En este artículo enfocaremos nuestra visión en dos lugares bastantes distintos: Uno sobre la tierra y otro en el agua.
Las aves de las islas Galápagos (América) y los peces del Lago Victoria y los cercanos (en África.)
Esta observación genial, en el lugar apropiado, (las islas Galápagos se encuentran en el Océano Pacífico, a 1000 kilómetros de las costas de la República del Ecuador) fue el elemento principal que inspiró en Charles Darwin su extraordinaria teoría. (Variaciones en los pinzones de Darwin, aves del tipo de los gorriones comunes).
No es dable observar esta particularidad en especies que poseen grandes lugares físicos para su desarrollo y con hábitat similares, además con menores tasas de reproducción.
Por ejemplo, también es extraordinaria la evolución que en un hábitat acotado, como en un lago, donde también puede hacerse la evolución. Una sola especie de pez, al ir ocupando un nicho diferente del hábitat, va en sucesivas generaciones, acumulando tantas diferencias que en algunos años pueden dar variedades de la especie y en algunos siglos, reales especies diferentes, que en ciertas condiciones han permitido la existencia viable de modificaciones genéticas de tal grado que interrumpen la inter-fertilidad.
En los Lagos Malawi, Tanganica y Victoria, existen unos peces cíclidos, de agua dulce, tropicales y de hermosos colores. El antepasado común en los tres lagos, era un habitante del fondo, que para poder colonizar todos los lagos ha creado diferencias en el tamaño de sus cuerpos, de su forma de incubación, del mayor tamaño de sus huevos, el menor cantidad de puestas, etc.,
Estrategias que les han permitido estar presentes en todos los nichos posibles.
Se repite el hecho en los tres lagos, pero es menos notable esta evolución en el Lago Victoria de más cercana creación. Lo que demuestra lo rápido que el medio externo influye en la mayor reproducción del acerbo alélico, natural heredado o fruto de diversas modificaciones y mutaciones, pero de cualquier forma, un cierto tiempo parece ser estrictamente necesario.
Existe un pez “espinoso”, que habita el mar originalmente, pero que ha colonizado las aguas dulces, transformándose en otra especie, con pérdida de placas óseas, aumentado su tamaño y cambiando sus hábitos alimenticios. Se lo ha estudiado tanto que se ha identificado un alelo en los genes, como responsable de estos cambios.
Como vemos, la creación de nuevas especies, en ciertas condiciones, pueden operarse bastante rápidamente, demostrando la plasticidad de lo viviente para acomodarse a un mundo cambiante y pletórico de violentos encontronazos.
Fruto de esta capacidad radiativa ha dado el mundo que nos rodea ¡y a nosotros mismos!