Cierta vez, en una isla del lago Titicaca, apareció una pareja divina hijos del Sol, a quienes éste les confió la misión de enseñar a los hombres principios de civilización, verdad y justicia.
Para ello les entregó una vara de oro, mandándoles que se estableciesen allí donde la vara desapareciera al hundirla en el suelo.
Partieron pues Manco Capac y Mama Ocllo en busca de su tierra prometida, golpeando el suelo cada día con la vara mágica. Se detuvieron un poco Pacaritampu y al fin llegaron junto a la colina de Huanacuari, donde en el primer golpe en el suelo la vara de oro desapareció.
Entonces la divina pareja se estableció allí ; enseñaron a las gentes del lugar a cultivar la tierra, a tejer la fibra y a construir casas ; las leyes, la guerra y el culto del Sol.
Fundaron, en fin, la ciudad de Cuzco, en cuyo dominio sobre los pueblos vecinos se cimentó el imperio de los incas.