Parecen los huevos de algún gigantezco animal prehistórico, pero son en realidad formaciones rocosas de estructura redonda. Se encuentran en la playa Koekohe en Otago, al norte de Nueva Zelanda.
Parecen salidas de otro mundo, arbitrariamente colocadas en la playa. Rocas que varían entre 0,5 metros a 2,2
metros de diámetro y pueden llegar a pesar hasta siete toneladas.
Segun señala el pueblo indígena de Nueva Zelanda, las piedras llegaron misteriosamente a la playa a través de una gran canoa que se estrelló. La mayoría de ellas presenta extraños razgos característicos de meteoritos. Sobre ellas giran numerosas historias fantásticas, pues cuando aparecieron allí, los Maorí todavía no estaba en las islas de Nueva Zelanda. Algunas de las piedras parecen un gigante caparazón de tortuga, otras son completamente lisas y brillantes.
Muchas muestran líneas y grietas que se asemejan a los caparazones de tortuga. De hecho, al pasear por la playa se escuchan discutir a los visitantes, muchos hablan sobre una teoría del origen de las rocas. Algunos, sugieren que aterrizaron allí después de una explosión volcánica, otros se refieren a ellos como huevos de dinosaurio o incluso para ir más lejos, afirman que tienen algo que ver con los extraterrestres. Se refieren a ellas también por otros nombres, como Piedras Biliares.
En la tierra de los terremotos, justo en el cinturón de fuego que circunda al Océano Pacífico, al norte de Dunedin en Nueva Zelanda, también se han encontrado grandes cantidades de esferas de piedra.
Los lugareños las llaman Moeraki, en alusión a la playa de nombre homónimo donde se encuentran estas enormes piedras esféricas huecas. Nadie sabe de dónde han salido. Los científicos afirman que son obra de la naturaleza y que las piedras esféricas de este lugar están compuestas por restos de calcio cristalizado de un sedimento mineral de cerca de 60 millones años.
Con la erosión de las olas alcanzando la costa y el viento azotando los muros de las paredes verticales de KoeKohe, las esferas fueron una a una descubiertas y liberadas de su apresamiento bajo tierra. Es así; como los maoríes las descubrieron y recitaron leyendas sobre ellas, más tarde en 1848 W.B.D. Mantell esbozó las piedras en su cuaderno de viajes asombrado por tal rareza natural.
Según las tradiciones orales de la isla los Moeraki son piedras sagradas. Hoy constituyen un importante atractivo turístico de la Isla y están protegidas dentro del dominio de una reserva natural. Los habitantes de South Island afirman que algunas de estas esferas pétreas llegan a alcanzar hasta los 4 metros de diámetro.
Las rocas tienen algún tipo de poder magnético, al igual que la piedra esférica que se encuentra en la Isla de Pascua. Según los pascuenses a esa gran piedra esférica la consideraron como el Te henua (el ombligo del mundo).