Extrañas Coincidencias: El Papa Pablo VI

El domingo 6 de agosto de 1978, el pequeño despertador que el papa Pablo VI había comprado en 1923 -y que durante 55 años le había despertado a las seis cada mañana- sonó repentinamente, y de un modo estridente. Pero no eran las seis; eran las 9:40 de la noche y, de forma inexplicable, el reloj empezó a sonar cuando el papa yacía moribundo. Más tarde, el padre Romeo Panciroli, portavoz del Vaticano, comentaría: “Fue de lo más extraño. Al papa le gustaba mucho el reloj. Lo compró en Polonia y lo llevaba siempre consigo en sus viajes.”

2 respuestas a «Extrañas Coincidencias: El Papa Pablo VI»

  1. Hola, dejaste tu huella en mis moreras con aroma de misterios y leyendas y, en cuanto he tenido un rato, la sigo curiosa para llegar hasta aquí.

    Tengo que reconocer que tuve una época lejana de juventud en la que todo lo sobrenatural me fascinaba, tanto que hasta leí uno de los primeros libros de JJ Benítez, insufrible hoy día, y fui seguidora del simpático Jiménez del Oso con aquellas enormes bolsas alrededor de sus ojos soñadores de enigmas.

    Al hilo de lo que cuentas, de mis lecturas de antiguas civilizaciones, me sorprendió mucho los grandes dibujos de las pistas de Nazca, que sólo son visibles desde el cielo, y una colección de piedras con figuras grabadas en las que había hasta un trasplante de corazón muy rudimentario.

    Lo que si creo es en el poder de la mente. Si no has visto “¿What the bleep do we Know? que llegó a las pantallas comerciales, traducida como “¿Y tú qué sabes? aunque a mí me la pasó un amigo antes, te la recomiendo. Yo dejé de fumar después de verla. Un paquete diario de “Camel rubio”, dejó de ser imprescindible para mí, sólo con proponérmelo seriamente.

    Besos.

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