para, decían, proteger sitios del cristianismo en Jerusalén. .
El Rey Balduino les asignó el sagrado Templo de Salomón, que ellos abandonarían una década más tarde. La Orden se transforma en el mayor poder financiero, militar y político de Europa hasta que en 1307 el rey de Francia, Felipe IV, el Hermoso, y el Papa Clemente V deciden acabar ese poder con su ilegalización y ejecución de los templarios, algunos de los cuales llegan a la Patagonia Argentina, merced a planos que poseía el Templo del Rey Salomón.
Una historia muy interesante, pero aún para nada comprobada. Energía en la Ciudad subterránea? Longevidad extendida en los Templarios guardianes, con más años que el mítico Matusalén, en fin, creo que demasiadas suposiciones fantásticas.
Mis antepasados Wydler, actuaron en las dos últimas cruzadas, donde fueron nombrados Barones por el emperador del Santo Imperio Romano- Germánico, pero si bien el Duque de Boulogne y Rey de Jerusalén, Godofredo de Bouillón, Jefe de la primera Cruzada, fue un héroe muy recordado en los nombres familiares,- mi abuelo se llamaba Godofredo- nunca dejaron información alguna de este viaje del Santo Grial a tan lejanos lugares americanos.
Si hablaron sobre la posibilidad de un cáliz usado por el Cristo -el Santo Grial- y la rama Judía (Tribu de Benjamín) de la nobleza francesa y otros temas afines, pero no fue esto el tema que impulsó la venida de las familias de mis ancestros de Suiza a la Argentina.
Relato parte de esta historia en «Heráldica de la Familia Wydler y Musguettis», que se puede leer en Internet, entre ellos en mi blog Cultura Express, Agencia Comunas, etc.
Personalmente, no creo que los Templarios hayan desembarcado en Argentina.
por Manlio E. Wydler