Hoy sabemos que el planeta Urano, -el primero descubierto en la modernidad -, ya que los antiguos no lo conocían pese a su tamaño, no es visible a ojo desnudo (algunos lo confundieron con una estrella en el medioevo).
Las causas de las glaciaciones son hoy una incógnita, aunque se piensan en tres factores que solos o en conjunto pueden determinar que la temperatura del globo terráqueo pase de un clima cálido a un gélido mundial.
Sabemos que hace unos años, ha habido un corrimiento marcado del eje polar magnético y en el caso de la historia del planeta Tierra, cada tanto parece que este corrimiento es común, ya que incluso se ha podido determinar mineralógicamente que el efecto puede ser tan grande que ha llegado a la inversión de los polos magnéticos en más de una oportunidad, cosa que sabemos por la orientación de los minerales de hierro en las rocas hoy sólidas. El efecto magnético que todo esto tiene como corolario, hace advertir, debido al actual debilitamiento ecuatorial sobre Brasil, que estamos cercanos a una nueva inversión de los polos en unos 1400 años. Esto ocasionará por unos meses que estaremos expuestos a dosis muy grandes de rayos gamma, cósmicos y ultravioletas. El daño menor, serán «cataratas» en los ojos.
Este factor se debe a la reacción del líquido interior de metales ardientes ante los cambios de las derivas continentales y los movimientos de placas.
Otro factor que produce cambios en la cantidad de energía recibida por la Tierra es la calidad de emisión del Sol. Cada vez son más las alternativas conocidas de cambios en la emergencia y calidad de emisiones y reacomodamientos en la distribución de metales (se denominan así a los elementos en las estrellas de masa superior al Hidrógeno fabricados por esta enorme usina, que trastoca los caminos de luz y partículas y las convecciones de gases ionizados materiales «nacientes». Esta causa puede ser generalmente la más importante.
Una tercera causa es la lejanía al Sol, o cercanía al mismo según la milenaria variación en las órbitas terrestres. Hace 100 años se sabe que la Tierra se acerca y aleja periódicamente cada 40.000 años del astro rey.
Estas tres causas, solas o en conjunto producen los picos de altas y bajas temperaturas mundiales, los períodos cálidos y las glaciaciones. Pero hay una cuarta, que dependerá de su mayor o menor presencia para hacer todo más fatalmente dramático, como veremos a continuación , luego de esta consideración:
El calentamiento global debido a la industria humana, enmascara estos fenómenos si son leves, pero, la sobrenaturalidad de estos fenómenos hace de las variaciones de origen humano intrascendentes a nivel cósmico y en el tiempo. Con la sola excepción de una guerra atómica total.
El corrimiento del polo magnético, muestra gran actividad del movimiento del núcleo metálico del planeta y su función generadora del magnetismo. A su vez muestra la posibilidad del corrimiento del eje de rotación si coincide con terremotos generales y cambios notables en la distribución de las masas en juego, con el correlato de una cuarta causa de cambio climático por variación de locación geográfica, simplificando : la uranización.
Produciría este fenómeno el cambio de temperaturas mundiales y las características regionales.
En nuestro caso el hemisferio sur tendría una noche casi perpetua, con alternancia de iluminación polar (Medio año para cada hemisferio, que coincidirá con el sector de órbita que se esté recorriendo), ambas condiciones terribles para la vida terrestre.
Se gestarían, si hay grandes corrimientos de eje, terribles tormentas de agua, polvo, hielo y gases, que arrastrarían lo suelto del polo cálido al gélido en descomunales «tormentas».
El polo iluminado sería tórrido por demás y las temperaturas irían bajando hacia el ecuador y el polo en la oscuridad tendría fríos extremos, de cien gados bajo cero o más.
Como vemos este factor, por si solo podría ser desencadenante de una catástrofe terminal. Cambio Climático extremo.
Los otros, la variación de la calidad de emisión del Sol, puede ser catastrófica, pero en períodos largos, sabemos que no ha variado hasta perjudicar fatalmente a toda vida sobre la tierra.
Otro tanto podemos decir en el alejamiento y acercamiento de la Tierra al Sol, que se efectúa en forma gradual en ciclos de cuarenta mil años. También este tema ha sido hasta ahora gradual.
¡Empecemos a medir el corrimiento del eje de rotación, tanto como el magnético porque nos pueden dar una desagradable sorpresa!
No entiendo algunas cosas y no seguiré la lectura del artículo hasta aclararlas:
Dice el autor:
«Hoy sabemos que el planeta Urano, -el primero descubierto en la modernidad -, ya que los antiguos no lo conocían pese a su tamaño, no es visible a ojo desnudo (algunos lo confundieron con una estrella en el medioevo)».
Los anales más antiguos que se conocen sobre Urano se remontan a 1690, época que no puede ser considerada Medieval.
Respetuosamente espero el descargo del autor con la aclaración del caso.
Enrique A. Manelli (Capital)
Realmente , a ojo desnudo, parece una estrella y los antiguos lo tenían por tal.
El registro más antiguo que se encuentra de él en forma indubitable( y pese a que se lo catalogó como la estrella 34 Tauri, por John Flausteed) es de 1691 y finalmente Herschel, con un anteojo creado por él, casi un siglo después lo vuelve a registrar como la estrella de Jorge-y recién Lalande lo describe como planeta y propone llamarle Herschel. Finalmente Juan Bode propone el nombre de Urano, como aún se lo conoce.
Al decir medievales me refería a referencias difusas de este período y aún más antiguas.
Los registros-algunos errados- ya no pertenecen al Medioevo, sino a épocas más recientes, por lo que no entiendo cuál sería la duda del lector.
De todas formas , no hace este tema al meollo del artículo, sino a la terrible posibilidad de un cambio del eje de rotación y a su vez con la alternativa de una inversión magnética, que tendría más inconvenientes aparejados.
A sus órdenes.
Espero que con la inversión de los polos, no se produzca esta uranización, porque será nuestro fin.
Cada terremoto y los remesones, van afectando la posición del eje rotorio; pasó con el de Haití, con el de Chile, con el del Japón y todos los que antecedieron.
La posibilidad de que la Tierra se uranice es cierta.