Este cerebro se encuentra alojado en uno de los laboratorios de la Universidad de Texas. Por su fisonomía, se asume que su portador padecía de lisencefalia, un extraño mal que provoca que el órgano crezca completamente liso. Se trata de una malformación del feto con la que nacen algunos bebés, por la que terminan muriendo al poco tiempo. Lo enigmático de este caso es que era el cerebro de un hombre o mujer en edad adulta.
Lo único que se sabe es que era paciente psiquiátrico del North Central State Hospital y que murió en el año 1970. Pero nada más, ya que su historia clínica «se perdió».
El desafío de los investigadores de la universidad es estudiar a fondo el cerebro y tratar de identificar las condiciones que le permitieron sobrevivir durante tantos años en semejante estado.