Bajo las arenas del sur del desierto de Gobi en Mongolia, se esconde una de las creaturas más sensacionales del mundo… un gigantesco y gordo gusano de más de un metro de largo, de color rojo oscuro y con protuberancias en cada uno de sus extremos. Al menos eso es lo que describe el biólogo británico Karl Shuker en su libro “Una guía ilustrada de los misterios paranormales del mundo”.
No obstante el primer documento en describir a esta aterradora creatura, data de 1926, escrito por el paleontólogo Roy Chapman Andrews, que a pesar de no dar crédito a la existencia de este animal, se encargó de dejar constancia de las historias que sobre él circulaban por Mongolia.
Aunque pasa la mayor parte del tiempo escondido bajo las arenas del desierto, ha sido visto en más de una ocasión por los habitantes de la zona, los cuales evitan su encuentro a toda costa, pues según ellos, puede causar la muerte sea escupiendo un chorro de veneno capaz de corroer el metal, o bien a través de descargas eléctricas a distancia. De ahí que haya pasado a conocérsele cómo el gusano de la muerte, aunque paradójicamente los nativos se refieren a él como olgoi-khorkhoi, lo que viene a significar algo así como “enorme gusano intestinal”.
Tales afirmaciones sobre este fantástico animal, nos llevan a pensar que no se basan en evidencia sólida, sino en mitos e historias, que desde una perspectiva folklórica representan una muestra de cómo la leyenda de este gusano de la muerte, se ha propagado por la región a través de viajeros y comerciantes. De igual forma en que se han difundido historias sobre dragones, duendes, sirenas y otras creaturas fantásticas (presumiblemente inexistentes) no a través de experiencias directas, sino por tan sólo oír a otras personas hablar sobre ellas.
Pese a lo anterior, son muchas las expediciones que a través de los años se han organizado para encontrar a este fascinante monstruo; tanto investigadores privados como en asociación con importantes cadenas de televisión, se han adentrado en el inhóspito desierto de Gobi, pero a pesar de todos sus esfuerzos se han tenido que conformar tan solo con los relatos de testigos, puesto que el elusivo animal ha sabido esquivar todas las cámaras y trampas que le han colocado.
Aunque no se dispone de evidencia contundente de su existencia, muchos creen que estamos ante algo más que una simple leyenda. Varios investigadores entre los que se incluye Shuker, creen que tal gusano no existe, ya que desde una perspectiva zoológica, técnicamente es imposible la supervivencia de un animal suave, jugoso y de semejantes dimensiones, en un clima tan árido como el desierto; por lo que de existir una creatura de similar fisionomía, apuntan a que debería asemejarse más a una especie de serpiente o lagarto sin pies, y que la leyenda se ha podido crear a partir de los avistamientos de algún tipo de reptil sin extremidades, como por ejemplo el lagarto gusano, el cual vive bajo tierra y ciertamente se asemeja mucho a un gusano enorme; o bien podría tratarse de una especie de boa de arena.
Respecto a las características letales atribuidas al supuesto gusano legendario, cabe recordar que muchas serpientes y víboras son capaces de escupir veneno, que aunque no es tan ácido como el que se le atribuye al gusano de la muerte, si puede causar graves daños y ceguera; y en lo que concierne a las supuestas descargas eléctricas que se dice es capaz de generar, aquí no se dispone de una explicación tan fácil, ya que las serpientes terrestres no pueden proyectar descargas eléctricas tal y como lo hacen las “anguilas eléctricas”, que dicho sea de paso, no son anguilas, sino peces.
Lo que sí es muy probable, es que de existir algo similar a lo descrito en la leyenda, debería tratarse de un animal vertebrado y con un esqueleto susceptible de ser encontrado.
En este punto, resulta interesante apuntar que a diferencia de lo que sucede con otros seres legendarios como el Pie Grande americano, y el Yeti del Himalaya, de los cuales supuestamente se han encontrado cientos de restos biológicos como huellas o pelos, e incluso filmaciones o fotografías; no existe ninguna evidencia virtual sobre la existencia de este gigantesco gusano, lo cual resulta extraño tomando en cuenta que el clima desértico de Gobi es ideal para la conservación de los restos de cualquier animal, debido a la relativa ausencia de depredadores y que el viento caliente del desierto ralentiza el proceso de descomposición. Además de que los habitantes de la zona están al tanto del gran interés que despierta esta criatura y de las múltiples y atractivas recompensas disponibles a quien entregue uno de estos bichos sea vivo o muerto.
Desde una perspectiva criptozoológica, podría ser que alguna creatura desconocida para la ciencia se oculte bajo las arenas de este famoso desierto, y no sólo un ejemplar sino en número suficiente para que se de lo que los biólogos llaman una “población reproductora”, y de ser así, tal vez la próxima semana, mes o año, alguna de estas bizarras creaturas sea hallada y examinada por los científicos. Pero hasta que esto suceda, el gusano de la muerte continuará habitando en el fascinante mundo de la leyenda.
Yo no lo escribiría mejor. Post Sensacional!