El cuerpo de Rosalía Lombardo, una niña momificada en 1920, tras morir a causa de una neumonía cuando tenía dos años, permanece en las Catacumbas de los Capuchinos de Palermo, al sur de Italia. Lo curioso de su estado es que abre y cierra los ojos todos los días.
¿Una momia que abre los ojos? Es posible que esto suceda solo en cuentos de terror, pero en Italia es una realidad. Lo sorprendente del caso no es el estado de la momia, sino que esta abre y cierra los ojos todos los días. El cuerpo de la pequeña está prácticamente intacto gracias al magnífico proceso de embalsamamiento al que fue sometido durante la época por el profesor Alfredo Salafia.
Las catacumbas contienen aproximadamente 8.000 momias, y están divididas en secciones: sacerdotes, niños, vírgenes, monjes, profesionales, hombres, mujeres y ancianos.