El tiempo es una cosa sumamente extraña. No todos parecen experimentarlo de la misma forma, pues para algunos pasa muy rápido mientras que para otros es muy lento. Eso sí, parece haber cierto consenso en que, a medida que la persona se hace vieja, más rápido experimenta el paso del tiempo. Muchas teorías han intentado ofrecer un concepto fácilmente comprensible al tiempo y, aunque sean verdaderas o no, cumplen su misión se sembrarnos la curiosidad y hacernos reflexionar algunos instantes.
10 – La teoría de San Agustín entre la relación del tiempo y la mente.
El filósofo cristiano San Agustín creía que el tiempo no era absolutamente infinito. A pesar de que creía que el tiempo había sido creado por Dios, también estaba convencido de que era imposible crear algo que fuera infinito.
También llegó a afirmar que el tiempo solo existe en nuestra mente, llegando a la extraña conclusión de que todo tiene que ver con la forma en que interpretamos esa grandeza. Podemos afirmar que algo duró “mucho” tiempo o “poco” tiempo, pero San Agustín decía que no existe ninguna forma real de cuantificar esto.
Cuando algo se encuentra en el pasado, ya ni siquiera posee las propiedades de ser alguna cosa, pues ese algo ya no existe, y cuando afirmamos que alguna cosa demoró mucho tiempo, simplemente significa que lo estamos recordando de esa forma. Dado que solo medimos el tiempo basándonos en la percepción que tenemos de él, entonces solo debe existir en nuestra mente. El futuro aún no existe, de modo que es imposible tener cantidades medibles de él.
La única cosa que existe es el presente.
9 – La topología del tiempo.
¿Con qué tiene parecido el tiempo? Si intentas imaginar al tiempo, seguramente lo verás como una línea recta que dura para siempre. Peor hay quienes lo ven como una espiral, que gira y gira sin parar. Antes de que te quemes el cerebro intentando deducir alguna respuesta, te ahorraremos el tiempo: evidentemente, no existe una respuesta certera. Pero tenemos algunas ideas intrigantes como respuesta a la pregunta.
Según Aristóteles, el tiempo no puede existir como una línea, por lo menos no con un inicio y un final, aunque probablemente haya existido un tiempo en que bueno… el tiempo comenzó. Para que exista un momento en el que el tiempo inició, tuvo que haber algo antes que marcó su inicio. Según Aristóteles, lo mismo aplica para el final de los tiempos.
También está el problema sobre cuántas líneas de tiempo existe. ¿Acaso existe una línea del tiempo en lo que todo evoluciona junto, o existen varias líneas de tiempo que se cruzan de forma alterna o corren paralelas unas a otras?, ¿el tiempo es una única línea con multitud de ramificaciones? O, ¿acaso en esta corriente hay momentos que existen independientemente de otros momentos?
Existe abundancia de opiniones, aunque ninguna comprobada como verdadera.
8 – La teoría del presente ilusorio.
La idea de los presentes ilusorios aborda la cuestión de cuánto tiempo dura realmente el presente. La respuesta habitual, que dice algo sobre el ser o “ahora”, no es muy descriptiva. Por ejemplo, cuando estamos en medio de una conversación con alguien y decimos una frase, el inicio de la frase ya es pasado, pero la conversación en sí aún tiene lugar en el presente.
Entonces ¿cuánto tiempo dura realmente el presente?
R. Clay y William James refieren a esta idea como el presente engañoso – es decir, el periodo de tiempo que percibimos como presente. Ambos sugieren que este momento puede ser tan corto como unos cuantos segundos y, probablemente, no más que un minuto. De cualquier forma, ellos definen como “presente” a la cantidad de tiempo en la que estamos inmediatamente conscientes.
Entre todo esto, todavía existe un poco de espacio para discutir.
En teoría, el presente podría tener algo que ver con la cantidad de memoria a corto plazo que una persona posee. Entre más memoria a corto plazo tiene una persona, mayor es el presente para ella.
También tenemos la idea de que esto no es más que un asunto de percepción instantánea, un segundo pasa y estás confiando en tu memoria a corto plazo un momento que ya no es parte del presente.
Luego tenemos el problema del presente y del presente prolongado, que es justamente donde entra el presente ilusorio.
El presente no debe tener una duración de tiempo real, pues si la tuviera parte de ese tiempo estaría en el pasado y parte en el futuro, contradiciéndose a sí mismo. Entonces, el presente ilusorio intenta explicar el presente como un intervalo de tiempo que tiene una duración, aunque sea una cosa totalmente aparte del presente objetivo.
7 – Las personas de baja estatura experimentan el “ahora” más rápido que otras.
Parece extraño, pero tiene sentido. Esta teoría fue presentada por un neurocientífico llamado David Eagleman, y es llamada “conexiones temporales”. Gira en torno a la idea de que experimentamos el mundo en paquetes de información que son reconocidos por nuestros sentidos y procesados por el cerebro.
Diferentes partes del cuerpo, incluso si reciben esa información al mismo tiempo, demoran ligeramente diferentes cantidades de tiempo para transportarla al cerebro.
Imagina que te estás mensajeando con alguien, de repente te golpeas la cabeza con un poste al mismo tiempo que tropiezas con una piedra. En teoría, la información recogida en la herida de tu cabeza llegará más rápido que la información del dolor enviada por el dedo de tu pie, pero tú crees que las sientes al mismo tiempo.
Esto se debe a que existen ciertos patrones cerebrales para una especie de organigrama sensorial que ordena las cosas de forma que hace a las personas sentir por etapas. Ese atraso en el procesamiento de la información es el que hace que las personas de baja estatura sientan el “ahora” un poco más rápido.
Por decirlo de alguna forma, una persona más baja realmente vive una versión más precisa del tiempo, ya que hay menos atraso en la transmisión de información al cerebro.
6 – El tiempo se hace cada vez más lento – y podemos percibirlo.
Desde hace mucho tiempo uno de los problemas más grandes de la física ha sido la existencia de la energía oscura. Podemos notar sus efectos, pero aún no tenemos idea de qué es exactamente. Un equipo de profesores de la Universidad del País Vasco, en Bilbao, y de la Universidad de Salamanca, en España, han sugerido que todos nuestros esfuerzos por encontrar y definir a la energía oscura han sido en vano, simplemente por qué no existe.
En lugar de eso, afirman, todos los efectos de la energía oscura pueden explicarse por la idea alternativa de quelo que realmente vemos es al tiempo disminuyendo su velocidad, y preparándose para una eventual parada.
Véase, por ejemplo, fenómeno astronómico de la dispersión refractiva. Cuando vemos estrellas que tienen una longitud de onda de luz que es roja, sabemos que están acelerando. El grupo de profesores españoles ahora intenta explicar el fenómeno de la aceleración del universo no como el resultado de la presencia de energía oscura, sino simplemente como una ilusión creada por el tiempo en proceso de desaceleración.
A la luz le toma una buena cantidad de tiempo llegar hasta nosotros. A medida que pasa el tiempo, se va haciendo más lenta, proporcionando la ilusión de que todo está acelerando a la distancia. El tiempo es extremadamente lento pero, dado la inmensidad del espacio, se amplía a través de la cantidad incomprensible de distancia, lo que significa que podemos ver eso cuando vemos hacia las estrellas.
También dicen que de forma gradual el tiempo continuará disminuyendo hasta que simplemente se detenga por completo. Momento en que el universo se congelará para la eternidad. Pero no te preocupes, estamos a salvo. Esto sucederá en miles de millones de años, y la Tierra ya no estará aquí.
5 – El tiempo simplemente no existe.
Cuando las personas no logran explicar alguna cosa, esa parece la respuesta más fácil. Pero, de hecho, existe un raciocinio muy interesante tras esta afirmación.
Fue dada a conocer al mundo por primera vez en 1900 por el filósofo J. M. E. McTaggart. Según McTaggart, existen dos formas diferentes de analizar el tiempo.
La primera, llamada Teoría A, dice que el tiempo tiene un orden y fluye a través de un camino; en esta versión del tiempo es posible organizar las cosas según acontecen. Hay una progresión de eventos del pasado para el presente y el futuro.
Por otra parte, con la Teoría B, se afirma que el paso del tiempo en sí es una completa ilusión, y no existe forma de atribuir objetivamente un orden particular para las cosas que acontecen. Esta versión del tiempo aparentemente está apoyada en nuestra memoria, que tiende a recordar eventos de forma aleatoria.
Tomando estas dos teorías en cuenta, el filósofo entiende que el tiempo no existe. Para que exista, sería necesario un cambio continúo de eventos, en el mundo o en las circunstancias. Las teorías A y B, por definición propia, no son una referencia para el paso del tiempo, y no existe cambio comprendido por ellas. Por tanto, el tiempo no existe.
Si la Teoría A por si sola fuera correcta, esto también sugiere que el tiempo no puede existir. Por ejemplo, pensemos en tu primer cumpleaños. En algún momento, este fue un evento en el futuro, pero ahora solo existe en el pasado. Como un momento no puede ser pasado, presente y futuro, McTaggart dice que la teoría es contradictoria e imposible, como cualquier idea del tiempo.
4 – Teoría de la cuarta dimensión y el universo de bloque.
La teoría de la cuarta dimensión y la teoría del universo de bloque se relacionan con la idea del tiempo como una dimensión real. En la cuarta dimensión, todos los objetos (evidentemente) existen en cuatro dimensiones en lugar de tres, y la cuarta dimensión, el tiempo, puede pensarse en términos de las otras tres dimensiones.
La teoría del universo de bloque imagina al universo entero como un bloque dimensional conformado por rebanadas de tiempo. Tiene largo, ancho y alto. Todo y cada evento tiene una medición cuantificable, dado que existen capas de tiempo que forman su todo.
Según esta teoría, cada persona es un objeto tetradimensional que existe en capas de tiempo. De esta forma existen capas de tiempo para la primera infancia, la infancia, para la adolescencia y así sucesivamente.
Así, esta teoría entiende que el tiempo, por sí solo, no existe. Pero sí hay un pasado, presente y futuro, y cada punto dentro de un bloque es cualquiera de estas tres cosas en referencia a otros puntos del tiempo.
La teoría del universo en bloque también deja espacio para la idea del tiempo infinito, pasado y futuro, diciendo que el bloque bidimensional puede extenderse hasta el infinito en cualquier dirección. Esto no deja espacio para un cambio en el futuro, toda vez que el suceso de los eventos en el bloque de tiempo ya existe, y lo que llamamos futuro ya fue decidido.
3 – El tiempo no tiene “velocidad”.
Ocasionalmente conocemos relatos de personas que, estando en una situación de muerte inminente, afirman que el tiempo pasó más lento (otros dicen que toda su vida pasó frente a sus ojos). Muchas veces esto tiene lugar cuando nos vemos frente a una gran decisión, o cuando algo completamente inesperado acontece.
Es un fenómeno tan difundido que ha existido mucha discusión sobre si estamos permitiendo al tiempo ir más despacio para procesar toda la información a la que nos estamos enfrentado.
Los investigadores intentaron entender el significado. Según su conclusión, seríamos capaces de ver las cosas con una mayor claridad, y de elegir más detalles a medida que las imágenes pasan por nosotros.
El cerebro tiende a mezclar estímulos a medida que las cosas suceden, de forma que la información se recibe con menos de 80 milisegundos de intervalo. Por lo tanto, si el tiempo desacelera, la expectativa es que las personas pasen a reconocer estímulos como eventos separados.
Tras varios experimentos, los investigadores llegaron a la conclusión de que una experiencia que “desacelera” el tiempo sugiera que no es el momento el que pasa más lento para nosotros, sino nuestro recuerdo del tiempo.
2 – Chronos, Cronos y el padre del tiempo.
Antes de que los filósofos griegos pensaran en una forma de explicar el tiempo, había una explicación mitológica que incluía a una figura llamada el “Padre del Tiempo”. Antes de que existiera cualquier otra cosa, estaban los dioses Ananké y Chronos.
Chronos era el dios del tiempo, y lo imaginaban como parte hombre, parte león y parte toro. Sin lugar a dudas una figura fascinante. Ananké, una serpiente enrollada en torno al huevo del mundo, se veía como el símbolo de la eternidad.
Chronos también aparece en la mitología grecorromana, donde se encuentra representado dentro de la rueda del zodiaco. Como a esta rueda no la gobierna el tiempo, puede ser joven o viejo. Chronos era el padre de dos titanes y muchas veces mencionado como sinónimo de Cronos, que también fue asociado con el tiempo. Cronos fue el responsable por castrar a su padre, y más tarde muerto a manos de su propio hijo, Zeus.
Chronos también era responsable por la progresión del tiempo a través de las estaciones y a través de los años, desde el inicio, pero las cosas que sucederían con los hombres y mujeres dentro de ese tiempo eran comandadas por otras figuras.
Generalmente nos referimos al tiempo a través de las cosas que suceden a medida que van pasando. Crecemos y, en seguida, no hacemos viejos. Este ciclo de vida del hombre no fue dominado por el dios del tiempo, sino porlas Moiras, Cloto se convirtió en el hilo de la vida, comenzando el ciclo para todo. Láquesis midió durante cuando tiempo duraría el tiempo, mientras que Átropo cortaría ese hilo. Las Moiras predecirían eventos futuros, así como el destino que ya habían escrito.
1 – No somos buenos en percibir el tiempo.
El tiempo parece ser un asunto implícito para todos. Es lo que es. Pero la gran verdad es que es un dolor de cabeza en los primeros segundos de discusiones sobre temas como la física y el espacio, dimensiones y todos los asuntos periféricos posibles.
No somos realmente nada buenos en hablar sobre el tiempo, sin embargo, tenemos parámetros pare medirlo y probarlo.
Por un lado, existe un tiempo sideral, que es el tiempo medido por la posición de las estrellas y de la rotación de la Tierra. Esto, evidentemente, varía un poco, por eso tenemos también el día solar. Este se basa en la cantidad de tiempo que le toma a la Tierra hacer una única rotación sobre su propio eje, lo que también es muy variada.
Es por eso que, para contar un año solar, requerimos de la medida de las rotaciones para llegar a nuestro sistema de tiempo.
Sin embargo, a comienzos del siglo XX, científicos y astrónomos notaron que la rotación de la Tierra se hacía más lenta. Crearon el tiempo de efemérides para cubrir posibles variaciones, pero el parámetro quedó obsoleto en 1979.
A continuación llegó un tiempo dinámico terrestre, que fue más preciso. Esta métrica se vio interrumpida en 1991, cuando se rebautizó técnicamente como “tiempo terrestre”.
Si crees que mantener un par de husos horarios parece complicado, eres un inocente que no tiene ni idea. Aún en nuestros días, las posiciones de las estrellas y otros cuerpos solares son usadas en conjunto con el tiempo dinámico terrestre, pero como el resto del mundo no tiene un estándar de tiempo universal, se requiere una forma de convertir los dos para que todos se ubiquen.
La muerte no existe el tiempo solo existe en el momento en nuestro pensamiento la Vida es infinita solo que nos apegamos anuestra Vida terrenal y nos cuesta entender