Casualidades; Viajes en el tiempo.

La nave Apolón se posó en la superficie de la Luna. Tras varios pequeños brincos pudo estabilizarse. Se abrió su rampa y por ella descendió el comandante Armstrong para pisar por primera vez el suelo de ese mundo desconocido. Estas palabras no pasarían de ser una escueta y muy sucinta crónica de la llegada del Hombre a nuestro satélite de no ser por un «insignificante» detalle: fueron escritas en 1954. [Leer Artículo Completo]

Matemáticas Mágicas: El Misterio del número 6174.

Mysterious number 6174 es un curiosísimo artículo de Yutaka Nishiyama dedicado a una extraña propiedad del número 6174. El que a primera vista parece un número cualquiera encierra todo un misterio sin resolver, que es relativamente fácil de explicar. Es recomendable ver también el artículo original porque contiene más detalles, y también un bonito puzzle matemático al final:

La operación de Kaprekar

Existe una operación matemática llamada Operación de Kaprekar, un tanto singular. Consiste simplemente en reordenar los dígitos de un número de modo que se obtenga el mayor y el menor número posible, restando entonces el menor del mayor.

Esta operación se puede aplicar a números de cualquier tamaño, y se puere repetir una y otra vez. Resulta interesante lo que sucede exactamente con cuatro cifras, siempre que no sean todas iguales. Por ejemplo, empezando por 2007, el año en el que estamos:

7200 – 0027 = 7173
7731 – 1377 = 6354
6543 – 3456 = 3087
8730 – 0378 = 8352
8532 – 2358 = 6174
7641 – 1467 = 6174
7641 – 1467 = 6174

Al llegar a 6174 el resultado se repite una y otra vez. Si durante la operación aparecen números de menos de cuatro cifras, basta rellenarlos con ceros a la izquierda.

Lo curioso es que independientemente del número por el que se empiece, mientras tenga cuatro cifras y no sean todas iguales, se llega siempre al 6174. Se puede deducir por qué sucede esto examinando cómo se comporta cada dígito durante la operación, o probando con los 8991 números de este tipo que existen entre 1000 y 9998:. Siempre se llega a 6174 en un máximo de siete pasos, y lo más probable es que se necesiten sólo tres. Los que sepan programar pueden utilizar el código del Generador de Series de Kaprekar para confirmarlo.

¿Es el 6174 el único número con esta propiedad?

No, pero examinar qué sucede con otros números de distinta longitud arroja más misterio que luz al asunto.

  • Si se prueba con los números de dos dígitos no se llega nunca a un número fijo, sino a un bucle cíclico del tipo 09, 81, 63, 27, 45, 09
  • Con tres dígitos se llega a 495
  • Para cuatro dígitos el número es el misterioso 6174
  • Para cinco dígitos, no hay número fijo, sino tres ciclos (además de distinta longuirud)
  • Para seis dígitos, se puede llegar al 549945, al 631764 o a un ciclo de siete números
  • Para siete dígitos tampoco hay número fijo, sino un único ciclo de nueve números. Para ocho y nueve hay otro par de números en cada caso.
  • Con diez dígitos se puede llegar a tres valores distintos: 6333176664, 9753086421 y 9975084201, o entrar en cinco ciclos cortos
  • Alguien se entretuvo en programar un ordenador para calcular hasta 15 dígitos, con los que se puede llegar a ocho resultados: dos números fijos o seis ciclos cortos.

Hasta el momento, ningún matemático tiene claro por qué sucede todo esto y por qué con tres y cuatro dígitos se llega a un único número, mientras que con otro número de dígitos no se llega a ninguno sino a ciclos, o por qué para complicar la cosa a veces se llega a varios números posibles y también a ciclos. ¿Habrá algún número con más dígitos que converja en un solo número parecido al 6174? No se sabe. Es uno de los muchos misterios de la Teoría de Números, y bien podría ser simplemente algo puramente circunstancial: una gran coincidencia.

En honor a su descubridor, el número 6174 se conoce también como Constante de Kaprekar.

Texto extraido de : El misterioso número 6174

Extrañas Coincidencias: El Papa Pablo VI

El domingo 6 de agosto de 1978, el pequeño despertador que el papa Pablo VI había comprado en 1923 -y que durante 55 años le había despertado a las seis cada mañana- sonó repentinamente, y de un modo estridente. Pero no eran las seis; eran las 9:40 de la noche y, de forma inexplicable, el reloj empezó a sonar cuando el papa yacía moribundo. Más tarde, el padre Romeo Panciroli, portavoz del Vaticano, comentaría: “Fue de lo más extraño. Al papa le gustaba mucho el reloj. Lo compró en Polonia y lo llevaba siempre consigo en sus viajes.”