La Abducción de Claudia

Hace un tiempo, oí por radio que en Golgney, localidad cercana a Gowland, un matrimonio tuvo una experiencia de abducción muy parecida a la que sufrimos nosotros (mi mujer y yo).

He recibido este mail, ayer, donde para esas fechas, también una familia vió un Ovni, cerca de Jáuregui, otra localidad cercana y por lo que comenta, pudo ser también abducida.

Hola Manlio. Te escribo porque tu relato me removió algunos recuerdos de la zona que comentás, y además porque me interesaría compartirte otras impresiones de lo que aprendí en los últimos años, además de tomarme el atrevimiento de remitirte cierto material que al parecer, solo muy, muy pocos llegan a asimilar o tan siquiera considerar.

Para comenzar, te cuento que durante mi infancia e inicios de mi adolescencia, mis padres tuvieron una Quinta, a pocas cuadras de la Ruta 5, entre Luján y Jáuregui. También recuerdo haber acompañado a mi padre hasta Olivera, o incluso hasta Mercedes, y es que él era rematador de ganado, y visitábamos varios campos de la zona, hasta íbamos a pescar al Arroyito de Las Flores!. La única experiencia -en vigilia- que tuve con OVNIS, fue precisamente en esa Quinta que él había heredado y en la cual tuvo algunas experiencias poco usuales. La nave que aapareció sobre el parque de esa Quinta -era una noche de primavera y tenía luces como el arco íris, una al lado de la otra-, la detecté yo, y di aviso a mi mamá que estaba regando los canteritos de flores. Le pregunté qué era eso, pero como no me dio ninguna respuesta interesante, dejé de ponerle atención y me fui con mi papá que estaba en otra área, donde criábamos cerdos. Luego mi mamá nos contó que lo que inicialmente había visto como luces, era un obni que descendió por debajo de las nubes y pudo ver con claridad. Nos llamó, pero no la escuchamos.

Recuerdo que para ese entonces yo estaría en 5to. o 6to. grado y que en la semana -esto fue en finde-, una compañera comentó que los peones del campo que tenían en la zona, habían estado tomando de más, porque esa misma noche habían visto una nave. Imaginá que esto podrá haber sido a principios de los ’70. Después siguieron los sueños y el testimonio de vecinos que afirmaban haber visto un Ovni estacionado sobre la casa que teníamos en Luján, y más tarde, al mudarme a Ing. Maschwitz, otra vecina dijo ver otro, también estacionado sobre la casa donde habitaba. Recuerdo que eso fue el día que murió Fangio.
Otro hecho curioso fue cuando tenía poco más de 21 años, tuve una experiencia extrasensorial.

Juro que estaba completamente en mis cabales, por esos años era vegetariana y no consumía alcohol ni para las comidas, y en mi lugar de trabajo (un restaurant vegetariano de Belgrano, Capital) tuvo lugar una aparición singular, y digo singular porque se trató de un rostro enorme conformado por millones de puntitos de luz de colores que ocupaba el espacio que iba del techo al piso de la cocina, que también era un ambiente amplio. A partir de ese momento, y como no registré ningún tipo de comunicación fuera de tener fernte mío a ese Ser, comencé el duro camino de la investigación y la incredulidad de los que durante los años que siguieron hasta el día de hoy, continúan viéndome como rara o, aunque duela, como loca o desvariada.

Lo que observo de tus aportes, es que caíste en la misma variante que caí yo. Inicialmente, creemos que el resto de las personas van a recibir nuestras experiencias como «algo normal», «como un aporte» o como el inicio para una investigación que puedan hacer por ellos mismos. Lamento decirte que no es así como funciona la mentalidad de la mayoría. Todo lo que les parece diferente a lo que les enseñaron, para ellos, cae en la categoría de «peligroso», «dudoso» o en el mejor de los casos, de «desvaríos transitorios».

He llegado a la conclusión, que el tipo de contacto que hemos tenido (seámos conscientes de esos contactos ya sea a través de hipnosis o no), ha servido de disparador para que comenzáramos a pensar por encima de la media, y eso y no otra cosa, es lo que realmente entiendo que significa el «cambio de consciencia» del que tanto se habla y tan poco se comprende.
Últimamente se me da por ponerlo en las siguientes palabras: Estamos fuera de la trama energética del tiempo apocalíptico que afecta a la humanidad, vibramos de manera diferente y por eso «no registran lo que decimos» y nos mal interpretan. Nos parecen boberías las reglas estúpidas con las que siguen manejándose, pese a que han demostrado ser anacrónicas, y es inanerrable ver del modo que defienden instituciones y reglas que han montado para robarles su energía, vitalidad y el dinero que ganan con tanto esfuerzo. Pero como decía mi viejo, nada es verdad ni es mentira, todo depende del color del cristal con que se mira. Convenzámonos Manlio, no está en nosotros cambiar el mundo.

El mundo sólo podrá cambiar cuando haya más gente como vos, yo o tanto incomprendido contactado que anda dando vueltas, tratando de que su experiencia personal sea considerada como evidencia. Solo que la mayoría no emplea su equipo mental para pensar por sí mismos; las nuevas generaciones han sido educadas para tomarle fobia a los libros, de manera que, estamos en un punto muy, pero muy difícil que en mi apreciación, ya no tiene reversión.

por Manlio E. Wydler