La NSA es una agencia internacional que desde hace meses, intercepta llamados y comunicaciones electrónicas. Dicha agencia, ha recurrido con frecuencia a la premisa de que «No de almacena el contenido de las comunicaciones, sino «los metadatos«. Es decir, si realizas una llamada y estás siendo vigilado como parte de uno de sus programas de espionaje masivo, no graban tu conversación, sino que almacenan otros parámetros como tu posición cuando la realizaste, la duración, la fecha, el destinatario, etc. ¿Sirven estos metadatos para poder conseguir información relevante sobre el usuario?
Con la idea de dar respuesta a esta pregunta, la Universidad de Stanford planteó un experimento en el que pedía a un grupo de 546 voluntarios que instalaran una app en su teléfono Android que recopilaría la misma información que, en teoría y según las filtraciones, la NSA había estado recopilando. ¿El resultado? Hasta ellos mismos se sorprendieron.
Más información de la que parece Detectaron que algunos participantes llamaban a organizaciones religiosas (y de ahí obtuvieron sus preferencias dentro de este ámbito). También identificaron llamadas a expertos en distintos campos de la salud (lo que les sirvió para asociar distintas enfermedades a los que llamaban). Abogados especializados en divorcios, sindicatos, clubs de striptease… Desde el estudio aún fueron más allá y compartieron cinco casos concretos en los que, analizando el patrón de los metadatos, fueron capaces de realizar un perfil muy completo de cada participante en el estudio.
Por ejemplo, un participante (al que llaman B) tuvo conversaciones con cardiólogos, centros especializados en la monitorización del corazón y recibía llamadas de una farmacia con frecuencia. Efectivamente: B tiene problemas del corazón.
Otra persona, C, realizó distintas llamadas a una tienda de armas y al servicio técnico de un fabricante de rifles semiautomáticos. Sí, posee un arma de estas características.
Incluso detectaron que otra chica, E, tuvo una llamada de bastante duración con su hermana a una hora demasiado inusual de la mañana. Un par de días después, E llamó a un centro de Planificación Familiar, al que volvió a llamar durante diversas ocasiones en las siguientes semanas. ¿Qué conclusión podemos sacar de esto? Que los metadatos sí revelan mucho sobre los usuarios a los que pertenecen.
Los autores del estudio afirman que están sorprendidos de toda la información que han conseguido de una muestra tan pequeña, durante pocos meses y con gente que, a fin de cuentas, sabía que su teléfono estaba siendo monitorizado.
¿Qué información tendrá la NSA sabiendo que realiza recolección de metadatos telefónicos de manera masiva y que lleva haciéndolo durante años?