Loveland es una pequeña localidad de Ohio en Estados Unidos. Una leyenda urbana cuenta que en numerosas ocaciones se les ha aparecido un extraño animal con cabeza de rana y cuerpo de humano, a los habitantes del lugar. Dichas apariciones tendrían lugar en las proximidades del río que rodea la ciudad. La criatura que ha sido bautizada desde hace ya muchos años como la Criatura de Loveland, es una especie de ser terrestre pero con características fisonómicas de Rana o lagarto.Segun diversas fuentes existen evidencias concretas de su existencia. Sin embargo, navegando por distintos lugares de la red en busca de indicios claros que afirmen ésta teoría, solo hemos podido encontrar algunos dibujos, pocos testimonios de su existencia y la fotografía de la derecha, que más que aclarar la situación la oscurece.
Entre los testigos que dicen haber visto en persona éste extraño ser mitad batracio y mitad humano, se encuantran dos policías de la región, quienes aseguraron haber visto una rana gigante, saltando a orillas del río y luego perderse en las profundidades del mismo. Todos los testigos coinciden en lo mismo, parecía tener forma humana pero con cabeza de rana o lagarto, de un metro y medio de estatura y piel con apariencia de cuero.
Ante la falta de mayor información sobre éste ser paranormal, creemos que sería lógico encuadrarlo en la categoría de mitología.
Un estudio rutinario en los archivos históricos de una parroquia inglesa ha permitido encontrar unos documentos que achacan la muerte de cuatro vecinos de la zona a la acción de unas hadas malignas que los asustaron hasta morir. «Nunca me había encontrado con nada similar», manifestó la archivera Anne Rowe después de encontrar estos documentos que hacen referencia a la causa de la muerte de las personas enterradas en el cementerio y están datados entre los años 1656 y 1663 en la parroquia Lamplugh, situada en la región de Cumbria (Reino Unido).
Además del registro de esas cuatro personas «asustadas hasta la muerte por las hadas» también hay referencias a otro individuo que fue conducido por una luz fantasmal hasta el estanque en el que se ahogó y a otros siete que murieron tras haber sido embrujados.
Rowe asegura que el documento es genuino, aunque no sabe si atribuir la citada lista a las «supersticiones» de sus antepasados o a su «sentido de humor».
La gran mayoría de las defunciones registradas en los documentos se debió a causas naturales, pero también hay constancia de las de tres ancianas que murieron ajusticiadas por practicar la brujería.
Los documentos muestran, en opinión de Rowe, «una Inglaterra del siglo XVII profundamente supersticiosa. Eran tiempos socialmente inseguros en los que la gente estaba asustada por las hadas y por otros seres sobrenaturales».
Autor: Miguel Seguí
Revista Más Allá, Febrero 2007
Todo comenzó en el verano de 1971, en un hogar humilde del pequeño pueblo de Bélmez de la Moraleda, en Jaén. La casa pertenece a la familia Pereira que observa atónita como una mancha en el suelo de su casa va formándose poco a poco hasta que aparece un rostro humano. A partir de aquí podríamos concluir con que es todo fruto del azar o de la humedad pero las cosas cambian cuando en casa de los Pereira comienzan a formarse caras nuevas. En un principio el señor Pereira intentó quitar aquella primera mancha y lo consiguió. Todo estaba en orden pero al cabo de un mes aparece una mancha nueva. En esta ocasión el matrimonio decide extraer el trozo de suelo con la cara y lo conservan enmarcado.
A partir de aquí la familia notifica al Ayuntamiento el suceso e intentan darle una explicación. Para ello excavan el subsuelo de su casa pero no hallan nada; únicamente huesos. ¿Por qué huesos? La casa de los Pereira, al parecer, está situada en el emplazamiento de un antiguo cementerio que data del siglo XVIII. Este hecho vino a añadir más misterio a las apariciones de Bélmez. [Leer el artículo completo]