Investigadores de la NASA demuestran que la atmósfera terrestre contiene cantidades asombrosas de un compuesto décadas después de haber sido prohibido mundialmente debido a que provoca el agotamiento de la capa de ozono. Los científicos y reguladores buscan conocer la fuente de las misteriosas emisiones.
El tetracloruro de carbono (CCl4), que alguna vez fue utilizado como extintor, plaguicida, desinfectante y en la producción de refrigerantes, entre otras aplicaciones, se vetó en 1987 bajo en Protocolo de Montreal (junto con otros clorofluorocarbonos) debido a que contribuye al agujero en la capa de ozono sobre la Antártida. Entre 2007 y 2012, se reportaron cero nuevas emisiones de CCl4.
Sin embargo, nueva investigación indica que las emisiones mundiales de CCl4 son de 39 kilotones al año en promedio, aproximadamente 30% del pico máximo que alcanzaron las emisiones antes de que el tratado internacional entrara en vigor. «No deberíamos de estar viendo esto en absoluto», indicó Qing Liang, científico atmosférico del Centro de Vuelos Espaciales Goddard de la NASA y autor principal del estudio.
Durante casi una década, los científicos se han preguntado por qué los niveles de CCl4 en la atmósfera han disminuido más lento de lo esperado, de acuerdo con lo que se conoce acerca de la destrucción del compuesto a causa de la radiación solar y otros procesos naturales. Según sus cálculos, las concentraciones atmosféricas debieron haber disminuido a un ritmo anual del 4%, pero sus observaciones indicaban que disminuía solamente 1% al año.
Nuevos modelos simulados, que toman en cuenta la química atmosférica y las pérdidas reales de CCl4, apuntan a una fuente continua no identificada del compuesto tóxico. ¿Hay un proceso reactivo de CCl4 que se desconoce, o hay fuentes de emisión que no se denuncian o no se identifican?