Slenderman en un meme nacido en varios foros de internet. Esuna figura alta, con brazos como tentáculos saliendo de su cuerpo, y que aparece generalmente en fotos de niños. Los años hicieron crecer el mito del «hombre delgado» y se tranformó en un monstruo alto y delgado cuya altura puede llegar a medir entre dos y tres metros, cuando no más, capaz de cambiar de forma y con el objeto de atrapar y encantar a sus víctimas. Otro de los razgos característicos de esta extraña figura son su cabeza completamente desprovista de cualquier rasgo, su piel totalmente blanca, y un traje megro.
Su apariencia, le permite camuflarse entre los árboles, por lo que abundan, particularmente, fotos en éste tipo de escenarios. Sus victimas caen en un trance al verlo, siendo atraídas hacia él sin poder hacer nada por evitarlo. Lo que
Slender man les hace una vez que caen presa de la hipnosis es un verdadero misterio; Se especula que los utiliza de alimento, juega con sus restos, los absorbe, los lleva a «otro lugar» o los transforma en otros slender man.
Orígenes de Slender Man
Los origenes del «hombre delgado» se remontan a una misteriosa figura de la mitología alemana, «Der Ritter» que habitaba el Bosque Negro y segun se dice, secuestraba a los niños que se portaban mal. Continuar leyendo «El Hombre Delgado : La leyenda de Slender man!»
La Santa Muerte o Santísima Muerte es una figura de la creencia popular mexicana que personifica la muerte y es objeto de culto.
Antes de continuar, ahondemos en el significado de la palabra culto. Un Culto es un conjunto de actos atribuidos a la veneración profunda de una cosa, objeto o entidad y está intrínsecamente ligado a la cultura popular de una región o un lugar geográfico determinado. En ese contexto, es importante destacar que en México, éste el culto a la mal llamada Santa Muerte está de moda, por lo menos desde hace unos 15 años, generando una multiplicación de centros de veneración, casas y templos improvisados y, sobre todo, alto consumo de artículos relacionados con imágenes, fetiches y representaciones que se venden en mercados populares.
El culto a la Santa Muerte se ha extendido de tal forma en el país latinoamericano que quienes lo profesan, no ocultan más su fervor y han puesto altares en la calle para que cualquiera que requiera su ayuda pueda invocarla.
Sus promotores la presentan como una ”entidad espiritual” que ha existido siempre, desde el principio de los tiempos hasta nuestros días, por lo que maneja una energía denominada “energía de la muerte”, capaz de materializarse en una figura, que concentra tanto la fuerza creadora como la destructora del universo. Según ellos, el creyente en la Santa Muerte puede aprender a manejar esta fuerza, que emana de sus imágenes consagradas, puesto que la Santísima; otro de sus nombres, es una de las protecciones más fuertes que existen.
Los seguidores de éste enigmático personaje, tan fervientemente instalado en el ideario y la creencia popular mexicana, aseguran que “la Señora”, como la llaman afectuosamente, es capaz de aparecerse y manifestarse corporalmente o imprimir sus imágenes en diversos lugares. En libros y revistas en los que se promueve su culto, suelen narrarse incluso algunas intervenciones milagrosas que han vivido, en las que la Santa Muerte los ha librado de múltiples peligros y les ha ayudado a resolver problemas complicados de su vida.
La otra mirada del Culto
A pesar de tantos buenos presagios y testimonios milagrosos, los que profesan el culto católico señalan que quienes rinden culto a la Santa Muerte y a sus imágenes, están cometiendo el peor de los pecados, pues les están atribuyendo poderes que no tiene ni tendrá jamás. Además, en vez de poner la propia confianza en Dios, la ponen en una supuesta entidad espiritual que, sencillamente, no existe. En realidad, la Santa Muerte no es una persona. Es sólo un fenómeno natural como el nacer o el crecer (el inicio y el desarrollo de la vida), aunque nunca se habla del Santo Nacimiento o Santo Crecimiento. Por ese motivo, diversas iglesias como la católica, bautista, presbiteriana entre otras, rechazan y condenan su veneración y la consideran diabólica.
Historia y Orígenes del Culto a la Muerte
El origen de la Santa Muerte proviene de tiempos remotos y de la mano de diferentes culturas. Un ejemplo de ellos es Kitzin, el dios maya de Xibalbá o el inframundo. O la imagen de Hades, la muerte personificada de la cultura Helénica. La diosa de la muerte de los aztecas, o incluso en la biblia en cuyos pasajes se relata a la muerte, como uno de los siete jinetes del apocalipsis.
Otro de los orígenes posibles es el afroamericano, ya que las oraciones que se realizan a la Santa Muerte, son muy similares a las que se hacen en algunos ritos de los Santeros, por ese motivo se cree que el culto puede provenir desde el continente africano, con algunas personas compradas como esclavos que fueron arrancados de su tierra natal para trabajar en los territorios conquistados en el Nuevo Mundo, y establecidos en Cuba, Puerto Rico, Haití, Estados Unidos y Veracruz en México. En éste sentido, la “Santa” sería la antigua diosa pagana llamada “Orishas”, espíritu africano de un demonio, que el culto santero se le llama “Oyá”, diosa de las centellas, de los vientos, de las guerras, o la dueña de los panteones.
El mal de ojo es una creencia popular extendida por muchas de las civilizaciones de nuestra historia, aunque a veces denominada de distintas formas por otras culturas, pero consistente en la misma idea: La capacidad que una persona posee sobre otra u otras personas de producir daño, desgracias, enfermedades o incluso de llegar a provocar la muerte sólo con mirarla. Suele decirce de ésta contraparte afectada que «está ojeada» o que «le echaron el ojo encima». Puedes encontrar más información sobre el mal de ojo, aqui.
Origenes del mal de ojo
La mirada fuerte y dañina es una creencia que se remonta, en antecedentes históricos hacia la europa medieval. Según los testimonios de W. Born en su obra Fetiche, Amuleto y Talismán, existen incluso una serie de recetas, que el Born comparte abiertamente en su obra, consistentes en conjurar el poder de aquellas personas que tiene el poder del Basilisco en la mirada. Antiguamente se creía que las brujas poseían el don de echar el ojo para traer enfermedades a sus víctimas y que así perdieran el amor o llegaran a dejarlas en ruinas. Incluso.
EL mal de ojo es una creencia muy extendida a lo largo y ancho del planeta pero especialmente se encuentra muy difindida en América Latina, siendo de mayor auge en Brasil, el gran país del sur, en donde se dá frecuentemente en zonas rurales, la periferia de las grandes ciudades y pequeños poblados de nuestro vecino País.
En nuestro país, es muy común que en zonas rurales o en pequeñas poblaciones, las madres realicen consultas a menudo con el «curandero» cuando sospechan que están ojeados. Dicen que los médicos tradicionales (profesionales) no pueden curar éste mal y se conocen muchos casos en los que el propio médico diplimado aconseja a las madres a llevar a sus hijos al «curandero». Entre las causas más comunes de visita a los curanderos se incluyen el llanto inconsolable de los niños, su sueño irregular y a veces, diarrea, vómitos e incluso fiebre.
Prevenir es mejor que curar.
Nos preguntamos, cómo es posible permanecer inmune a ésta poderosa magia que con tan solo una mirada podría provocar un gran malestar? – Partiendo de la tradición, es muy usual utilizar diversos accesorios para evitar el mal de ojo. La función sería que la mirada del «poderoso» se detenga en los amuletos y su poder se descargue allí y no en el portador del amuleto. Se utilizan por ejemplo, el «ojo de venado» (semilla que se coloca a los niños como collar o pulsera) y cintas o cuentas de color rojo o azabache, entre otros.
¿Como curar el mal de ojos?
Si no se pudo evitar el contacto con la poderosa mirada del hechicero y creemos que una persona ha sido afectada por el mal de ojo, muchas veces se busca la ayuda de un médico, un chamán u otro sanador espiritual. En México, por ejemplo un método tradicional de tratamiento contra éste mal involucra el uso de un huevo crudo. Ese alimento simboliza la pureza y el nacimiento. Se cree que absorbería las energías malignas. Así, se pasa por la frente y el cuerpo de la «víctima». Luego se rompe en un bol con agua para examinar su forma y, de ese modo, determinar si la persona ha sido curada. Como éste, existen otros tantos métodos de sanación cuya efectividad dependerá del poder del hechizo.