De joven, Adolf Hitler quiso estudiar arte pero fue rechazado dos veces por la Academia de Arte de Viena, más precisamente en 1907 y en 1908. La razón, es que según la renombrada institución, el joven, que por ese momento tenía 18 años adolecía de «ineptitud para la pintura».
El incidente es uno de los favoritos de la llamada historia contrafáctica, aquella que elucubra una secuencia histórica hipotética a partir de un suceso que pudo haber sido. Como sabemos, el joven de la historia es Adolf Hitler, personificación de la maldad por mucho tiempo, insoslayablemente, unos de los líderes más temibles que han existido en la historia del poder político.
¿Qué hubiera pasado si el juicio de la academia hubiera sido menos estricto? ¿Ahora Adolf Hitler sería un nombre más en la historia de la pintura occidental?
Una respuesta a «Las pinturas de Adolf Hitler»