Las situaciones musicales, que deben ser subrayadas, las zonas expectantes de las partituras los furibundos «tutti», ritmos y contra-ritmos necesitaron de este mastodóntico sonido «envolvente».
Junto a los contrabajos, chelos, fagots y tubas forman el conjunto de sonidos más graves en las orquestas comunes. (Hacemos abstracción del órgano, piano, arpa, etc.)
Los Timbales desde el prebarroco se abrieron camino en una labor imprescindible, primero como efectos especiales, rústicos sonidos sin afinación, simples parches para ocasiones colateralmente guerreras o rítmicas.
Si bien deriva de la palabra latina «tympanum», membrana que vibra, su origen se pierde en el oriente, en Babilonia acompañaba a los ejércitos, ya en la India, se los usaba en rituales y luego en la guerra, acompañando a las trompetas.
Las cruzadas las integran a Europa, -esto también es un dicho en la familia Wydler, los que intervinieron en las últimas- donde a poco se los usan en las bandas de los regimientos y en la música y van perdiendo su significado mágico y religioso. En el barroco, se comienzan a afinar, dejan solo de emitir ruidos, para ser más que un simple marcador rítmico y convertirse en un fuerte «motivador psicológico» en las rúbricas de las orquestaciones.
Al simple contenedor de latón (luego de cobre) y el parche se le adosaron diversos sistemas para afinar, tornillos, cadenas, cables de acero, tensores, de frotación y pedales.
Generalmente se hacen vibrar, uno a la vez y se los afina uno más grave y otro más agudo:
La y Re, luego Sol y Do. Pese a las manijas para cambiar el tono, difícilmente había un «superdotado» que pudiera afinar durante la ejecución hace dos siglos.(ni era pedido por los autores). Ya en el siglo XIX, lograron hacer estas afinaciones y grandes efectos ayudados por mejoras técnicas, pero, debido a su virtuosismo llegaron a ser los músicos mejor pagados y por ende menos llamados.
Volviendo un poco hacia atrás, Pourcell, logró ser el primero en escribir un solo en una ópera, luego Bach oficializó el redoble con el signo del trino; la escritura es transpositora, no está en la altura tonal (no hay clave para la notación baja cómoda), ni en la nota escrita, por lo que en la partitura el autor describe las diferencias entre la misma y el ejecutante deberá ajustar la afinación de construcción del instrumento. Por todas estas dificultades el autor, pone la tonalidad del movimiento, o más tardíamente, la parte del mismo en concordancia a la afinación de los timbales o se fueron adosando más timbales. Haëndel, usó tres ejecutantes en los “fuegos de artificio”, Haydn, pocas veces colocó más de un timbalista, trabajó la obra a este respecto usando cuartas o quintas, afinadas de antemano. Mozart, solo dos veces uso dos timbalistas, pero pedía riqueza de expresión, popularizó la baqueta forrada para sonidos «blandos y amplios». Beethoven usó por primera vez tres timbales afinados en Re Fa y La, ampliando el acorde. Berlioz, en su Sinfonía Fantástica usó ocho timbalistas par tener toda su escala a su disposición. Los timbales, ya de más fácil afinación, fueron ampliamente usados por todos los compositores post románticos y ya en la música moderna los timbales llegan a ser un instrumento solista o co -protagónico, ya que incluso llegan a efectuar dificilísimos «glizando» (deslizamientos) dentro de la amplia gama de sus modernas afinaciones.
Pienso que con los timbales físicos más modernos y la mayor habilidad instrumental ya está casi todo dicho, pero la electrónica podrá extender enormemente los límites que hoy aprisionan a ejecutantes y autores.
No sería aventurado soñar que el timbal del futuro será un teclado de cuatro octavas bajas y super -bajas, con otro teclado de grupos de «registros» de particularidades ejecutivas muy amplias para poder tocar magistralmente con el agregado de la riqueza tonal ilimitada (afinación instantánea), que permitirá nuevas creaciones e incluso retranscripciones mejoradas de las partes timbálicas de muchas grandes obras antiguas. Todo esto unido a un buen amplificador, con los parlantes super -bajos de última generación y un gran pedal de expresión final.
Es la primera vez que leo algo completo sobre ester tema. Muy lògico