El caballero negro, un satélite artificial de miles de años

Nuestro planeta ha contado con la presencia de su satélite natural desde mucho antes de que el mismo tuviera la capacidad de albergar vida. Pero no fue sino hasta 1957 cuando la Unión Soviética lanzó el Sputnik I que nuestro planeta empezó a llenarse de satélites artificiales que han sido utilizados para infinidad de aplicaciones, especialmente en telecomunicaciones. Hoy hay tantos satélites en el cielo, la mayoría inservibles, que la basura espacial se está convirtiendo en un verdadero problema para la humanidad.

Pero existe la creencia de que el Sputnik no fué el primer satélite artificial en la órbita terrestre. Algunos dicen, que hay un satélite, llamado el «Caballero negro» (Black knight) que lleva miles de años observándonos y recogiendo datos. El nombre de caballero negro viene de la época medieval, cuando los caballeros negros eran aquellos que actuaban sin que los demás tuvieran claro qué tipo de alianza tenían o a quien le rendían cuentas, de la misma forma, no se sabe a ciencia cierta para que está ahí ese satélite y quién hace uso de él. Pero lo cierto, es que se encuentran muchos defensores de ésta misteriosa teoría.

El caballero negro; Extrañas señales del cielo

En 1899, el genio y excéntrico Nikola Tesla, construyó en su laboratorio en Colorado Springs el primer gran receptor/transmisor de Ondas de radio. Meses después de estar investigando, Tesla anunció que en medio del ruido eléctrico que estaba recibiendo había una señal demasiado periódica y regular como para ser natural. Tesla estaba convencido que esa señal era un intento de comunicación por parte de una raza extraterrestre y pensó inicialmente que la señal se originaba en Marte. Pero luego de rastrear la señal por meses, se dio cuenta que era imposible que proviniera de Marte y su lugar de origen tenía que ser algún lugar en la órbita de la tierra.

Años después, otro gran genio e inventor de la radio Guglielmo Marconi, también anunció la recepción de una extraña señal proveniente del espacio, demasiado regular para ser simplemente ruido, esta señal se recibiría durante varios días para luego desaparecer completamente. A partir de ahí. Las ondas de radio generadas desde tierra se multiplicaron y los métodos tradicionales para escuchar estas señales se volvieron inservibles.

La sombra del Sputnik

En febrero de 1953, la carrera espacial y la guerra fría estaban calentando motores, los ojos estaban en el cielo para ver qué país era el primero en llegar al espacio. Un grupo de astrónomos trabajando para el departamento de defensa de USA detectó un extraño objeto orbitando la tierra y las alarmas se encendieron pensando que los rusos habían vencido en la carrera espacial y que USA ahora se encontraba vulnerable.

Al objeto se le bautizó como el caballero negro (black knight) y bajo ese nombre clave se le menciona en los diferentes informes del gobierno. La investigación le fue asignada al distinguido profesor de astrofísica de la Universidad de New Mexico, Dr. Lincoln La Paz, y al prestigioso descubridor del ahora planeta enano Plutón, Clyde Tombaugh. El resultado «oficial» de la investigación concluyó que el objeto era un pequeño asteroide atrapado en órbita a la manera de un pequeño satélite natural. El problema con esta explicación es que la probabilidad de que un asteroide quede atrapado en órbita es mínima. Los detalles de la investigación jamás fueron revelados.

En Febrero de 1960, astrónomos de todo el mundo seguían la trayectoria del Sputnik I, que ya se encontraba en órbita, cuando de pronto detectaron un objeto que estaba pasando frente al Sputnik haciéndole sombra. El objeto tenía dos características que lo hacían particularmente interesante, primero parecía llevar una órbita polar en lugar de seguir las líneas del Ecuador y hasta ese momento ni USA ni la Unión Soviética tenían satélites que hicieran ese tipo de trayectoria, y segundo, el objeto era tan pero tan colosal que era imposible que hubiera sido lanzado desde la tierra con los cohetes que había en la época.

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