Curiosidades : Un gato con dos caras

Tiene tres ojos, dos narices y dos bocas. Fue rechazado por la madre poco después de nacer y ahora lo adoptó una familia.

Dos chicos caminaban por una callecita de Oregon, Estados Unidos, cuando vieron a un gato que les llamó la atención. Cuando se acercaron, notaron que no se trataba de un gato común y corriente. Tenía tres ojos, dos narices y dos bocas. Es un gato «Janus», como se los denomina a los felinos con dos casas, abandonado por su madre al nacer y ahora adoptado por una familia.

El gato, en estado frágil, se mantiene en una caja con una almohada eléctrica y le suministran alimento a través de una jeringa. Solamente algunos pocos gatos Janus logran sobrevivir. Se estima que el que más vivió fue por 12 años. Según los veterinarios, Duecy, el nombre del gato, está en perfecto estado de salud.

Las Brujas no podrán volar a menos de 150 metros de altura!

Las políticas de tránsito suelen evitan accidentes y hacer que las calles sean más seguras y rápidas. Pero en algunos casos, un poco menos frecuentes, no sólo se trata de las calles, sino de lo que pasa sobre ellas. Recientemente, por ejemplo, en Suazilandia, un pequeño país africano ubicado entre Sudáfrica y Mozambique, se decidió multar a aquellas BRUJAS que viajen con escobas a más de 150 metros de altura.

“Las brujas que se desplacen en escobas no pueden volar por encima del límite de 150 metros”, fue el anuncio del director de marketing y asuntos corporativos de la Autoridad de la Aviación Civil de Suazilandia, Sabelo Dlamini. Las brujas que superen esa altura, según la ley, serán arrestadas y multadas. Las escobas de las brujas se consideran “un aparato aéreo como cualquier otro”, según informa el periódico sudafricano The Star. Y lo cierto es que, si bien para muchos el tema de las brujas es más imaginario que real, nosotros ni siquiera nos encargamos de reglamentar este asunto.

Fuente : Noticias Curiosas

La maldición del diamante Hope

¿Puede una terrible maldición esconderse detrás de la belleza y la cristalinidad de un diamante? ¿Puede el brillo de una piedra preciosa desatar las más oscuras desgracias? ¿Puede la codicia de poseer una incomparable gema ser la causal de las mayores desventuras, sufrimientos y muertes?

La maldición del Diamante Hope pareciera explicar toda esta historia de desdichas, que lo acompañan desde el mismo momento en que fue robado del templo de la India, edificado en honor a la diosa Sita.

Cuenta el relato histórico que fue el joyero francés Jean Baptiste Tavernier experto en el oficio de comprar y vender diamantes, quien lo adquirió en 1688 y la llevó a Europa, donde se lo vendió al Rey Luis XIV de Francia, fascinado por esta pieza que superaba los 112 ½ quilates.

Tanto Tavernier como Luis XIV tendrían la desgracia de inaugurar la maldición. El comerciante pronto cayó en la quiebra y huyó a Rusia, donde una tormenta de nieve lo sorprendió y su cuerpo apareció devorado por las alimañas.

Años después de adquirirlo, Luis XIV decidió mostrar su joya al embajador del Sha de Persia, y ese mismo año una gangrena acabaría con la vida del rey.

Nada le sucedió a su sucesor, Luis XV, quien vaya a saber por cuál motivo no le dio importancia a la gema y decidió conservarla en un cofre. Distinta sería la suerte de Luis XVI, quien en 1774 le obsequió la joya a su esposa, la reina María Antonieta.

Ambos pasarían por la guillotina de la revolución francesa, en 1789. También los revoltosos se encargarían de linchar a la princesa de Lamballe, quien supo tomar prestada la joya. Continuar leyendo «La maldición del diamante Hope»