Historias de Barcos Fantasmas

Existen numerosos relatos de expediciones y aventuras marinas en las que la presencia de fantasmas son un elemento indispensable. Se ha comprobado poco sobre su existencia, pero aún persisten las leyendas que los mencionan. También se les llama navíos fantasmas a aquellos que aparecen a la deriva, abandonados y sin tripulación, comúnmente bajo circunstancias misteriosas. Un caso reciente de éste tipo sucedió en 2007, con el misterioso yate encontrado en la Gran Barrera de Coral. A continuación, una lista de los diez barcos fantasma que mayor fama han cobrado en la tradición marinera, extraidos del sitio: de10.mx

Caleuche. Es una embarcación tripulada por brujos, ahogados y esclavos que ha sido vista ocasionalmente en el océano Pacífico, al sur de América, entre las costas de Chile y el Archipiélago de Chiloé. Es a los chilotas a quienes se les atribuye el inicio de su leyenda, en que abundan los elementos festivos y de brujería. Se dice que su tripulación ha de navegar eternamente en una celebración ininterrumpida, y que algunos de sus pasajeros son marineros ahogados que fueron revividos y esclavizados por los brujos.

SS Valencia. Zarpó en 1906 de la costa de Vancuver, Canadá, y se estrelló al poco tiempo contra una formación rocosa próxima al Cabo Mendocino de California, en medio de una tormenta. Una gran parte de sus botes salvavidas se hundieron o se perdieron misteriosamente.

Sólo 37 de sus pasajeros fueron rescatados con vida. Desde entonces, varios marineros dicen que lo han visto en las inmediaciones del sitio en que se hundió. Meses después del percance fue encontrado uno de sus botes con 8 esqueletos a bordo, y 27 años más tarde se halló otra de las balsas, vacía y en perfectas condiciones.

Ourang Medan. Fue un buque holandés de carga que naufragó cerca de Indonesia en 1947. Previo al desastre, dos barcos estadounidenses sostuvieron comunicación con un tripulante del buque, quien reportó las muertes del capitán y de sus auxiliares. Poco antes de que la ayuda llegara, el tripulante aseguró estar muriendo también. Al hallar el buque, la tripulación de los barcos de auxilio halló a todos muertos, con caras de espanto y en posiciones extrañas. En poco tiempo, el Ourang Medan estalló e impidió averiguar qué pasó con sus tripulantes.

Carroll A. Deering. Era un barco estadounidense de carga. En 1921, al regresar de Sudamérica, enfrentó una tormenta y se resguardó en la región de Diamond Shoal, conocida por haber causado varios naufragios, frente a las costas de Carolina del Norte, EUA. Ahí fue encontrado el barco semanas después, sin tripulación, botes salvavidas ni instrumentos de navegación. Se inició una investigación exhaustiva, pero aún se desconoce la verdad.

Baychimo. En 1931 fue abandonado entre los hielos de Alaska, en donde quedó atrapado. Su tripulación fue evacuada por aire y se asumió que en breve se haría pedazos en el crudo invierno. Pero resistió, escapó de los hielos y flotó a la deriva por los mares del Ártico durante 38 años. Se le vio por última vez en 1969.

Octavius. En 1775 se le halló flotando a la deriva en las inmediaciones de Groenlandia. Al abordarlo, la tripulación del navío que lo halló encontró a todos sus pasajeros congelados. Particularmente siniestro es el caso del capitán del Octavius, quien fue encontrado sentado a un escritorio, con una pluma en la mano y frente a sí una carta a medio escribir, fechada en 1762, 13 años antes de que lo hallaran.

MV Joyita. En 1955 zarpó con 25 pasajeros de California hacia las islas Tokelau, en el océano Pacífico. Jamás llegó a su destino. Al poco tiempo de que había partido se le encontró flotando a la deriva, sin rastro de sus pasajeros ni de sus botes salvavidas. Había daños en uno de sus costados y bolsas llenas de vendajes con sangre en su interior. Además, se vio que el radio había sido sintonizado en la frecuencia de auxilio; se cree que fue atacado por piratas.

Lady Lovibond. Naufragó el martes 13 de 1748 en aguas cercanas al Canal de la Mancha. Se dice que su capitán, Simon Peel, lo empleaba para festejar con su esposa su reciente enlace y que su primer oficial lo hizo estrellarse en un banco de arena al encontrarse lleno de envidia y rabia porque estaba enamorado de la esposa de Peel. El navío se hundió y no hubo sobrevivientes, pero se cuenta que aparece cada 50 años frente a las costas de Kent, al sureste de Inglaterra.

Mary Celeste. Fue hallado a la deriva en el océano Atlántico en 1872, tras varios viajes que habían culminado en buen puerto. Se le encontró en buenas condiciones, con suficientes reservas de comida y mil 500 barriles de vino intactos. No hubo rastros de sus pasajeros, de su tripulación ni de sus botes salvavidas. Se ha descartado un ataque pirata, por la permanencia del vino, pero no se han hallado explicaciones satisfactorias a la desaparición de los pasajeros.

El holandés errante. Se cuenta que está condenado a vagar eternamente por los océanos del mundo. Alrededor del siglo XVII, una expedición holandesa habría salido rumbo a la India, dirigida por el capitán van Der Decken. Al pasar cerca del Cabo de Buena Esperanza, en Sudáfrica, una tormenta habría impedido el paso del navío.

Pero van Der Decken, empeñado en seguir, habría matado a su primer oficial y jurado que cruzaría el Cabo «aunque Dios lo hiciera navegar hasta el Juicio Final». Una enfermedad contagiosa y terrible habría atacado entonces a la tripulación del Holandés, por lo que se les habría impedido desembarcar en todos los puertos, siendo condenados a vagar eternamente por las aguas del mundo.

Fuente : de10.mx

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