Los fantasmas, palabra que proviene del griego y cuya traducción literal es «aparición», en el folclore de muchas culturas, son supuestos espíritus o almas desencarnadas de seres muertos.
Según distintas suposiciones se manifiestan entre los vivos de forma perceptible (por ejemplo, tomando una apariencia visible, produciendo sonidos o aromas o desplazando objetos), principalmente en lugares que frecuentaban en vida, o en asociación con sus personas cercanas.
Constituye uno de los tipos más conocidos de superstición.
Quienes dicen haberlos visto los describen como siluetas o sombras oscuras o blanquecinas, más bien difuminadas o nebulosas, antropomórficas, de carácter inmaterial y trasparentes a veces, que flotan y pueden no tener contorno definido a sus pies. Su aparición no suele sobrepasar el espacio de un minuto, muy raramente más de diez, y cuando ocurre la temperatura baja sensiblemente, a veces junto a olores penetrantes, ruidos, golpes, música o voces. Su aparición provoca ulteriormente en los seres humanos de su entorno una cierta fatiga, y poseen una carga electromagnética que puede ser medida.
Como las leyendas etiológicas, están ligados a un lugar, una leyenda o un mito; realizan siempre los mismos actos repetitivamente; su actitud no suele ser comunicativa, pero es a veces consciente y termina siendo esquiva y huidiza, hasta el punto de que podría decirse que parecen tener miedo de los seres vivos; sólo unos pocos de ellos son abiertamente hostiles o benéficos. Algunas veces han sido vistos y grabados traspasando muros sólidos; algunos pueden mover leves pesos. Obedecen a las leyes de la perspectiva, según el punto del espacio desde el que se los contempla; muchos parecen sólidos y opacos, por lo que pueden ser filmados; se reflejan en los espejos y producen ruidos sincronizados con sus movimientos (pasos, etc). Generalmente dan la impresión de ser tan reales como las personas vivientes, aunque sólo durante un período limitado.
Quienes los han estudiado afirman que existen también fantasmas de personas vivas (bilocación, doppelganger, fetch) y documentan también la aparición de fantasmas de animales (por ejemplo el Perro negro, el Dip, la Pesanta o el Cadejo, entre otros), barcos, trenes, aviones, casas y pueblos fantasmas e incluso objetos fantasmas, como los tsukumogami japoneses o los domésticos de parasoles (karakasa) y linternas (ch?chinobake). Pueden aparecerse solos, lo más corriente, o formando grupos, incluso numerosos. Su manifestación en algunos casos es anuncio o aviso de algo positivo o funesto por ocurrir. También los hay de carne y hueso: en 1937 la folclorista estadounidense Zora Neale Hurston escuchó en Haití el caso de Felicia Felix-Mentor, fallecida y enterrada en 1907 y viva aún treinta años después como zombi semiconsciente a causa del habitual uso en el animismo vudú de dosis semiletales de drogas/veneno como tetrodotoxina, estramonio o datura que provocan parálisis temporal y locura permanente. Otras alucinaciones provocadas por drogas o las falsas resurrecciones espontáneas causadas por enfermedades como la rabia, la catalepsia etcétera pueden haber originado asimismo leyendas de aparecidos, revenants, vampiros y no muertos en personas predispuestas por prejuicios cognitivos y tradiciones culturales. Por otro lado, partes del cuerpo humano desaparecidas, amputadas o cercenadas pueden ser percibidas por el cerebro como miembros-fantasma.
El Origen de los Fantasmas
La creencia en aparecidos (muertos que vuelven a aparecer para encomendar alguna misión) o revenants (lo mismo, en francés), espectros, ánimas del Purgatorio, almas en pena, wraith, kuei, y?rei, strigoi, preta, hantu, almas errantes o fantasmas es muy propia de la naturaleza humana, ha generado y genera una amplia literatura (novela gótica o de terror), inspira la cinematografía y el teatro y ha creado innumerables leyendas y mitos, si es que estos, inversamente, no han creado este bulo; la ciencia considera creer en fantasmas un tipo de superstición muy asentado en la psicología del ser humano, porque se alimenta de la necesidad de vida eterna, como la religión, y sublima una muerte inaceptable y aborrecible por medio del acto apotropaico de creer que la conciencia pervive más allá del fin de la misma. Estudios recientes indican que muchos occidentales creen en fantasmas; en sociedades donde la religión tiene mucho predicamento, como los Estados Unidos, una encuesta demostró que el 32% de sus habitantes cree en fantasmas y en la vida luego de la muerte o más allá, siempre en forma paralela a la religión o de forma menos regulada por un sistema escatológico como han hecho las religiones más frecuentes, que se aprovechan de este meme antropológico para crear estructuras económico-culturales de creencias.
Desde antiguo la mitología, la religión y otras manifestaciones de folklore o literatura han creído, o pretendido creer, en la existencia de entidades sobrenaturales, manifestaciones vitales o númenes más o menos inmmateriales de varios tipos:
- Abstractos, más o menos alegóricos, como Dios.
- Naturales o no humanos: inanimados sin movimiento o cosas, e inanimados con movimiento o semovientes, como el aire, el agua, el fuego, las plantas, los astros.
- Naturales animados: animales o animalizados.
- Antropomórficos.
- Humanos.
Desde el más primitivo animismo, que otorga vida a todo lo semoviente o dotado de movimiento y evolución, así como a las fuerzas de la naturaleza (el aire, el agua, el fuego, la vegetación, los astros), muchas de estas categorías pueden asociarse, formar criaturas mixtas y recibir denominación o nombre, como el ángel o los dioses medio animales o animalizados de los egipcios y los japoneses. El fantasma vendría a ser una entidad entre el cuarto y quinto tipo por su origen humano, bien diferenciada de duendes, diaños, demonios, y?kai, genios, elfos, silfos, hadas y longaevi, restos de religiones desaparecidas a los que Heinrich Heine llamaba «dioses en el exilio». Para la mentalidad moderna, que ha desvitalizado el cosmos transformándolo en una cosa o un mecanicismo muerto y absorbiendo toda su vida en el yo y el antropocentrismo desde el Renacimiento, es más fácil creer por eso en fantasmas que en esos otros tipos de criaturas, cuyo predicamento estaba más extendido por el mundo politeísta antiguo y la Edad Media. El pensamiento prelógico y primitivo no distingue niveles entre lo real y lo imaginario, se rebela contra la idea inaceptable y abstracta de la muerte y considera que lo aparecido en sueños es indistinto y posee existencia real, justificando sus temores y concretándolos desde el mundo onírico o del sueño e identificando la imagen de un ser desaparecido por la muerte que aparece en este con un ser real no afectado por la conclusión, la desaparición y la muerte. Se cree así en otros grados de existencia, menos patentes pero considerados reales; es más, se calma así la inquietud existencial que provocan los sentimientos de culpa, de finitud y de muerte.
Historias de Fantasmas
Para los pueblos primitivos los fantasmas tenían una vida infinitesimal y miserable, insuficiente para animar y mover un cuerpo, hacer latir su corazón y darle aliento o respiración, pero vida al fin y al cabo, ya que tenían bastante o la suficiente fuerza para manifestarse en los sueños para atormentar o avisar a los vivos o como sombras y apenas necesitaban alimento (en las culturas antiguas con culto a los manes y antepasados había un día anual designado para alimentarlos con ofrendas de alimentos o sacrificios, que los cristianos han sustituido por flores en el Día de difuntos o de Todos los Santos). Así se calmaba a los antepasados y se aseguraba su benéfica influencia. La creencia en fantasmas se testimonia desde los primeros textos escritos sumerios y egipcios: el fantasma de Enkidú se apareció a Gilgamesh en la llamada Epopeya de Gilgamesh. También se encuentra extendida por otras civilizaciones de muy distinto desarrollo cultural. La Odisea del griego Homero y la Eneida del latino Virgilio acogen viajes de ultratumba. Los romanos ponían un puñado de tierra sobre el cadáver porque si no el alma erraría por toda la eternidad en la ribera de la Estigia, y era preciso poner una moneda en la boca para pagar al barquero o el alma no tendría descanso. Por eso aterraba a los romanos navegar por el mar, ya que no recibirían honras funerarias. A los suicidas romanos se los enterraba con la mano cortada y separada del cuerpo, con el fín de desarmar a su espíritu, que hipotéticamente atormentaría a los vivos. Los fantasmas buenos para los romanos eran los manes o espíritus de los antepasados; los malvados eran las larvae, almas de hombres malvados que vagan errantes por las noche y atormentan a los vivos. Una de las teorías que intentan explicar la religión los derivaría de la tendencia del pensamiento primitivo y prelógico a considerar que el mundo de los sueños forma también parte del real; por tanto, ver en sueños a personas fallecidas indica que no han muerto y que pueden interferir en la vida real. El origen de los fantasmas, pues, no sería distinto al de la religión en general.
En las civilizaciones orientales (como la china e india), muchos creen en la reencarnación o transmigración de las almas. Agregada a esta visión y dentro del Budismo, los fantasmas son almas que rehúsan ser recicladas en el curso del Samsara (ciclo de la reencarnación), porque han dejado alguna tarea por terminar. Los metafísicos y exorcistas de diversas religiones pueden ayudar al fantasma a reencarnarse o hacerlo desaparecer orientándolos o mandándolos a otra dimensión de existencia. En la creencia china e india, además de reencarnar, un fantasma puede también optar a la inmortalidad transformándose en semidiós y puede a través de su elevación espiritual trascender diversos planos o servir a los seres humanos, o bien puede bajar al infierno y sufrir ciclos karmáticos. En Japón, la religión shintoísta reconoce la existencia de espíritus de todo tipo y acepta la creencia en fantasmas como parte de la vida cotidiana. En la cultura malaya son prácticamente innumerables las leyendas y clases de fantasmas.
En Occidente la creencia en fantasmas se fue difuminando desde la creencia irracional en ellos de la Edad Media al escepticismo de la Ilustración en el siglo XVIII, cuando el padre Feijoo, embutido en una lucha sin cuartel contra las supersticiones, llegó a decir que «no hay fantasma ni espectro que no desaparezca al conjuro de una buena tranca». En ese mismo siglo, el doctor Samuel Johnson llegó a la conclusión de que el fantasma de Cock Lane en Londres era una filfa.
En el siglo XIX la creencia en fantasmas resurgió poderosamente merced a la tendencia irracionalista del Romanticismo y el desarrollo del Espiritismo, la Teosofía y pseudociencias como la Parapsicología.
Todavía en el siglo XX y XXI se sigue considerando a los fantasmas como almas en pena que no pueden encontrar descanso tras su muerte y quedan atrapados entre este mundo y el otro, a pesar del desarrollo de una corriente positivista, escéptica y científica, que intenta desacreditar esta superstición y cuyos representantes más conocidos son ilusionistas como Harry Houdini o James Randi. La creencia general común supone que el alma de un fallecido no encuentra descanso por una tarea que el difunto ha dejado pendiente o inconclusa («promesa»: así, puede tratarse de una víctima que reclama venganza o un criminal que, por alguna causa, (haber sido enterrado con símbolos sagrados, por ejemplo) ve diferido su ingreso en el purgatorio o infierno. En la mayoría de las culturas contemporáneas, las apariciones de fantasmas están asociadas a una sensación de miedo y son fuente importante de estudio de recién nacidas pseudociencias, como la parapsicología. Aún es también importante dentro del estudio de ciertas religiones, como el Islam, el Budismo, Jainismo, Hinduismo, Shintoismo, Espiritualismo y Cristianismo, aunque cada una lo estudia de modo diferente. En las creencias de la Nueva Era, se intenta racionalizar la creencia tradicional afirmando que los fantasmas son cúmulos de energía negativa o que se trata de imágenes holográficas de personas que han dejado impregnado el ambiente con su imagen y sus actividades.
Clases de fantasmas
G. N. M. Tyrrell, autor de un clásico libro sobre el tema, Apparitions (Apariciones), publicado en 1943, identificaba cuatro grupos principales en base a la conducta adoptada por los presuntos espíritus, más conocida que su propia naturaleza.
- Apariciones que frecuentan habitualmente un lugar determinado. Generalmente no suscitan miedo, son inofensivos y a veces llegan a ser tratados como un miembro más de la familia.
- Apariciones post-mortem. Suelen tener lugar poco tiempo después de la muerte de la persona vista, y no acostumbran a estar relacionadas con un lugar o un acontecimiento concreto.
- Apariciones en casos críticos: el aparecido es alguien que está viviendo una experiencia importante (a menudo desconocida por el testigo de la aparición), como un accidente, una enfermedad o, por supuesto, la muerte.
- Aparición inducida experimentalmente. En estos casos, el fantasma no es el de una persona muerta o moribunda, sino el de alguien vivo que intenta deliberadamente hacer que su imagen se haga visible a otra persona; se habla entonces de bilocación, si se trata de santos, o en el folclor alemán de doppelganger (en el irlandés, fetch).
Los Fantasmas y la Economía
Como pretexto de creación artística o literaria, la creencia en fantasmas es tema goloso que ha suscitado mucho negocio editorial, teatral, cinematográfico, radiofónico, televisivo y periodístico. También supone una atracción turística notable para ciertos lugares históricos. Eso provoca la aparición de grandes intereses creados en torno a las apariciones de fantasmas y, por tanto, la aparición, también, de distintos grados de fraude y negocio, y consiguientemente del rechazo interesado y del oscurecimiento igualmente perseguido de toda explicación estrictamente racional de este tipo de fenómenos; de ahí la explotación y fomento del miedo y de lo morboso, siempre más económicamente rentables, y el ahogo interesado de todo interés por llegar a la verdad que pueda existir en el fondo del asunto. Esta se deja siempre en una estricta ignorancia que, además, favorece la estafa, la riqueza, el lucro, el crecimiento económico. Por eso La desconfianza, el método científico, el empirismo y el escepticismo son requisitos imprescindibles para abordar con seriedad un fenómeno como este, rodeado de engaños y la mayor parte de las veces, si no todas, engaño él mismo.
Fantasmas y Parapsicología
Para no ser pseudociencia, la parapsicología tiene en cuenta la psicología del engaño y procura documentar cualquier testimonio de los llamados fantasmas y controlar rigurosamente las circunstancias en que se producen (incluidas los observadores) alejándose de cualquier prejuicio cognitivo. Numerosos investigadores distinguen, por una parte, las apariciones de ectoplasmas obtenidas con ciertas medium espiritistas fraudulentas a comienzos del siglo XX (Eusépia Palladino, Douglas D. Home, Rudi Schneider, Franek Kluski) de las de ciertos investigadores serios (Charles Richet, Schrenk-Notzing, Gustave Geley, etc.) que acreditaron los fenómenos con las condiciones de observación que disponían en su época y, por otra parte, del encantamiento de los fantasmas, una subcategoría del cual es el llamado poltergeist o «espíritu burlón».
La parapsicología documenta que los fantasmas pueden ser de personas vivas o muertas y de personas o animales. Los fantasmas de personas vivas (bilocación) han sido documentados también, así como fenómenos denominados psicofonías y teleplastias. Determinadas personas, los llamados clarividentes, están imbuidos al parecer de una cierta percepción extrasensorial que les permitiría poder observarlos o sentirlos a menudo y obtener información privilegiada e inédita de los mismos, algunas veces por procedimientos como la escritura automática o la psicometría, y hay ocasiones en que, en efecto, parece que ha logrado obtenerse información útil que ha ayudado a esclarecer desapariciones y crímenes a la policía, como por medio de los clarividentes Rosemarie Kerr, Sally Headding o Nancy Orlen Weber. Los fantasmas más frecuentes poseen una tipología escindida en tres clases:
- Fantasmas residuales, o visiones que realizan actos repetitivos y carecen de actitud comunicativa o interacción con los observadores.
- Fantasmas conscientes, que pueden comunicarse e interactuar con los observadores.
- Encantamientos duraderos de lugares concretos donde se manifiesta uno o más fantasmas desde hace mucho tiempo.
- Poltergeist o «espíritus burlones», fenómenos de duración más reducida ligados a una persona, por lo general adolescente o joven (aunque no siempre), en la que se mueven objetos solos, se escuchan golpes repetitivos o ruidos y se encienden o apagan luces.
Fantasmas y Espiritismo
Según el Espiritismo o «doctrina espírita», como se decía en el siglo XIX desde que este movimiento fue configurado por Allan Kardec y la teósofa Helena Petrovna Blavatsky, el alma humana sobrevive a la muerte del cuerpo material y dispone de un otro cuerpo llamado periespíritu. Los fantasmas serían seres humanos desencarnados capaces de manifestarse haciendo perceptible el periespíritu a los sentidos ordinarios. En el vocabulario espiritista no se utiliza la palabra fantasma, sino eidolon, espíritu, ente o entidad. Algunas almas no habrían pasado a otro nivel de existencia por miedo a quemarse eternamente, por simple obstinación o por poseer demasiado apego a este nivel de existencia o a algunas cosas y personas de este nivel de existencia.
Fantasmas y Catolicismo
El Catecismo de la Iglesia Católica no cree en fantasmas porque no admite la existencia del limbo, aunque algunos teólogos sí la postulan. La iglesia católica considera perjudicial, dañoso, autodestructivo y pecaminoso el uso de la necromancia, la Ouija, el Tarot y de cualquier ceremonia o procedimiento no religioso con el cual se obtenga comunicación con la otra vida; según exorcistas y demonólogos como el padre José Antonio Fortea, recurrir a estos ritales, fuera de ser extremadamente peligroso desde un punto de vista psicológico, supone dejar puerta abierta para que entre el Diablo. Por otra parte, según la escatología de algunos teólogos, existe un limbo al que van las almas, criaturas, seres no humanos y ángeles indecisos, que no son ni buenos ni malos ni se han puesto de parte de nadie, esperando el lugar que Dios les dará cuando ocurra el juicio final.
¿Comunicación con fantasmas?
A medida que el hombre moderno ha ido desarrollando nuevas tecnologías de comunicación, los interesados en obtener información de fantasmas las han usado y así se habla de psicofonías o grabaciones sonoras en las que supuestamente se oye la voz o los movimientos de algún difunto, o de psicoimágenes, imágenes estáticas o en movimiento en las que presuntamente puede distinguirse alguna presencia fantasmal.
Sin embargo, quienes pretenden justificar la existencia de otro mundo y la posible comunicación con el mismo deben justificar primero por qué casi todas las manifestaciones espirituales suelen reducirse a manifestaciones psicológicas de engaño o autoengaño, o fraudes, como con devastadora frecuencia han demostrado ilusionistas expertos como Harry Houdini o James Randi, quienes saben desde luego que lo que ocurre en nuestra mente es de factura mucho más simple que lo que ocurre en la realidad fuera de ella. Algunos tipos de alucinación, como la hipnopómpica o la hipnogógica, los sintomas de una esquizofrenia o determinados tipos de epilepsia no diagnosticadas, el fenómeno del sueño lúcido o falso despertar, el uso de drogas y sustancias psicotrópicas que creen falsos recuerdos, los fuegos fatuos pueden explicar la mayoría de los casos, por no hablar del espíritu lúdico de las bromas y los citados, groseros y mezquinos intereses económicos, que pueden apoyar, magnificar y converger sobre las anteriores explicaciones, que se acumulan sobre la necesidad de religión y de fe ultraterrena desarrollada en el ser humano por la selección natural como una ventaja para la supervivencia gregaria.
Esto no basta para desanimar, sin embargo, a quienes creen en alguna manifestación divina o macabra que es una liberación de energia del cuerpo, esto es, una «evolución» de esta vida terrenal hacia otra en un mundo ultraterreno, y hay caos desconcertantes de clarividencia y percepción extrasensorial que aún aguardan explicación satisfactoria.
Algunos intentos no escépticos de resolver racionalmente estos fenómenos han sido formulados por físicos como Roger Penrose, quienes creen posible la transmisión de información nerviosa mediante corrientes cuánticas a nivel subatómico que pueden ser amplificadas mediante los microtúbulos existentes en las neuronas; además, la insólita lógica cuántica permite distorsiones temporales que pueden causar la duplicación del presente o bilocación, y esto explicaría muchos de los fenómenos paranormales de transmisión de información, como expone en su Las sombras de la mente: hacia una compresión científica de la consciencia (Barcelona: Editorial Crítica, 1996). Explicaciones científicas concurrentes han sido formuladas por Stuart Hameroff o recogidas empíricamente por Raymond Moody.
Fantasmas célebres
Rostro de una mujer en la casa de Calle Real, número 5 (Jaén, España), en 1992.
Algunas historias de fantasmas parecen ser leyendas urbanas universales, como la de La Dama Blanca o autoestopista fantasma. De todas formas, el carácter huidizo de estos fenómenos parece indicar que los fantasmas tienen más miedo de las personas que (algunas) personas de los fantasmas.
En China
En China son numerosos los relatos tradicionales sobre fantasmas; se creía en ellos y hasta se les rendía culto. Confucio dijo: «Respetad a los fantasmas y a los dioses, pero alejaos de ellos». El erudito Zhuxi, de la Dinastía Song (960-1279), quiso escribir un libro contra su existencia, titulado Si crees, allí estaremos; si no crees, no nos hallarás. Los fantasmas chinos se denominan Kuei; son espíritus malvados de personas que vivieron una vida deshonrosa o perversa, o que murieron de forma violenta. Se dice que hacen daño a las personas y buscan a quién asesinar para que el espíritu de la víctima ocupe el lugar del Kuei en el Infierno; pero esto sólo es posible con los espíritus de débiles y cobardes, pues no pueden causar ningún daño a los valientes que demuestran no temerlos. Otro tipo de fantasmas son almas de plantas, animales o cosas que abandonan su cuerpo material para atacar a las personas; son peligrosos pero se los puede destruir cuando intentan volver a su cuerpo.
Las autoridades prohibieron en 2007 las historias de fantasmas. Son muy conocidas las leyendas de Ye, la de Lu Ch’ien y el sauce embrujado, y la del policía Yin. El orientalista Lafcadio Hearn transcribió algunos de estos relatos tradicionales, que inspiraron no sólo el film Kwaidan, de Kobayashi, sino toda una tradición de cine y literatura paranormal que llega hasta Ring de Nakata.
- En el Teatro de la Ópera de Pekín, llamado Huguang Huiguan, al sur de la ciudad. Se construyó encima de un cementerio; los fantasmas y aparecidos son frecuentes.
En Japón
Los fantasmas japoneses son espíritus apartados de una pacífica vida tras la muerte debido a algo que les ocurrió en vida, falta de una ceremonia funeraria adecuada, o por cometer seppuku o harakiri (suicidio). Usualmente aparecen entre las dos de la madrugada y el amanecer, con kimono blanco de luto abrochado al revés y sin pies definidos; algunos carecen de rostro, los llamados noppera-b? o sin cara (como los hupia de los taínos antillanos).
Hay muchos tipos de fantasmas japoneses, en general denominados y?rei: onry?, o fantasmas vengativos; ubume, o fantasma benéfico de una madre que murió durante el parto o dejando niños pequeños y que regresa para cuidar de sus hijos o traerles dulces, que al desaparecer el fantasma se transforman en hojas secas; gory?, fantasmas vengativos aristócratas que fueron martirizados, funay?rei, fantasmas de los que murieron en el mar; funay?rei-urei: fantasmas de niños traviesos; los gaki o fantasmas hambrientos; los de objetos o tsukumogami; los cambiantes u obake; los jikininki, hitodama, reikon… El Templo Zenshoan en Tokio es conocido por su colección de pinturas de yorei, o galería de Yorei-ga. Son 50 pinturas de seda que datan de 150 a 200 años y representan una gran variedad de apariciones. Fueron recogidas por Sanyu-tei Encho, un historiador famoso y artista del rakugo en la era Edo cuando estudió en Zenshoan. Son lugares encantados:
- El espectro de Kuchisake-onna, una mujer espantosamente desfigurada durante la época Heian por un marido celoso, un samuray que con unas tijeras le descarnó la parte inferior de la cara para descubrirle los dientes y la mandíbula; vuelta un maléfico fantasma, es uno de los más famosos y se la representa en unas máscaras verdaderamente horribles.
- El castillo de Himeji es frecuentado por el fantasma de Okiku
- Aokigahara, el bosque en el fondo del monte Fujiyama, es una localización popular para el suicidio y numerosos fantasmas suelen pasear por allí.
- La leyenda de Botan D?r? (????) es inmensamente popular en Japón y ha dado argumento al kabuki, al rakugo, a la literatura y al cine en numerosas ocasiones, pero no parece tener un fundamento histórico real.
En Escocia
- Castillo de Edimburgo. En el Castillo de Edimburgo han sido vistos numerosos fantasmas. El más célebre es el de un gaitero, cuya música resuena a menudo entre los muros. El segundo es el de un tocador de tambor que se ha aparecido a los visitantes y lugareños desde mediados del siglo XVII. Nadie sabe quién pueda ser, pero parece querer prevenir al castillo de los peligros.
- Mary King’s Close. Los fantasmas de los enfermos de peste emparedados en esta calle subterránea e Edimburgo.
En Inglaterra
- Torre de Londres. Se dice que allí apareció el fantasma sin cabeza de Ana Bolena, el fantasma de Thomas Beckett, el espectro del Rey Eduardo V de Inglaterra y de Ricardo, duque de Cork; el fantasma de la señora Jane Grey, de sir Walter Raleigh y del Conde de Salisbury, además de una desconocida señora vestida de luto, carente de rostro.
- La «señora marrón» que se aparece en Raynham Hall (Norfolk). En 1936 en casa del marqués de Townshend, un fotógrafo profesional y su ayudante estaban tomando fotografías de la casa y vieron bajar un fantasma por la escalera que fue fotografiado. Fue vista simultáneamente por dos testigos en 1835. Más tarde, otro testigo le disparó con una escopeta. Pese a esta mala acogida, fue vista de nuevo en 1926 por lord Townshend y dos testigos más. En 1849 el comandante Loftus y su famoso amigo Hawkins vieron el fantasma de una mujer con los ojos huecos antes de irse a acostar (aunque seguramente quedarían desvelados). El incidente dio lugar a que varios detectives y la policía local investigaran las apariciones.
- La mansión victoriana de Borley Hall (Essex) fue en las décadas de 1920 y 1930 la más famosa de las casas inglesas encantadas.
- El fantasma del nombre de gris habita en un barrio de Londres, Westminster, el el teatro real Drury Lane, uno de los más antiguos (empezó en 1674, durante el reinado de Carlos II). Es el coliseo embrujado más famoso de las islas Británicas; de entre sus varios fantasmas, el más célebre es el del Hombre de Gris. Es descrito como un caballero joven ataviado a lo siglo XVIII, con sombrero de tres picos y peluca empolvada; se cubre con un manto gris de buena calidad y lleva espada. La leyenda asociada cuenta que se enamoró de una actriz y cuando estaba a punto de huir con ella otro actor, celoso, lo apuñaló y lo escondió emparedándolo tras uno de los muros del teatro. Es lo cierto que en 1848, cuando se restauró el teatro, fue descubierto tras una pared un esqueleto aún con una daga clavada en las costillas. El fantasma, de puntualidad británica, aparece de 9 am a 6pm, suele dejarse ver en los ensayos y en las matinés, caminando a través del balcón y desvaneciéndose en una pared. Verlo se considera augurio de éxito para la obra y los actores
- En el Palacio de Hampton Court una cámara de seguridad grabó el 22 de diciembre de 2003 en un vídeo el hipotético fantasma de una de las esposas de Enrique VIII. Algunos dicen que es el espectro de Catalina Howard, tercera mujer del soberano, condenada por adulterio. Otros, que es una broma. Circulan muchas leyendas sobre este lugar.
- Museo nacional de Greenwich: Ralph Hardy, un eclesiástico de la Columbia británica, tomó en 1966 una fotografía hoy célebre. Tenía simplemente la intención de fotografiar la bella escalera de la Casa de la Reina del Museo Nacional de Greenwich. Tras revelarla, la foto mostró una forma velada que subía la escalera y parecía coger la pasarela con las dos manos.
- Castillo de Muncaster. Numerosos visitantes dicen haber visto fantasmas y haber escuchado gritos de niños, pasos de personas que parecían marchar penosamente y otros ruidos inexplicables en los pasillos y la gran sala del castillo. Una dama blanca, fantasma de una jovencita, Mary Bragg, asesinada ante las puertas del castillo en el siglo XIX, se pasearía también regularmente en el recinto de los jardines.
- Raynham Hall, en el condado de Norfolk. La foto de un fantasma fue tomada en 1936 en la gran escalera. El retrato de The Brown Lady («La dama castaña» es ciertamente la más célebre y más contemplada de las fotos de aparecidos. El fantasma parece ser el de Lady Dorothy Townshend, esposa de Charles Townshend, segundo vizconde de Raynham, proprietario de Raynham Hall a comienzos del siglo XVII. El rumor quiere que Dorothy, ante su matrimonio con Charles, fue la amante de Lord Wharton. Aunque según los documentos legales Dorothy haya sido enterrada en 1726, se sospecha sin embargo de la autenticidad de estas exequias. Charles habría sospechado la infidelidad y habría montado esta mascarada para enfermar a Dorothy y encerrarla en una habitación o emparedarla durante años hasta su verdadera muerte.
- Bases militares del Reino Unido. Algunos fantasmas de pilotos han sido observados y registrados, como el de Bruce Barrymore Halpenny.
- La villa de York reivindica el título de la villa más encantada de Europa, y cuenta con fantasmas que se remontan a la época romana y que se dice ver aparecer por las murallas, los teatros, las puertas vacías, las iglesias y las casas históricas.
- El Gurt dog de Somerset es ejemplo de fantasma benevolente. Se dice que las madres pueden jugar con sus hijos sin supervisión en Quantock Hills, porque el perro Gurt los proteje.
- Inversamente, el perro negro es maléfico y su amplia distribución geográfica parece indicar que es supervivencia de alguna terrible deidad pagana antigua, a la que se ha superpuesto el mito de C?n Annwn, Garm, Huargo, Cerbero o su hermano Ortro.
En el País de Gales
- Castillo de Bodelwyddan. Entre los muchos fantasmas que se han manifestado en este castillo, del cual algunas partes remontan al siglo XVII, hay uno que consiste en una dama en vestido victoriano que se manifiesta en la galería de esculturas y ha sido vista por uno de los guías. Un soldado ha aparecido en uno de los pasillos (el castillo de Bodelwyddan era usado por oficiales y como centro de convalecencia durante la I Guerra Mundial). Se han visto también unas siluetas difuminadas pasear aburridas por los corredores, así como una señora ataviada con vestido azul y laborioso peinado en el salón de té.
- Castillo de Caerphilly. Una dama verde se pasea de torre en torre y fantasmas de soldados patrullan cuando ya no hay necesidad.
- Castillo de Carew, en el Pembrokeshire. Se lo reputa encantado por el espectro de sir Roland Rhys y el de un pariente suyo asesinado una noche por haber rehusado la mano de su hija; se escucha un suspiro que lo maldice.
- Castillo de Gwydir. El fantasma más importante es una mujer que mora en el ala norte, aunque también se ha dejado ver en el corredor entre el hall de Meredith y la Gran Cámara. Cuando el fantasma aparece, la temperatura desciende y una pestilencia extraordinaria se expande en derredor.
- El fantasma del The Queen’s Head Hotel en Monmouth. Hay numerosos espectros en el hotel donde se intentó asesinar a Oliver Cromwell y se lo tiene como el tercer albergue más encantado del País de Gales.
En Cornualles
- Jan Tregeagle vendió su alma al diablo en el siglo XVII como otro Fausto y actualmente es el espectro más célebre de Cornualles, inspirador de bastantes obras literarias.
En Francia
- La Abadía de Mortemer cuenta al parecer con el fantasma de Mathilde la Emperatriz, hija pequeña de Guillermo el Conquistador; aparecería las noches de luna llena.
- El Castillo de Combourg, situado en Combourg, Ille-et-Vilaine, donde Chateaubriand pasó una pequeña parte de su infancia, posee el fantasma de un gato. Esta leyenda da nombre a una de las torres del castillo, la «Torre del Gato», en la que el futuro escritor tenía sus aposentos.
- El Castillo de Veauce poseería el fantasma de Lucía que, según el antiguo propietario, se citaba con él todas las noches. Este castillo está situado en Veauce, en el Allier.
- Saint-Benoist-sur-Mer. Es una pequeña villa de la Vendea que acostumbra a ser visitada todas las noches por el caballo Mallet, que persigue a los paseantes despistados.
En Canadá
- En la iglesia de San Juan Evangelista de Montreal, Canadá, ha sido visto y fotografiado un sacerdote católico, el reverendo John Wood, que murió en 1969. Varios sacerdotes y feligreses lo han visto; es un fantasma benéfico y positivo, pero a veces gasta bromas a sus compañeros vivos cambiando sus objetos personales de sitio, como solía hacer cuando estaba vivo; en algunas ocasiones ha confesado y dado su bendición a gente antes de desaparecer.
En Italia
- Calígula habitaba los Jardines de Lamia, en Roma, donde fue echado y quemado su cadáver después de ser asesinado; solamente después de trasladar lo que quedaba de sus huesos a sepultura las apariciones cesaron.
- En Novellara, en la región de Emilia Romagna, en plena llanura padana, se habla del fantasma de la Roca de los Gonzaga, que fue visto por primera vez en 1990. En el antiguo castillo se escuchan extraños ruidos. De acuerdo a la tradición, la Roca está llena de fantasmas.
- El Castillo de los Sforza, en Ímola. Por sus habitaciones ronda el fantasma de Caterina, que, de acuerdo a lo que se cuenta, hacía echar los huéspedes indeseados en los pozos del castillo.
- El castillo de Poppi, cerca de Arezzo. Una leyenda afirma que Matelda, al igual que la española serrana de la Vera, asesinaba a sus amantes dormidos tras una larga y fatigosa noche de amor. Al final la mujer fue encerrada en una torre del castillo, pero a veces pasea entre los vivos cubierta por un sudario o sábana blanca.
- El fantasma del Jardín botánico de Lucca, construido por los Borbones en 1820. Varias veces al día aparecería el fantasma de Lucida Mansi quien, para no envejecer, vendió su alma al diablo. El guapo y atractivo fantasma tiene la costumbre de pasearse medio desnudo, por lo que no es atracción turística apropiada para menores.
- El del Monasterio de Santos Ana, en Foligno, donde se escucharía la voz débil de una monja, Teresa Margherita Gesta, que murió hace un siglo en una celda del convento.
- El 25 de diciembre, en el Castillo de Oramala, se produce todos los años una reunión de fantasmas, entre ellos Federico Barbaroja (emperador del Sacro Imperio Romano Germánico) y Obizzo Malaspina, que esperan al curioso observador en la tercera sala de la torre, frente a una enorme chimenea.
- En Génova, en la iglesia de San Matteo, cerca de la iglesia de San Donato y en el Palacio Rojo, en las proximidades de las ruinas del convento de San Silvestro, también aparecerían fantasmas.
- En la Casa del Verdugo de Génova se han contemplado fantasmas y escuchado sus gritos allí donde se encerraba a los condenados a muerte.
- En el castillo aragonés de Pizza Calabro, el fantasma despistado de un fusilado pide venganza al rey Joaquín Murat desde 1815 y la derrota de Napoleón Bonaparte.
- En Verdello y Aguadello (Lombardía), suele aparecer un grupo de fantasmas donde tuvo lugar, al inicio del quinientos, una batalla entre el ejército veneciano y el del rey de Francia, Luis XII. Se manifiestan ejércitos enteros, sobre todo en adviento y en el solsticio de invierno.
En Holanda
- El holandés errante. Se trata de una leyenda del siglo XVII en la que un capitán de navío neerlandés, Hendrik van der Decken, desafía la ira de Dios y es condenado a navegar por la inmensidad del océano eternamente causando la muerte de todos los que ven la nave fantasma. Puede ser una leyenda muy antigua, pues ya aparece en el mito griego de Glauco. Aunque la historia es la misma, el capitán recibe otros nombres: Vanderdecken, Van Demien, Van Sraaten, etc. La versión más conocida y clásica es sobre el capitán Vanderdecken; cuando su nave queda atrapada en una fuerte tormenta en el Cabo de Buena Esperanza (Africa del Sur), los pasajeros le pidieron ir a puerto para salvar sus vidas pero él se negó y se ató al timón diciendo a voz en grito cantos sacrílegos. La tripulación preocupada por su conducta se amotinó, pero Vanderdecken arrojó al principal instigador por la borda y los demás comenzaron a rezar, y en respuesta a las plegarias y súplicas, las nubes se abrieron y una fuerte luz iluminó la proa, se llevó a los que rezaron y una voz dijo: «Ya que gozas con los sufrimientos de los demás, a partir de ahora serás condenado a recorrer el océano para siempre, en medio de tempestades y ocasionando la muerte de todos los que te vean». Además se alimentaría de hierros al rojo vivo, bebería hiel y su única compañía sería un demonio como grumete con piel de tigre y piel de lija. Otros dicen que su origen es una saga escandinava en que un tal Stote vikingo, que robó un anillo a sus dioses, fue hallado muerto y cubierto con un manto de fuego, sentado el palo mayor de una nave negra. Otros dicen que todo se origina en las aventuras del portugués Bartolomé Dias, que descubrió el Cabo de Buena Esperanza en 1488, o que proviene del mito de Caín. Una segunda verión de la leyenda habla del capitán Von Felkenberg, que jugó su alma al diablo en una partida de dados y perdió, vagando por toda la eternidad, condena peor que ir al mismo infierno. La tercera versión lo identifica con otro capitán, Bernard Fokke, al mando del buque Libera Nos, tan famoso por su rapidez entre Holanda y Java que algunos creían que tenía un pacto con el diablo. Se dice que juró, de cara a una tormenta, que no daría marcha atrás hasta haber doblado el Cabo de Buena Esperanza, aunque le costase llegar al Juicio Final. En cuanto a las fechas en que ocurrió, se ha hablado de 1641, de 1680 y de 1729. Lo cierto es que la referencia más antigua de haber avistado el barco y sus devastadores efectos data de 1702. Fue avistado también en 11 de junio de 1881 y el almirante Karl Doeniz lo vio en Suez durante la II Guerra Mundial. De todo hay referencia escrita. Otros barcos fantasmas no holandeses han sido el estadounidense Palatine, el chileno Caleuche y el inglés Gobin.
En Escandinavia
- Los Caballeros de Ålleberg, Suecia, constityen una leyenda muy, muy antigua. Espectros de veinte caballeros que murieron en la batalla de Ålleberg (1389) aparecen en la montaña de ese nombre, esperando una nueva guerra para salvar a su país o que sean aceptados finalmente en el cielo.
- El castillo de Dragshoim, al este de Dinamarca, tiene nada menos que dos mujeres blancas, otra gris, un caballero medieval y al menos dos monjes -tal vez tres-. Hoy en día es un gran hotel y centro de congresos que sirve de habitáculo a un invisible carruaje que, de vez en cuando, circula por el patio con gran estruendo de cascos de caballos sobre los duros adoquines, ruido de ruedas de hierro y madera y el chirrido del propio carruaje. El único problema es que el carruaje no está allí cuando abres la puerta y te asomas para verlo.
- Koldinghus, al oeste de Dinamarca, fue una vez una gran fortaleza. En la actualidad es un museo, restaurado tras un grave incendio. A pesar de todas las luces y suelos modernos, el ambiente puede cambiar de repente y aparecer un fantasma tan sólido como una persona viva.
- La fortaleza de Akerhus se encuentra próxima al puerto de Oslo, en Noruega. En su enorme salón algunos turistas cuentan haber visto a un hombrecillo sonriente que siempre se queda rezagado. Aunque parece escuchar con mucha atención, nunca abandona la fortaleza cuando se marchan los turistas. Nadie ha sido capaz de descubrir quién es o quién fue.
- El hombre en lo alto de la torre sueca Kronan, en la ciudad de Heisingborg, que es todo lo que queda de la gran fortaleza que antaño guardó el lugar y la ruta hacia el mar Báltico. Acaso es un vigía que nunca abandonó su puesto.
- Los monjes cantores de Visby, la principal ciudad de la isla sueca Gotland. Allí existen algunas ruinas impresionantes de viejos monasterios y la ciudad está rodeada por la muralla más larga que sobrevive en el norte de Europa. El turista atento puede oír muy bajo, pero con toda claridad, cánticos de monjes.
- Se oye el hacha de los verdugos en el castillo de Kronborg, al norte de Copenhague, castillo en que vivieron Hamlet y sus padres, según la historia de William Shakespeare. Aparecen un hombre sentado en uno de los tejados y otro que chilla en las mazmorras; el sonido más espantoso procede de un hacha que cae. También puede escucharse a veces si uno se sienta en el pedestal de piedra en una esquina del patio donde estuvo el tajo del verdugo.
- A unos pocos kilómetros al oeste de Kronborg están las ruinas del Castillo Gurre, que antaño estuvo en un islote del lago Gurre. Algunos caminantes nocturnos, personas que sacan a pasear a sus perros, labradores sorprendidos por la noche o conductores que se paran afirman haber oído el sonido de los remos de una barca, voces y el chirrido de una argolla metálica utilizada para atar barcas a la pared del castillo. La argolla sigue allí todavía, pero nada más.
En Portugal
- El conocido como O fantasma da Boleia es una leyenda más entre las de autoestopistas fantasmas, pero se trae aquí porque fue grabado en vídeo en 1998, desde dentro del coche, poco antes de que perecieran dos de los tres ocupantes, Tiago y Tania (descontado el fantasma, que ya estaba muerto) en un accidente (que aparece en el vídeo) poco antes de llegar a una vuelta de una carretera de la Sierra de Sintra donde pereció una tal Teresa Fidalgo en 1983, al parecer la chica autoestopista; por cierto, su tatarabuela se suicidó en ese mismo lugar. El fantasma aparece tan sólido como la realidad misma, aunque algo desconcertado. No responde a la pregunta de qué hace ahí a esas horas; tampoco a la pregunta de Tania sobre si está bien; sí dice como se llama, Teresa; y luego indica el lugar, vuelta o boleia donde será el accidente, que ocurre de inmediato. El video es tan bueno que parece un docudrama, y no es extraño, ya que su autor, David Rebordão, amigo de los fallecidos, es cineasta; en su website afirma que este corto es de 2003, y no de 1998. Hay dos versiones, una larga y otra corta; el documento es seguramente falso pero ilustra bien la leyenda urbana y cómo se construyen estos mitos mezclando verdades con mentiras.
En México
- La Llorona es una leyenda muy antigua de origen azteca. Se dice que es una mujer indígena, enamorada de un caballero español o criollo, con quien tuvo tres niños; el hombre la abandonó por una española con la que casó y la indígena, loca de celos, mató a sus tres hijos ahogándolos en el río, y luego, al ver lo que había hecho, se suicidó. Desde entonces su fantasma pena y se la oye gemir fuertemente o gritar «¡Ay, mis hijos!». Suele hallársela cerca de los ríos y lugares donde hay agua, aunque hay testimonios de lloronas vistas u oídas en otros lugares de México e Hispanoamérica. Algunos ponen la leyenda en relación con la creencia totonaca en las Cihuateteo, mujeres muertas en el parto, a las que se consideraba diosas. Algunas versiones de la leyenda afirman que las oyen y ven los que van a morir; sería pues un psicopompo o guía al ultramundo. En Colombia lleva el cabello largo y rizado, de color plateado, negro y dorado, y en él se posan grillos, luciérnagas, cocuyos y mariposas. Su rostro es una calavera aterradora, y en las cuencas de sus ojos giran dos bolas incandescentes. De su nariz cuelga un cordón umbilical y con sus enormes dientes muerde el tallo de una rosa roja. Las mangas de la batola le llegan hasta sus muñecas y con sus manos grandes, huesudas y ensangrentadas, arrulla a un feto muerto de rostro angelical. En ese sentido se parece a las ubume japonesas, aunque la asiáticas son benéficas.
En los Estados Unidos
- Lady in gray o Mujer de gris, fotografiada varias veces en una biblioteca de los Estados Unidos; es un fantasma inofensivo, inocente, tímido y huidizo, y parece tener miedo de las personas desconocidas, porque cuando se hicieron obras en la biblioteca se fue a vivir con una de las bibliotecarias hasta que terminaron. Seguramente el ruido molestaba o interrumpía su lectura.
- Fantasmas de Wilder, Kentucky. Pearl Bryan y sus dos asesinos decimonónicos se aparecen en el pub «Mundo de la Música de Bobby Mackey». Este club de música country está construido sobre un matadero y posee una siniestra trayectoria de hechos luctuosos. Pearl parece un fantasma positivo, pero los de sus dos asesinos son malvados.
- En Williamsburg, Virginia, se aparece el avieso fantasma del loco asesino Percival Goodhouse (c. 1752 – 2 de agosto de 1774) blandiendo un gran cuchillo. El personaje histórico, un esquizofrénico paranoide, se escapó del frenopático de la ciudad. Se le atribuyen hasta hoy algunos crímenes irresueltos e inexplicables y ha sido visto algunas veces. Persigue especialmente a los estudiantes.
- La Casa McRaven o McRaven House es una mansión deshabitada, ya que no muchos quieren vivir allí, con cinco espectros de la Guerra de Secesión.
- El fantasma del predicador metodista Bill Sketoe, linchado en Alabama en 1864, es muy célebre, nació en Madrid el 8 de junio de 1818 y emigró con su padre al condado de Dale, Alabama, siendo aún muy niño.
- El fantasma del palacio de justicia de Santa Fe fue capturado en el vídeo de una cámara de seguridad en Santa Fe, Nuevo México, el 15 de junio de 2007. Es un señor algo luminoso que se pasea por el aparcamiento en pleno mediodía.
En Grecia
- Los Drosoulitas (en griego original, ???????????) constituyen un largo desfile militar de fantasmas, al estilo de la Estantigua castellana o Santa Compaña gallega, que residen en Frangokastello (en griego, ??????????????) un área de la isla de Creta, en Grecia. Están armados y vestidos de negro. El fenómeno dura unos diez minutos y aparece cada año en el aniversario de la Batalla de Frangokastello (17 de mayo de 1828) o en junio. Se supone que son los 350 militares acaudillados por Hatzimihalis Dalianis durante la Guerra de independencia griega, que fueron masacrados por los turcos. Pueden observarse durante los días claros, a unos mil metros.
En Argentina
- En la Pampa, y en concreto en Carro Quemado, el fantasma de un coronel a caballo que galopa a buscar a sus soldados muertos por los indios se aparece de vez en cuando.
- En una vivienda situada en Neuquén, en la Patagonia argentina, se producen extraños incendios repentinos que ni los bomberos han sabido explicar y se han observados algunas apariciones de espectros.
En Estonia
- En la ciudad-balneario de Haapsalu (Estonia) se aparece una dama blanca cada luna llena de agosto en la ventana del Castillo Episcopal. Por lo visto es una mujer emparedada al ser descubiertos sus amoríos secretos con un sacerdote que, disfrazado de chico del coro, la visitaba en sus aposentos.
En la República Checa
- El del Castillo de Jindrichuv Hradec, en Bohemia del Sur, se muestra otra dama blanca en el torreón de los fogones. Sería doña Perchta de Rozmberk, cuyo padre la obligó a casarse con el anciano Juan de Lichtenstein. La joven huyó de su destino para reencontrarse con su amante y su viejo esposo murió de un ataque de ira. Perchta se entregó a las buenas obras y dio de comer a los pobres cada Jueves Santo una papilla dulce de miel y cerveza tibia, tradición que se siguió manteniendo después de muerta. Su presencia augura bodas o bautizos si aparece con guantes blancos y funerales si son negros.
En España
- La Santa Compaña gallega, Güestia asturiana o Estadea, Estantiga o Estantigua castellana, es una antiquísima procesión de fantasmas luminosos o con velones que da muy mal fario y presagia muerte, como la banshee irlandesa.
- La campana de Velilla en Aragón sueña desde muy antiguo sin que nadie la toque para avisar grandes muertes y fallecimientos de personas notables, reyes, emperadores etcétera. El padre Feijoo intentó racionalizar el hecho sin sacar mucho en limpio.
- Las teleplastias de Bélmez o Caras de Bélmez siguen sin explicación científica plausible alguna.
- El Conde Estruch es la versión hispanocatalana del Conde Drácula, pero desde que le destruyeron en la Guerra Civil el Castillo de Llers no tiene donde aparecerse.
- El Dip es un perro vampiro muy documentado en la parte nororiental de España. La Pesanta es un perro enorme, a veces un gato, que se aparece sobre el pecho de los durmientes para con su peso impedirles respirar y crearles pesadillas. En ese sentido son muy parecidos a una clase de trasgos y duendes.
- El Palacio de Linares (hoy Casa de América), en Madrid, fue construido en el siglo XIX, levantada por nobles españoles cuya fortuna era de origen indiano. Allí, se dice, vivieron dos hermanos que sin saber que lo eran se casaron y tuvieron una hija. Al revelarse la verdad, la niña terminó en un hospicio bajo el nombre de María Rosales y la madre, Raimunda, murió ahogada en el pozo del jardín. Los fantasmas de la muchacha y de la madre, en todo caso, se quedaron llorando en los salones y corredores de la mansión, que con el tiempo fue abandonada. En los últimos años, serísimos «expertos» españoles han logrado incluso grabar la voz de alguien que clama por su madre.
- El Museo de Arte Moderno Reina Sofía de Madrid tiene desquiciados a algunos vigilantes nocturnos que escuchan voces, ven subir y bajar solos a los ascensores y moverse objetos. El edificio fue anteriormente un hospital muy antiguo.
- Sevilla, ciudad de caudalosa historia, cuenta también con no pocos fantasmas. El más documentado es el de Sor Úrsula, una monja de la Orden de la Caridad que se aparece en el Hospital de las Cinco Llagas, un edificio renacentista que alberga hoy al Parlamento de Andalucía. Vaga por los pasillos del edificio y frecuenta la sala de enfermos y la antigua sacristía. En la Diputación de Sevilla se pasean fantasmas por los corredores del antiguo cuartel. Nadie se atreve a pasear por la calle Verde las noches del último viernes de cada mes, allí donde existe el estrecho pasadizo de la vieja judería. También hay un caballero difuminado con capa y gola que habita los altos de una farmacia de la calle Francos.
- El del palacio de la plaza de Santa Eulalia (Murcia); una mujer se aparece cada noche en el tejado gritando terribles lamentos. En el siglo XI, la familia Saavedra habitaba el palacio y la esposa de uno de los aristócratas fue infiel.
- El del Castillo de la Concepción (Cartagena): se aparece por las noches una mujer que fue emparedada entre sus muros.
- En la biblioteca municipal de Alcantarilla se escuchan lamentos al llegar la noche. El edificio fue sede de la Inquisición durante el siglo XVIII.
- En el antiguo sanatorio para tuberculosos de Sierra Espuña, cerrado en 1962, se aparece el fantasma de una mujer y se producen fenómenos polstergeist como por ejemplo ventanas y puertas que se cierran de repente.
- El del palacete de la calle Siervas de Jesus (Murcia). Un noble degolló a una novicia de la que estaba enamorado. Desde entonces ocurren fenómenos extraños.
- En la costa murciana se han visto algunos fantasmas, como el de una princesa rusa que fue asesinada por el dueño de la isla del Barón o el barco fantasma que según cuentan los pescadores se ve al alba del día de la Virgen.
- La Cornudilla es un pueblo fantasma que pertenece al término municipal de Requena, muy cercano a las aldeas de los Marcos y los Ruices. Durante los años cincuenta hubo mucha actividad paranormal allí, especialmente en la llamada Casa del ruido; ahora apenas quedan unos muros en pie.
- En el pub «El Granero» de la ciudad de Granada se aparece un monje llamado Lorenzo. El local formaba parte del Palacio de Abrantes, que fue construido en el siglo XVI.