Esta vez ocurre en el un jardín de infantes privado en la ciudad de General Deheza. Se trata de dos hamacas que se mueven solas, incluso al lado de otras que permaneces completamente estáticas. Comienzan a moverse repentinamente sin que nadie las toque y después de un rato comienzan a frenarse hasta quedar completamente inmóviles.
Las hamacas embrujadas, como suelen llamarlas los medios de comunicación aparecen a lo largo de nuestro país desde el conocido caso de Las Hamacas de Firmat y desde aquel momento se presta más atención a las plazas de los barrios para ver si se trata de hamacas embrujadas o nó. Ciertamente, llaman la atención del público y cada tanto aparece alguna nota sobre ellas en el diario o la televisión.