Con un diámetro de aproximadamente un kilómetro, éste objeto espacial ha sido clasificado como «Apolo», una clase de asteroides potencialmente peligrosos para nuestro planeta, puesto que tienen órbitas que se cruzan con la de la Tierra.
A raíz de este descubrimiento, el Minor Planet Center ha llevado a cabo una intensa actividad para establecer una órbita lo suficiente fiable en un mínimo de tiempo para conocer en detalle las posiciones relativas de la Tierra y el potencial de impacto del nuevo asteroide.